
Este domingo, la Iglesia Católica conmemorará un hecho histórico con la canonización de Carlo Acutis, reconocido como el primer santo de la generación millennial. La ceremonia se llevará a cabo en la Plaza de San Pedro, presidida por el papa León XIV, y contará con la presencia de decenas de miles de fieles de todo el mundo. Durante el evento, también se canonizará a Pier Giorgio Frassati, un joven italiano que falleció en 1925 a causa de la poliomielitis.
El inicio del acto está programado para las 10:00 (hora local) y se llevará a cabo con la tradicional fórmula en latín que inscribirá a estos jóvenes en el libro de los santos, lo que permitirá el inicio de su veneración universal. Se prevé una celebración masiva, especialmente de jóvenes católicos, lo que consolidará el legado de Carlo Acutis como un modelo de santidad que integra espiritualidad, compromiso social y un uso positivo de la tecnología en la fe.
Acutis nació en Londres el 3 de mayo de 1991 y falleció en 2006 a los 15 años debido a leucemia fulminante. Fue beatificado en octubre de 2020 por el papa Francisco, quien había planeado su canonización durante el Jubileo de los Adolescentes, aunque el fallecimiento de Carlo postergó la ceremonia.
“Carlo era un niño normal y corriente como los demás. Jugaba, tenía amigos e iba al colegio. Pero su cualidad extraordinaria era que abrió la puerta de su corazón a Jesús y le dio prioridad”, afirmó su madre, Antonia Salzano, en una entrevista con Reuters.
Acutis creció en Milán, Italia, donde realizó sus estudios y recibió la Primera Comunión a los siete años. Desde ese momento, la misa diaria, el rezo del rosario y la adoración eucarística se convirtieron en parte de su rutina. Aunque disfrutaba de videojuegos, excursiones y la compañía de amigos, Carlo se destacó por su compromiso con la fe y con los más necesitados. Participó como catequista en su parroquia, ayudó en comedores populares y brindó apoyo a personas en situación de calle.
Su pasión por la informática lo llevó a crear sitios web para su colegio y parroquia, además de diseñar una exposición digital con más de 100 milagros eucarísticos reconocidos por la Iglesia. Este proyecto, aún accesible en línea, fue considerado un innovador aporte a la evangelización en la era digital, lo que le valió el epíteto de “influencer de Dios” o “ciberapóstol”.
El Vaticano le atribuyó dos milagros: la curación de un niño en Brasil y la recuperación total de una adolescente costarricense tras un grave accidente. Estos sucesos fueron cruciales para la aprobación de su canonización.
Su tumba se encuentra en el Santuario de la Spogliazione, en Asís, donde anualmente cientos de miles de peregrinos visitan el lugar. “Carlo es recordado por su amor a la Eucaristía, su sensibilidad hacia los pobres y su uso de la tecnología al servicio de la fe”, indicó Vatican News.
Durante la ceremonia, el papa León XIV también canonizará a Pier Giorgio Frassati, hijo del fundador del diario La Stampa. Frassati se dedicó a ayudar a los pobres, practicó el alpinismo y resumía su ideal en el lema “Verso l’alto”.
Falleció a los 24 años y fue beatificado por Juan Pablo II en 1990. A finales de 2024 se reconoció un segundo milagro, la inexplicable curación de un joven estadounidense en coma, lo cual facilitó su canonización.
La canonización de Acutis y Frassati tiene como objetivo conectar la Iglesia con las nuevas generaciones. “Este santo es increíble, y además tan joven. Podemos presentarlo como ejemplo para nuestra gente, porque todos estamos llamados a la santidad”, afirmó el padre Jacinto Bento, sacerdote portugués que peregrinó a Asís.
El papa León XIV enfatizó que estas figuras representan “santos de la calle”, cercanos a la vida cotidiana y capaces de inspirar a los jóvenes contemporáneos.
En escuelas y parroquias católicas de todo el mundo, como la parroquia Beato Carlo Acutis en Chicago, los estudiantes participan de talleres y recrean escenas de la vida de Carlo. Dibujan objetos que él podría haber usado, como una computadora, un balón de fútbol o un rosario, mientras conversan sobre los milagros atribuidos a su intercesión.
“Cuando leí su historia por primera vez, fue simplemente impactante para mí, porque desde muy joven él estaba realmente atraído por Jesucristo y asistía a misa todo el tiempo”, comentó Sona Harrison, estudiante de octavo grado.
(Con información de EFE y AP)