Domingo 26 de octubre, apenas unos minutos pasadas las 21. En ese instante podría empezar a explicarse el rotundo avance que consiguió el Gobierno nacional en el Congreso este miércoles. Aquel día, a esa hora, aparecían los primeros resultados de la elección legislativa nacional y se confirmaba un sorpresivo triunfo del oficialismo.
El grueso de las encuestas vaticinaba una victoria libertaria a nivel país, pero no en semejante envergadura y con la frutilla bonaerense. El círculo rojo en general, acaso contaminado por las malas noticias económicas y políticas de esas semanas, imaginaba un lunes negro, con el Gobierno perdiendo, debilitado, y una situación financiera delicada. (Otra vez) No pasó.
La victoria electoral produjo una avalancha que sumó un importante mojón ayer en la Cámara de Diputados. A fines de octubre, la cuenta daba 84 legisladores propios, que terminaron siendo 95 con el último pase de un dirigente que responde al gobernador Rogelio Frigerio. Eso le permitiría, entre muchas cosas, manejar la estratégicas Comisiones Bicamerales que auscultan la Inteligencia y los DNU.
Y si el Gobierno fue el gran ganador, hubo dos derrotados también muy nítidos:
1) El primero, obvio, fue el peronismo K (Cristina Kirchner), al que le arrebataron la primera minoría y hoy se abroquela para que no se le caigan más integrantes.
2) La otra bancada muy golpeada resultó la del PRO (Mauricio Macri): pasó de 37 a 13 diputados y debió aliarse a viejos socios de Juntos por el Cambio para armar un interbloque de peso.
Pero en ese movimiento también hubo manos del Gobierno, con gobernadores aliados que sumaron diputados para acompañar a un desgastado y solitario Cristian Ritondo: allí hay gente del mencionado Frigerio (Entre Ríos), los radicales Cornejo (Mendoza), Zdero (Chaco) y Valdés (Corrientes), más el independiente Vidal (Santa Cruz).
¿Valdés y Vidal no eran de Provincias Unidas? Eran. Efecto electoral y tarea de seducción de los movedizos Diego Santilli (ministro de Interior) y Martín Menem (titular de Diputados). El interbloque tendrá 22 miembros y se prevé que sea una de las peceras que mirará con mayor cariño la Rosada cuando necesite aprobar el Presupuesto y las reformas impositiva y laboral.
También con 22 quedó el interbloque de Provincias Unidas, otro desgajamiento del viejo Juntos por el Cambio, con diputados que responden a otros gobernadores no K: Sadir (Jujuy), Llaryora (Córdoba), Torres (Chubut) y Pullaro (Santa Fe). Se presume que este armado tendrá un foco más opositor.
Hablando de mandatarios dialoguistas, párrafo aparte para el sanjuanino Marcelo Orrego, que por ahora mantuvo a sus dos legisladores en un bloque aparte. ¿Podría desempatar y hacer crecer a 24 a uno de los dos terceros?
En este contexto favorable, donde un Gobierno originalmente burlado por sus movimientos políticos hoy muestra más destreza que otros expertos rosqueros de la casta, los Milei ya hablan sin disimulo de la reelección. Lo hizo Karina días atrás, cuando fue a ordenar a la tropa violeta bonaerense en Mar del Plata.
Un estudio que adelantó Clarín, de una consultora que suele darle números muy altos a La Libertad Avanza (por eso acertó en el comicio local de CABA pero pifió feo en el bonaerense) habla, hoy, de una ventaja superlativa. Falta un montón.
