
La convocatoria de Mauricio Macri a una cumbre del PRO tiene relación directa con el intento de buscar armonizar un partido que en los últimos años, tras haber dejado el poder en 2019, fue desarmándose a partir de internas durísimas.
Lejos ya de los tiempos en los que las peleas se daban entre primeras líneas como Patricia Bullrich y Horacio Rodríguez Larreta, afuera del espacio ambos hace tiempo tras el frustrante 2023, en la actualidad las discusiones se dan entre espadas dentro del Congreso, ya que la conducción partidaria le corresponde 100% al ex presidente de la Nación.
La última imagen que graficó la crisis del PRO fue la discusión pública entre Silvia Lospennato y Cristian Ritondo, el jefe de bloque en la Cámara de Diputados, hábil negociador legislativo y aliado del Gobierno, pero que en los últimos meses parece haber perdido influencia en el ordenamiento de toda la tropa. Una reversión del antiguo superclásico de Halcones y Palomas.
En las votaciones recientes en las que se rechazaron dos vetos que había firmado Javier Milei a la Ley Garrahan y a la del financiamiento universitario, el PRO votó totalmente dividido.
Ese fue uno de los motivos de la discusión con Lospennato que en realidad inició Alejandro Finocchiaro, alfil ritondista que seguramente renovará su banca en octubre, al igual que Diego Santilli y, tal vez, la joven Florencia de Sensi, los tres nombres que aprobó Karina Milei en el armado de una lista bonaerense con predominio libertario.
Finocchiaro le cuestionó su sentido de pertenencia no sólo a Lospennato, que votó en rechazo al veto de Milei en ambos casos, sino también a María Eugenia Vidal, la ex gobernadora que rechazó el bloqueo a la Ley Garrahan pero se abstuvo en el caso del financiamiento universitario.
Ritondo se cruzó con Lospennato en plena sesión, en defensa de Finocchiaro, pero fue Fernando Iglesias, el macrista más extremo, el que salió a atacar con dureza a la recientemente electa legisladora porteña, que tendría decidido mantener su banca en Diputados y no asumir la que ganó en mayo a nivel local.
Lospennato, que en el pasado trabajó muy cerca de Larreta en la campaña de 2023 contra la entonces macrista Bullrich, tiene como aliada central a Vidal. Se mueven casi siempre en bloque y aseguran responder a Macri, el líder del partido. Pero la relación con Ritondo es tirante, sobre todo la de Lospennato, desde hace tiempo. En el caso de Vidal, la une una amistad con quien fuera su ex ministro de Seguridad bonaerense, pero actualmente están en veredas opuestas del partido: mientras Ritondo se movió en campaña con un buzo violeta al lado de los Milei, Vidal rechazó ser candidata en la ciudad de Buenos Aires, en desacuerdo con la decisión de competir aliados con los libertarios.
Vidal y Lospennato son las dos referentes principales de la Fundación Pensar, el think tank del PRO, y cultivan una mirada de que el partido debe volver a sus raíces y evitar hacer alianzas de momento.
La decisión de Macri fue por otro carril. Cerró acuerdos en Ciudad y Provincia con LLA y sólo jugó una carta fuerte como la de Fernando de Andreis, su incondicional mano derecha, que será candidato en el quinto lugar de la lista en la ciudad de Buenos Aires. La sexta en esa nómina es la joven Antonella Giampieri, que responde a otro delfín de Macri, su ex secretario privado en la presidencia, Darío Nieto, actual legislador porteño.
En paralelo, en la ensalada del PRO también acciona Jorge Macri, el jefe de Gobierno porteño, que tras el duro traspié que significó salir tercero en la elección local de mayo, promueve la construcción de una alternativa con antiguos socios de Juntos por el Cambio para la Ciudad en 2027. Incluso con matices y posiciones diferentes, los Macri suelen moverse alineados.
Hay otros dos gobernadores que pertenecen al PRO. El chubutense Ignacio Torres y el entrerriano Rogelio Frigerio. El primero forma parte de las reuniones habituales de mesa nacional. El segundo también, pero es menos activo en la vida política del partido.
Los intendentes también juegan su partido. La más influyente es Soledad Martínez, de Vicente López y que responde a Jorge Macri históricamente, pero que tiene juego propio y es vicepresidenta del PRO nacional y del provincial.
Ramón Lanús, de San Isidro, también tiene buen vínculo con Macri, pero algunos le cuestionan su buena sintonía con la exiliada Bullrich. Como Martínez, ganó de manera contundente en su municipio en las elecciones bonaerenses del 7 de septiembre, sacando más del 50% de los votos.
Otro intendente clave es Guillermo Montenegro, de General Pueyrredón, aliado de Ritondo y Santilli y nexo clave para cerrar la sociedad con los libertarios. Del marplatense, electo senador provincial, se habla acerca de su posible desembarco dentro del gobierno de Milei después de octubre.