
El panorama electoral 2019 es pura incertidumbre y despiertatodo tipo de especulaciones. Mauricio Macri y su equipo recibieron las últimasencuestas y se entusiasman con la posibilidad de ganar la reelección en primeravuelta. Cristina Kirchner mantiene el misterio respecto a una eventualcandidatura pero da todas las señales de que buscará competir para volver aconducir los hilos del país. El peronismo alternativo, en tanto, sigueintentando instalar a sus postulantes y así romper con la polarización quemarcan las encuestas.
Hay algo, sin embargo, que puede analizarse con mayorcertidumbre: el próximo presidente tendrá que lidiar con un Congreso sin mayorías.El mejor escenario para Macri sería el de ganar en primera vuelta, peroconsiguiendo también excelentes resultados en las provincias, sobre todo lasque renuevan senadores, la Cámara donde más lejos está de conseguir una mayoríapropia. Así y todo, quedaría a unas bancas de garantizarse el quórum parahabilitar los proyectos en debate.
La vuelta del kirchnerismo al poder abre unescenario incierto. El Frente para la Victoria, por sí solo, quedaría lejos dela mayoría propia. Sin embargo, la suma de las diferentes vertientes peronistaspermitirían cambiar esa situación. Muchos de los legisladores (y losgobernadores a los que responden) que hoy están en otros bloques siguenmanteniendo una buena relación con los líderes del kirchnerismo.
PERFIL realizóun informe donde se analizan tres posibles casos, guiado por las opciones másprobables que deslizan hoy las encuestas: Macri reelecto en el ballottage,Macri reelecto en primera vuelta y Cristina ganadora en el ballottage. Elejercicio hipotético -cuando todavía faltan nueve meses para las eleccionesgenerales- permite ir sacando algunas conclusiones. Todo, claro está,dependiendo de múltiples factores: en que condiciones económicas se llega a lavotación, si Cristina finalmente es candidata, si el peronismo ensaya algúntipo de unidad o sigue dividido, o si aparece algún candidato tapado. EntreCambiemos y el Frente para la Victoria renuevan la mayor cantidad de diputados,porque los que se van son los que entraron en la elección de 2015, en la queDaniel Scioli le ganó a Macri en primera vuelta (37% a 34%).
En el Senado, entanto, son ocho provincias las que eligen y quienes más arriesgan son losperonistas del bloque de Miguel Pichetto (siete bancas). Cambiemos pone enjuego apenas cuatro.
Escenario 1. Se da un panorama muy similar al de 2015, eneste caso con Macri saliendo primero pero sin llegar al 40% de los votos,obligado así a ir una segunda vuelta contra Cristina Kirchner. Finalmente, ganael ballottage, pero la conformación del Congreso va a quedar diagramada en laprimera vuelta. Allí, Cambiemos quedaría con una situación muy similar a laactual en Diptuados (poco más de 110 diputados propios), con el problema de queel kirchnerismo se vería fortalecido con la candidatura de la ex presidenta en desmedrodel peronismo alternativo. Eso sería una complicación para el macrismo y susespadas negociadoras, ya que es con ese sector del PJ con el que se tejen lamayoría de los acuerdos parlamentarios. En el Senado, podría sumar unos cuatromiembros más al bloque, sobre todo de provincias donde hoy no tiene ningúnrepresentante. Pero igual seguiría al borde de los 30 senadores, cuando senecesitan 37 para tener quórum. Al igual que en Diputados, el bloque de CFKsería el más beneficiado, aunque allí resta saber cómo será el armado de laslistas en la negociación con los gobernadores. ¿Impondrá a su gente Cristina oserá negociado? Y otro interrogante para el Senado que viene: ¿renovará otroperíodo Miguel Pichetto o el Gobierno se quedará sin su interlocutor deconfianza?
Escenario 2. El optimismo marcospeñista rinde sus frutos y Macrigana en primera vuelta (saca más del 40% de los votos y más de diez dediferencia sobre Cristina). Se replicaría un escenario similar a las eleccionesde 2017, en las que Cambiemos a nivel nacional superó el 42%. Macri seguirágobernando en minoría, pero mucho más cerca de alcanzar los números mágicos,por lo que las negociaciones serían más “económicas”. En Diputados, podríallegar a sumar una quincena más de bancas al bloque y quedar a unos 5 votos delos 129 necesarios para el quórum. Tendría que repetir la excelente elecciónporteña de 2017, y también en Buenos Aires y Santa Fe. Si de derramar optimismose trata, en el Senado el oficialismo podría alcanzar hasta 34 senadorespropios, apenas tres menos que los necesarios para el quórum. Es en el caso deque gane los dos senadores en provincias como Entre Ríos, Chaco, Neuquén ySalta. Se descuenta el triunfo en Capital y que se quedará con el segundopuesto en Río Negro, Santiago y Tierra del Fuego.
Escenario 3. Pero en elkirchnerismo también abundan los optimistas que creen que ante el escenario decrisis económica Cristina se fortalecerá y le terminará ganando a Macri en unballottage. Implicaría que la candidata de Unidad Ciudadana se fortalecería yharía listas con refentes de su espacio en todo el país. Podría sumar así hastaunos 17 diputados más al bloque que en la actualidad conduce Agustín Rossi.Serían menos de 100, por lo que dependería de los otros 40 peronistas paraalcanzar la mayoría. Entre esos peronistas hay algunos que responden a losgobernadores y otros que son del massismo, por lo que no se puede esperar unarespuesta uniforme. Situación similar se daría en el Senado. Su bloque actual(de nueve) se podría extender a 20 miembros, y sumaría a algunos de losactuales senadores del bloque de Pichetto. Pero igual necesitaría extender losacuerdos. De todas formas, es sabido que en el peronismo cuando alguienconduce, el resto acompaña.
Gabinete completo e intrigas electorales
La semanaque comienza será para el presidente Mauricio Macri el regreso de lleno a lostemas de gestión. Mañana reunirá a todo el gabinete, con el regreso devacaciones de un par de ellos, y será el primer encuentro formal de todos losministros en 2019. Sin embargo, mañana también estaba pautada una reunión, almediodía, del G5, el grupo político que integran el jefe de Gabinete, MarcosPeña, con el ministro del Interior, Rogelio Frigerio, el jefe de gobiernoporteño, Horacio Rodríguez Larreta, y la gobernadora bonaerense María EugeniaVidal, pero a último momento se suspendió. Había dudas sobre la presencia deltitular de la Cámara de Diputados, Emilio Monzó, quien escogió el silenciototal tras la crisis que derivó en los cambio de gabinete. También, se suponía,una hora después almorzarían en Balcarce, la sede del búnker PRO, losmencionados sumados a Diego Santilli, el vicejefe porteño, Fernando de Andreis,el secretario General, Sebastián García de Luca, viceministro político delInterior y Federico Salvai, el jefe de gabinete bonaerense.
Todo tendrá queesperar: la decisión sobre el calendario electoral del oficialismo vieneretrasando otras definiciones. Vidal no volvió a hablar del tema con losfuncionarios de la Casa Rosada. Se guarda una reunión con Peña y, sobre todo,una con Macri para definir qué conviene hacer. Aún restan, además, los últimosnúmeros de Jaime Durán Barba para presentar ante la mesa chica del Gobiernonacional. También habrá números de la consultora Isonomía, la más confiablepara el oficialismo cuando se trata de tomar decisiones trascendentes comocuánto miden los intendentes del conurbano bonaerense con respecto a la imagende Cristina Kirchner.