
El discurso manodurista nunca fue parte del ADN del PRO. Elmacrismo lo fue incorporando por goteo, casi sin una intención premeditada: lohizo después de haber llegado a la Casa Rosada y ante la falta de resultados enotras áreas. Su promotora, ex aliancista y antes militante del peronismorevolucionario, tampoco cuenta con linaje amarillo de origen. Al contrario,Marcos Peña la miró con desconfianza desde el arranque de Cambiemos. Para eljefe de Gabinete, la ministra Patricia Bullrich era una representante de lavieja política, y la relación entre ambos nació friccionada.
Ahora, mientras ladoctrina Chocobar ya rige como reglamento entre las fuerzas federales, elmacrismo convierte a la seguridad en eje de campaña. Y a Bullrich, en laprincipal vocera de ese speech. Si bien todavía es improbable que la ministrasea la candidata a vicepresidenta en 2019 (en la Rosada casi lo descartan),Mauricio Macri habilitó el empoderamiento de la Piba. “El Presidente respaldala doctrina y cree que ayuda a clarificar situaciones en las que la Justicia hacondenado injustamente a policías que actuaron en el cumplimiento de su deber”,aclaró Bullrich en TN.
Su afirmación encierra algo más que la bancapresidencial: las rondas mediáticas de la ministra, cargadas de frasesdesafiantes, dejaron de ser motivo de discordia con el omnipresente Peña. “Lanecesidad de restablecer el orden público va a ser una de las banderas de lacampaña. Estará orientada especialmente para la clase media y media baja”,revela un estratega electoral del macrismo. Para diferenciarse de antecedentesmás explícitos, como el de Carlos Ruckauf o Francisco de Narváez, en elgobierno definen la propuesta como “mano justa”. Una serie de encuestascualitativas, ordenadas por el equipo de Jaime Duran Barba, confirma los beneficiosde adoptar un discurso punitivista. Se trataría de una suerte debolsonarización light, cruzada por la estrategia central de polarizar con elpopulismo kirchnerista.
Si bien el asesor presidencial suele marcar los riesgosy las contraindicaciones electorales de mano dura, a su vez señala que es unademanda muy presente en las clases bajas. En febrero pasado, dos meses despuésde que el policía Luis Chocobar matara a un ladrón en La Boca (hecho por el quesigue procesado), Duran Barba explicaba en la radio: “Hemos medido la angustiafrente al delito. Mucha gente, sobre todo de los sectores populares, siente queno puede salir de su casa. Por eso desarmar a la policía es poco popular. Lagente pide que se reprima brutalmente a los delincuentes”.
Por aquellos días,Macri y Bullrich recibieron a Chocobar como a un héroe. Ahora, apenas terminóen paz la reunión del G20, el Gobierno reglamentó un protocolo más permisivo enel uso de armas de fuego. Y Macri aprovechó el envión para conectar a losbarrabravas con el kirchnerismo, omitiendo un dato: el enorme protagonismo quemantiene el jefe de La Doce, Rafael Di Zeo, dentro de Boca.
El recurso derivalizar con el peronismo, combinado con la bajada de línea del orden, sellevará puestos algunos matices y contradicciones. Pese a las críticasprevisibles y el fuego amigo en su contra (el juez porteño Roberto Gallardo ladeclaró inconstitucional, y Elisa Carrió la emparentó al fascismo), la nuevanorma ya tiene vigencia práctica. Los agentes de la Policía Federal, Gendarmería,Prefectura y la Policía de Seguridad Aeroportuaria pueden aplicarla.
A partirdel lunes arrancarán las capacitaciones específicas. Peña fue elencargado de darle una interpretación amable y libre de controversias. Lo hizoen su habitual carta explicativa sobre el rumbo oficial: “Podrán emplear armasde fuego en casos de defensa propia o de terceros, ante un peligro inminente demuerte o de lesiones graves, cuando se presuma verosímilmente la existencia dearmas de fuego o cuando pueda haber agresiones mortales aun sin ellas”. Cercade Bullrich son más directos: “No es para perseguir ladrones de carteras. Estápensada para narcotraficantes que usan armas de guerra”.
Varias provincias, sinembargo, optaron por rechazar el reglamento. El ministro bonaerense, CristianRitondo, se enteró por los diarios. Y tras analizarla desalentó su aplicación.También Jujuy, Corrientes, Neuquén, Entre Ríos, San Juan, Córdoba y La Pampa sedistanciaron del protocolo Bullrich. Y no lo hicieron a raíz de un preconceptoideológico: la mayoría de los gobernadores desconfía de la preparación de suspolicías para administrar la ampliación del margen de maniobra.
En laFederal arrancan el lunes con nuevas capacitaciones Las fuerzas federales sepreparan para poner en práctica la nueva reglamentación para el uso de armas.El jefe de la Policía Federal, Néstor Roncaglia, ordenó una nueva capacitaciónde los efectivos a su cargo. La resolución se publicó ayer en la orden del díay dispone que la Superintendencia de Planeamiento policial analice lasreglamentaciones policiales vinculadas con la temática, con el objeto dederogar toda normativa que se oponga al nuevo reglamento. Además, se llevará acabo un ciclo de capacitación, a cargo de la Superintendencia de Personal,Instrucción y Derechos Humanos, cuyos responsables deberán requerir laparticipación de expertos en el área, es decir, instructores de tiro perotambién agentes de los departamentos de Control de Integridad, de PolíticasInstitucionales y del Derecho Penal. El esquema de capacitación seráimplementado en el interior del país de manera virtual.
En este punto, seremarca el deber de maximizar el uso de recursos humanos, materiales yfinancieros para lograr la mayor eficiencia. “Va a haber una profundización delproceso formativo del policía que no se agota con el egreso de la Academia. Espermanente y periódico”, dijo Roncaglia a PERFIL, quien adelantó que, a partirde este lunes, se organizarán charlas multidisciplinarias y teóricas sobre elcorrecto uso de las armas de fuego “provistas por el Estado para la defensa dela sociedad”.
Los oficiales superiores contarán con capacitaciones brindadaspor jueces y fiscales para que luego “transmitan el conocimiento a oficiales ysuboficiales”. El 4 de diciembre pasado, el mismo día en que el protocolo entróen vigencia, circuló un comunicado interno en Gendarmería -la fuerza queconduce Gerardo Otero- que ordenó instrumentar la instrucción y capacitacióndel personal para su aplicación.