Sábado, 4 de octubre de 2025   |   Política

El operativo Frigerio vs el operativo Pullaro: Milei caminó en paz en Entre Ríos y en conflicto en Santa Fe

En Paraná, Milei tuvo una caminata segura y sin incidentes bajo la organización de Frigerio. En Santa Fe, Pullaro enfrentó disturbios y detenidos. El contraste expuso dos modelos políticos y operativos frente al gobierno nacional.
El operativo Frigerio vs el operativo Pullaro: Milei caminó en paz en Entre Ríos y en conflicto en Santa Fe

 

De la redacción de INFORME DIGITAL.

La visita de Javier Milei al Litoral dejó una doble postal: en Entre Ríos, el Presidente pudo caminar sin sobresaltos, rodeado de militantes y vecinos; en Santa Fe, el paso presidencial terminó en tensión, con disturbios y detenidos.

El contraste entre ambos operativos fue tan evidente que terminó proyectándose como una lectura política sobre dos estilos de gestión y dos relaciones muy distintas con la Casa Rosada.

 

 

Frigerio garantizó control y previsión

 

En Paraná, el operativo provincial mostró un nivel de organización y previsión poco habitual en actividades de esta magnitud.

Rogelio Frigerio desplegó un dispositivo coordinado entre la Policía de Entre Ríos, agentes municipales y fuerzas federales.

El anillo de seguridad permitió que Milei recorriera parte del Parque Urquiza, saludara a simpatizantes y completara su agenda sin demoras ni contratiempos.

 

El despliegue fue planificado para evitar el contacto directo con grupos opositores y garantizar la circulación del Presidente en un entorno controlado.

La logística incluyó controles de acceso, presencia de móviles de apoyo y un esquema de evacuación previsto, aunque no fue necesario activarlo.

 

El resultado fue una caminata ordenada, breve pero política, donde Frigerio volvió a mostrarse como uno de los gobernadores con mayor sintonía operativa e institucional con el Gobierno nacional.

 

 

Pullaro enfrentó tensión y desborde

 

 

En Santa Fe, la realidad fue muy distinta.

La actividad de Milei se desarrolló entre protestas, empujones y forcejeos en el área del Puerto y la Plaza 25 de Mayo.

Hubo agresiones verbales, lanzamiento de objetos y daños materiales, lo que obligó a interrumpir la caminata presidencial.

 

El operativo de seguridad provincial fue desbordado en pocos minutos.

La presencia policial resultó insuficiente, el vallado fue vulnerado y la comitiva presidencial tuvo que replegarse para evitar incidentes mayores.

Fuentes oficiales confirmaron que varias personas fueron detenidas y que el Presidente abandonó la ciudad sin hacer declaraciones.

 

El gobernador Maximiliano Pullaro, que integra el bloque de mandatarios de Provincias Unidas, fue cuestionado por la falta de control y por la débil coordinación entre las fuerzas provinciales y federales.

La jornada lo expuso políticamente en un área que conoce bien —la seguridad—, donde su gobierno buscaba mostrar fortaleza.

 

Dos estrategias políticas enfrentadas

 

La diferencia entre ambos escenarios excede lo operativo y remite al plano político.

Frigerio mantiene una relación directa y funcional con el gobierno de Milei.

En Entre Ríos, el acuerdo político entre Juntos por Entre Ríos y La Libertad Avanza se tradujo en gestos de cooperación institucional y respaldo recíproco.

El gobernador buscó garantizar al Presidente una visita sin sobresaltos y lo logró.

 

Pullaro, en cambio, transita una posición más ambigua.

Aunque mantiene diálogo con Nación, forma parte de un espacio federal de gobernadores que marca distancia de la gestión libertaria.

Esa tensión se reflejó también en la logística: falta de coordinación, mensajes cruzados y un operativo que terminó desbordado.

 

El mensaje detrás de las imágenes

 

En política, las imágenes pesan tanto como las declaraciones.

 

Milei caminando en calma en Paraná fue la foto que el oficialismo nacional quería mostrar.

 

Milei corriendo los disturbios en Santa Fe fue la que Pullaro necesitaba evitar.

 

El contraste mostró a Frigerio con capacidad de control político y territorial, y a Pullaro en medio de una crisis de ejecución que debilitó su imagen provincial.

En la lectura federal, el resultado fue claro: Entre Ríos se consolidó como una provincia aliada; Santa Fe, como un territorio en conflicto.

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