Ernst compareció en juicio oral y público acusado del delito de Homicidio simple en la persona de Ramón Martínez y la estrategia de su defensa, a cargo de Marcos Rodríguez Allende, fue probar que el pescador de Pueblo Alvear actuó en defensa propia. El hecho por el que Ernst fue condenado sucedió el 13 de marzo de 2006 en un camino vecinal de Pueblo Alvear, a unos tres kilómetros de la comisaría local, en el Departamento Diamante.Con esta decisión, el tribunal integrado por Daniel Perotti, José María Chemez y Ricardo González, entendió que el pedido de 10 años de prisión que realizó el fiscal de Cámara Juan Carlos Almada se correspondía con los hechos que se dirimieron en una audiencia de dos jornadas. Asimismo, desestimó el pedido de absolución de culpa y cargo realizado por la defensa y su subsidiario, que solicitaba que en caso de hallarlo culpable se tuviese en cuenta el atenuante de la figura de Exceso en la legítima defensa.El debate comenzó el martes y continuó ayer con los alegatos. A diferencia de la jornada anterior, Ernst prestó ayer declaración indagatoria, en la que sostuvo que nunca tuvo intenciones de matar a Martínez. En ese sentido relató que el 13 de marzo de 2006 alrededor de las 19 “iba a la casa de mi tío Agustín para ver si podía matar un guazuncho”, y continuó relatando que “a unos dos a tres kilómetros (de su casa) lo veo a Martínez, se me cruzó delante del auto e intenté esquivarlo dos veces pero me insultaba y no me dejaba pasar. Me bajé y le dije ‘dejate de romper las guindas’, mientras me puteaba”. Ernst sostuvo: “Martínez se me vino encima con el cuchillo, entonces para intimidarlo le dije mirá que te voy a tirar; me volvió a insultar y efectué un disparo sin apuntar, tiro y cae. Me asusté, nunca tuva la intención de lastimarlo; me decía ¡qué hice, qué hice!”.A pesar de su relato, el tribunal no pudo lograr que el condenado explicara el porqué del segundo disparo, que fue mortal e ingresó por la espalda de la víctima que fue hallada a unos 20 o 25 metros del lugar donde fue hallada la vaina del primer disparo que realizó Ernst estando ambos hombres enfrentados. Sin embargo ayer ante el tribunal dijo: “No puede ser nunca en la espalda porque cuando le tiré estaba de frente”. Tampoco pudo explicar porqué el cuchillo con el que supuestamente Martínez lo amenazó y atacó fue hallado envainado y en la cintura de la víctima.A la hora de los alegatos, Almada manifestó: “A lo largo del debate, pero especialmente hoy, me queda mucho más claro que se encuentra totalmente acreditada la materialidad del hecho y la autoría responsable” y recordó que “el propio imputado declaró que realizó los disparos”. También explicó que “actuó con pleno conocimiento de lo que estaba haciendo, resulta claro que Ernst encontró lo que buscaba, quería cometer este hecho, no lo pudo cometer el día anterior cuando salió a buscarlo”, y evaluó que “Ernst tenía en la mira una presa, pero no era un ciervo, sino un hombre”. Finalmente sostuvo: “¿De qué legítima defensa estamos hablando?, esto fue una ejecución”.Por su parte, Rodríguez Allende realizó un gran esfuerzo por probar que Ernst actuó en defensa propia y para probarlo realizó un relato que circunscribió los hechos al contexto histórico. Así, sostuvo que “el encuentro (entre ambos hombres) fue absolutamente casual y no forzado como dice el fiscal”, y evaluó que “si Ernst quería buscar a Martínez y matarlo porqué luego se entregaría. La experiencia y la lógica dicen que este hecho quedaría como un hecho impune más por las características del lugar”.