Lunes, 3 de noviembre de 2025   |   Campo

El secreto nutricional del maíz tardío que pocos conocen

El secreto nutricional del maíz tardío que pocos conocen

El cultivo de maíz tardío se volvió un recurso estratégico en la Argentina, tanto para la producción de alimentos como para la rentabilidad y la estabilidad económica de los planteos que lo integran. La siembra tardía cobró importancia por su capacidad para aprovechar de manera eficiente la humedad del suelo y evitar el estrés hídrico en floración que suelen sufrir los cultivos en diciembre y enero.

El maíz tardío presenta una logística de manejo distinta a la del temprano. La pregunta inevitable es si las estrategias de fertilización deben diferir.

Para responder, hay que pensar en los nutrientes que limitan los rendimientos del cultivo. El nitrógeno, el fósforo y el azufre son los elementos esenciales más relevantes para el desarrollo del maíz, aunque los requerimientos de potasio en algunas zonas (típicamente, en la provincia de Entre Ríos) y los de micronutrientes, como el zinc, no deberían, a esta altura, subestimarse.

El nitrógeno (N) es el factor que más condiciona el rendimiento del maíz. Los requerimientos de N por cada tonelada de grano son similares en el cultivo temprano y en el tardío (unos 20 kg de N por tonelada producida). Sin embargo, el maíz sembrado tarde suele presentar un potencial de rendimiento inferior al temprano, por lo que, en una misma zona, las dosis de nitrógeno deberían ser algo menores en los tardíos. Además, al sembrarse ya entrado el verano, suele encontrar contenidos iniciales de nitratos más elevados.

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No obstante, en esta campaña las condiciones hídricas del suelo sugieren rendimientos superiores a los promedios, de modo que limitar las dosis podría hacer perder la oportunidad de alcanzar rendimientos óptimos tras varias campañas climáticamente exigentes. Hay que considerar, además, que el nitrógeno aplicado en siembra puede sufrir ineficiencias (pérdidas) relevantes en años lluviosos; por ello, idealmente debería fraccionarse en dos aplicaciones (típicamente, en siembra y en 6 -8 hojas) para optimizar su aprovechamiento.

El fósforo es el segundo elemento que limita los rendimientos del maíz tardío. Los mapas de nutrientes de las principales regiones de la Argentina, presentados en el Simposio de Fertilidad 2025, muestran que el 60% de los suelos cultivados tiene valores de Fósforo Bray (el indicador más común en Argentina) inferiores a 20 partes por millón (ppm), es decir, por debajo o muy cerca de los umbrales de deficiencia (14-16 ppm suelen limitar el crecimiento del cultivo). Más allá de la cantidad presente en el suelo, la dosis de fósforo a aplicar dependerá de las relaciones de precios entre granos y fertilizantes. En cuanto a la modalidad, este nutriente debería aplicarse en siembra y cercano a la semilla para garantizar el suministro inicial.

Si dejamos de mirar el suelo y lo pasamos al Excel, la campaña actual muestra una mejora en la relación de precios entre el maíz y los fertilizantes al comparar los valores de agosto con los de septiembre y la primera quincena de octubre. Esa mejora fue de alrededor de 4,5% para los fosfatados y 8,1% para los nitrogenados, producto del aumento en las cotizaciones del cereal y, sobre todo, de la baja en los precios de los fertilizantes, del orden del 3% en fosfatados y del 7% en nitrogenados.

De ese modo, se fortaleció el poder de compra del maíz frente a los insumos, lo que mejora la rentabilidad potencial de la fertilización y favorece una mayor disposición de los productores a mantener o aumentar las dosis de fertilizantes.

En definitiva, la fertilización del maíz tardío es esencial para maximizar rendimiento y rentabilidad. La campaña iniciada parece ofrecer un panorama más que auspicioso, aunque exige un enfoque integral que incluya análisis de suelos, elección correcta de nutrientes, prácticas de aplicación adecuadas y evaluación de la rentabilidad de la medida. El maíz, ya sea temprano o tardío, sigue siendo maíz: un cultivo noble cuyo verdadero potencial sólo se alcanza con una estrategia de fertilización apropiada.

Los autores integran Fertilizar Asociación Civil

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