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Domingo, 24 de agosto de 2025

El PRO quedó reducido a los armados provinciales 

En un año, el partido de Mauricio Macri quedó reducido a una mínima expresión, absorbido por LLA. Los que quedan, están en silencio.
El PRO quedó reducido a los armados provinciales 

Hace un año había dos PRO. El que resistía un acuerdo con La Libertad Avanza, con Mauricio Macri y Jorge Macri a la cabeza, y quienes planteaban un acuerdo como único camino, con dirigentes como Diego Santilli al frente. Además, sin cambiarse formalmente de partido, estaba Patricia Bullrich, quien señalaba que el partido no tenía futuro sin fusionarse con LLA. Hoy quienes objetaban la fusión, la elogian. Mauricio Macri parece haberse bajado de la conducción del sector que se resiste, escudería que quedó en la voz de María Eugenia Vidal (en la voz, pero –como se verá– no tanto en las acciones). Y el sector que resistía el acuerdo parece haberse reducido a su mínima expresión. 

Volvamos un segundo al panorama del PRO hace un año. El sector del PRO que quería un acuerdo se veía mayoritario pero, por ejemplo, en la conducción del partido estaban mitad y mitad. Los acuerdistas dieron algunas señales de rebeldía cuando Macri forzó un comunicado del partido a comienzo de este año donde esbozaba una crítica al Gobierno por no haber buscado aprobar un Presupuesto. Ahí Macri tuvo la primera señal de que su oposición a Milei tenía pies de barro.

No obstante, el expresidente y su primo, el jefe de Gobierno, Jorge Macri, hicieron un intento de disputar el electorado. Desdoblaron las elecciones porteñas, un poco con ese objetivo y otro poco por temor a que las elecciones de octubre les complicaran el escenario en la Legislatura. En realidad, lo que catalizó esa decisión fue que el bloque de Pilar Ramírez (la misma a la que se terminaron sometiendo) les intentó voltear el Presupuesto porteño en diciembre del año pasado.

Pero cuando llegó la hora de la confrontación final nadie quería ir a encabezar la lista (Vidal, por ejemplo, esquivó el convite), se la terminaron dando a Silvia Lospennato con la idea de que iba a ser una campaña colegiada, con muchas figuras empujando. Eso finalmente no ocurrió, pero sí Macri la llevó a Lospennato por los canales de televisión, en muchos casos interrumpiéndola y desautorizándola. 

El resto es historia: perdieron estrepitosamente, el PRO quedó tercero y la lista encabezada por un ser gris como Manuel Adorni salió primera, prueba inconfundible de que el electorado estaba mayormente con Milei. Esa derrota, planeada y ejecutada por Macri, zanjó muchas discusiones dentro del PRO.

El expresidente se corrió de las negociaciones, al punto de que se fue por un largo tiempo del país. Pidió “un acuerdo digno” que nunca llegó. No se lo dieron en provincia de Buenos Aires, pero mucho menos se lo otorgaron cuando Macri fue a negociar él una lista conjunta en la Ciudad. Le dieron dos lugares, le vetaron dos veces a la mujer que propuso y el PRO tiene cero relevancia en la campaña porteña. En provincia, en tanto, los dirigentes macristas ya visten las camperas violetas como uno más. 

No obstante, en el mismo acuerdo, se abrió Vidal, quien comenzó a dar entrevistas para cuestionar lo acordado. Incluso publicó en LinkedIn un posteo diciendo que en diciembre se queda sin trabajo y dijo que va a acompañar a los candidatos del PRO en todas las provincias en las que compitan contra LLA. Puntualizó que el PRO llegó a un acuerdo en 10 distritos (más de lo que parecía en un comienzo), pero que en otros 14 van con lista propia. Ahora bien, ¿cuánto de la rebelión de Vidal en las palabras se verifica en los hechos?

Votaciones que aclaran

Un repaso de las votaciones de la semana que pasó deja más en claro cual es el alcance que tienen hoy los sectores del PRO que siguen resistiendo a LLA. En Diputados, la mayoría del bloque que conduce Cristian Ritondo votó en contra de los jubilados. Los que apoyaron el veto fueron, además de Ritondo, 28 diputados (sobre un total de 35. 

En cambio, decididamente en contra del veto (y a favor de los jubilados) solo votaron del PRO Sofía Brambilla (Corrientes) y Ana Clara Romero (Chubut), es decir, diputadas que responden a armados provinciales donde el PRO se autonomizó de LLA. En Chubut, el gobernador Nacho Torres se intregó a Provincias Unidas y va con una lista que tiene el mismo nombre que cuando ganó. 

No obstante, no hay una estrategia unificada de los gobernadores PRO: Rogelio Frigerio, en Entre Ríos, hace un año imaginaba un frente provincial donde podía estar LLA como uno más. Ahora, terminó en el armado donde Karina Milei maneja la lapicera y le ocupó los primeros lugares de las listas nacionales todos con candidatos violetas. Jorge Macri, en tanto, fue marginado del acuerdo nacional. 

Volviendo a las votaciones, Vidal (que era la voz cantante de los rebeldes) se quedó sentada y se abstuvo tanto en la votación de los jubilados como en la de emergencia en discapacidad. Es exactamente lo que le había pedido Ritondo y es una forma de agravar las mayorías necesarias para rechazar el veto. Es decir: Vidal jugó para Milei, más allá de sus discursos. En cambio, Lospennato se ausentó cuando votaban jubilaciones, que es una forma de ayudar a que el rechazo salga, sin dar la cara para votar a favor. 

Otra forma de evaluar cómo se condujo el PRO es analizar cómo cambiaron su voto quienes se habían abstenido cuando se aprobó la ley en junio de este año. Fueron nueve diputados, incluida Vidal, y en ese momento se lo vio como un desafío del sector de Mauricio Macri hacia Milei, que aventuraba futuras rebeliones que nunca llegaron.

Las rebeliones no fueron tales: de esos nueve, cinco cambiaron su voto para favorecer el veto a los jubilados, dos pasaron a rechazar el veto y Vidal siguió con su abstención. La novena que falta es Silvia Lospennato, que se ausentó. Es decir, que la mayoría de los supuestos rebeldes terminó del lado de Milei. 

En el Senado también hubo chispazos de rebelión PRO a la hora de discutir los DNU de Milei. “Yo voy a ir en contra del INTA y en contra de Vialidad, porque creo que el Gobierno nacional tiene que rever esta situación”, sostuvo el jefe del PRO, Alfredo De Ángeli, quien es, no obstante, de las figuras más amigables con LLA. El rechazo del PRO a algunos de los DNU fue generalizado, con la excepción de la senadora Carmen Álvarez Rivero, que ya es más violeta que amarilla. En cambio, en otros temas, como el Garrahan o las universidades, el PRO volvió a su rol de aliado. 

Por lo tanto, en la actualidad el grupo de resistentes está en silencio y en franca retirada. La única voz cantante que tienen es Vidal, quien no obstante acompaña las decisiones. Otros, como Jorge Macri, guardan silencio. La intendenta de Vicente López, Soledad Martínez, también terminó dentro del armado de LLA. 

Un gran ejemplo es la mano derecha de Macri, Fernando de Andreis: sus tuits pasaron de cuestionar a todos los que hablaban de “fusión” del PRO con LLA a reivindicar su lugar como candidato violeta y sostener que ese acuerdo lleva al PRO al futuro y lo aleja del “murmullo interno socialista”. 

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