El magnate agroindustrial Andrej Babis se impuso en las elecciones parlamentarias concluidas este sábado en República Checa, con el 35,8 % de los votos según datos preliminares de la Oficina de Estadísticas. El resultado sitúa al líder de la formación populista Acción de Ciudadanos Descontentos (ANO, por sus siglas en checo) como el principal aspirante a encabezar el próximo gobierno tras cuatro años en la oposición, aunque deberá tejer alianzas para lograr una mayoría parlamentaria.
La votación, celebrada en dos días, repartió los 200 escaños de la cámara baja y evidenció un cambio de rumbo en el mapa político del país centroeuropeo. La alianza SPOLU (Juntos), encabezada por el actual primer ministro Petr Fiala, alcanzó el 23,0% de los sufragios, mientras que Fiala y sus socios de gobierno, el grupo STAN y el Partido Pirata, obtuvieron el 11,1 % y el 8,7 %, respectivamente. Entre los otros partidos que cosecharon apoyos figuran la formación antiinmigración Libertad y Democracia Directa (SPD), con el 7,9 %, y el movimiento Motoristas, que logró el 6,8 %.
Aunque ANO lidera el escrutinio, los resultados no garantizan una mayoría absoluta, por lo que Babis necesitará negociaciones con otras fuerzas. Desde el SPD, su vicepresidente Radim Fiala declaró al periódico checo Lidové que “negociarán con cualquiera”, dejando abierta la posibilidad de apoyos, si bien la conformación de una eventual coalición se prevé compleja. Los resultados definitivos serán validados por la Comisión Estatal Electoral el lunes y los partidos tendrán plazo legal para presentar recursos desde el miércoles en caso de ser necesario.
La postura política de Babis puede implicar un alejamiento de Praga respecto a la línea seguida hasta ahora sobre la guerra en Ucrania. En campaña, Babis cuestionó la continuidad del apoyo militar a Kiev y anunció que Chequia dejaría de comprar grandes cantidades de munición de artillería para Ucrania, distanciándose así de la posición pro-ucraniana que ha defendido Petr Fiala desde la invasión rusa de febrero de 2022. Además, el dirigente se opone a aumentar el gasto en defensa para cumplir el compromiso con la OTAN.
Una de las claves del nuevo escenario es la afinidad de Babis con el gobierno húngaro de Viktor Orbán y con el eslovaco Robert Fico, dos mandatarios asociados a políticas más prorrusas y al rechazo de sanciones de la Unión Europea (UE) a Moscú. El regreso del magnate checo podría acercar al país a las posiciones de esos gobiernos en cuestiones como la inmigración, las críticas a las políticas climáticas de la UE y la defensa de la soberanía nacional.
Andrej Babis, de 71 años, dice estar influido por el presidente estadounidense Donald Trump y ha definido a ANO como un partido “aglutinador” con la propuesta de “gestionar el Estado como una empresa”. Su programa promete mayor crecimiento, aumentos de salarios y pensiones, rebajas impositivas y beneficios fiscales dirigidos a estudiantes y a familias jóvenes. “Soy trumpista porque estoy de acuerdo con su programa”, declaró Babis en entrevistas reproducidas por medios locales.
Aunque Babis no cuestiona la permanencia checa en la OTAN ni en la Unión Europea, se muestra abiertamente contrario a adoptar el euro, lo que marca un giro euroescéptico respecto a su etapa como jefe de Gobierno entre 2017 y 2021. Esa orientación también se plasmó en su cofundación, en julio de 2024, del grupo Patriotas por Europa en el Parlamento Europeo, integrado por otras fuerzas nacionalistas como Fidesz (Hungría), Reagrupamiento Nacional (RN) de Francia, Vox (España) y FPÖ (Austria).
Nacido en 1954 en Bratislava, Eslovaquia, en el seno de una familia con fuertes vínculos en la nomenklatura comunista checoslovaca, Babis pudo trabajar y formarse en el extranjero. Tras la caída del régimen comunista fundó Agrofert, hoy el principal conglomerado agroindustrial del país. Su ingreso en la política se produjo en 2011 con la creación de ANO y su posterior ascenso al poder, primero como viceprimer ministro y ministro de Finanzas y después como jefe del Ejecutivo.
El pasado empresarial y personal de Babis ha sido objeto de numerosas controversias. Agrofert recibió dos millones de euros en fondos europeos destinados a pequeñas y medianas empresas, hecho que dio lugar a una investigación por presunto fraude cuya sentencia se espera en los próximos meses. Asimismo, una auditoría de la Comisión Europea en 2019 concluyó que, durante su mandato, Babis mantuvo influencia sobre Agrofert, aun cuando el conglomerado estaba teóricamente en fondos fiduciarios para evitar conflictos de interés.
La figura de Babis también ha estado ligada a polémicas de su época anterior a la democracia. Documentos de la policía política checoslovaca (StB) lo identifican como colaborador bajo el alias de ‘Bures’; aunque Babis ha negado esas acusaciones y emprendió acciones legales, en 2018 un tribunal de Eslovaquia consideró que su papel como colaborador era “indiscutible” según los registros policiales.
En lo personal, Babis se casó en dos ocasiones y tiene cuatro hijos. En 2023 fue derrotado por el presidente Petr Pavel en su intento de llegar a la jefatura del Estado, lo que consolidó a Pavel como uno de sus principales críticos y contrapesos institucionales.
El triunfo electoral de ANO abre un período de negociaciones que definirá el futuro político de Chequia y su posición en los grandes debates europeos, sobre todo en lo relativo al conflicto en Ucrania, la política migratoria y el papel del país en la UE.
(Con información de AP, EFE, EP y Reuters)