Sábado, 19 de julio de 2025   |   Economía

El Gobierno se alista para preservar el dólar a 1.300 pesos en medio del nuevo escenario electoral del mercado cambiario

Se espera mayor dolarización de portafolios pese al fuerte aumento de las tasas de interés de la última semana. Hasta ahora el ajuste cambiario no se trasladó a precios, pero es clave frenar la suba para evitar sorpresas. Los inversores ya siguen de cerca lo que podría ocurrir el 7 de septiembre en las elecciones bonaerenses
El Gobierno se alista para preservar el dólar a 1.300 pesos en medio del nuevo escenario electoral del mercado cambiario

De la volátil semana que acaba de finalizar, ha quedado claro que el equipo económico no se siente cómodo con un tipo de cambio superior a los $ 1.300. En cuanto la cotización alcanzó dicho nivel, se actuó de manera simultánea en dos frentes: se aceleró la venta de futuros de dólar y se elevaron sustancialmente las tasas a casi el 50% anual en la licitación que el Tesoro anunció a las apuradas, lo que permitió captar 4,7 billones de pesos.

Mantener al dólar en esos niveles no será precisamente fácil. La economía argentina ingresa en modo electoral, y tanto ahorristas como inversores ya están marcando fechas en el calendario, siendo la más inmediata la del 7 de septiembre, cuando se votará para legisladores bonaerenses.

Para el Gobierno nacional, el adelanto de ese comicio por parte de Axel Kicillof resulta inconveniente, ya que genera mayor tensión en el mercado. Este era precisamente el escenario que se buscaba evitar al suprimir las PASO de mediados de agosto, logro que, sin embargo, solo permitió ganar tres semanas.

Uno de los problemas persistentes que aqueja al país es la restricción externa, es decir, las dificultades para acceder a dólares. Argentina se enfrenta a un período turbulento, como lo es el previo a las elecciones, y lo hace con un escaso nivel de reservas. El Banco Central tampoco logró acumular lo que exigía el FMI para los primeros meses de este nuevo programa.

A partir de ahora y hasta las elecciones del 26 de octubre, se presentan dos problemas concretos. En primer lugar, desde finales de esta semana habrá una notable disminución en la oferta de divisas provenientes del campo, ya que vence la reducción de retenciones.

Sin embargo, lo más relevante no es la reducción de la oferta, sino que la demanda se sostiene con firmeza, especialmente en lo que respecta al atesoramiento. Desde que se levantó parcialmente el cepo, las personas han estado comprando aproximadamente USD 2.000 millones mensuales. Estas son divisas que podrían haber sido adquiridas por el Central, pero que no pudo hacerlo debido a la competencia con las compras de las familias.

“A esta altura, no está muy claro si el Gobierno hizo bien en apurar la salida del cepo”, comentó Pablo Goldín, economista de Macroview. La decisión del Gobierno en abril fue celebrada, especialmente porque el dólar se mantuvo estable a pesar de los pronósticos. Sin embargo, también es cierto que esto impidió al Central acumular reservas en períodos de “vacas gordas”, como es el segundo trimestre.

Sería realmente milagroso que en agosto se redujera la compra de dólares por cobertura del sector privado, habiendo tan pocas semanas para las elecciones bonaerenses. En cambio, la historia de los últimos 30 años indica que la demanda siempre aumenta en este periodo, incluso en ciclos electorales tranquilos o no decisivos. No parece ser el caso en esta ocasión.

El riesgo de un nuevo salto cambiario es que la cotización se aproxime al techo de la banda cambiaria fijada por el FMI. Este escenario provocaría gran nerviosismo y, sin duda, generaría presión inflacionaria. Y lo más grave sería que se empezaría a poner a prueba al Central para ver hasta qué punto estaría dispuesto a defender ese valor.

Carlos Melconian consideró que “el techo de la banda probablemente desaparecerá una vez que pasen las elecciones legislativas. Sin embargo, lo que más preocupa es que las reservas netas continúan en terreno negativo y se encuentran en el peor momento desde que asumió Javier Milei. Calculamos que a fin de año terminarán en un rojo de USD 7.500 millones”.

Los inversores esperan con ansiedad lo que ocurrirá el 7 de septiembre. Hay expectativas de un triunfo de los candidatos de la nueva alianza entre los postulantes del oficialismo y el PRO. El propio Presidente contribuyó a este sentimiento en los últimos días al señalar que en las elecciones su partido debería llamarse La Libertad “Arrasa”.

Sin embargo, primero deberán vencer al kirchnerismo en su propio bastión, que es la provincia de Buenos Aires. A juzgar por la debilidad en el mercado de acciones y bonos, por el momento no hay nada que se asemeje a un “trade electoral”. Nadie se está arriesgando a apostar por una victoria clara del oficialismo en territorio kirchnerista.

Uno de los fenómenos más destacados de las últimas semanas es que el salto del tipo de cambio, cercano al 10%, no tuvo un traspaso a la inflación. La mayoría de las consultoras proyectan que el índice de julio será similar al de junio, alrededor del 1,6%.

Sin embargo, no está claro si esa estabilidad en los precios se mantendría ante un nuevo salto del dólar oficial. No hay garantía de que un nuevo incremento no afecte los precios, lo que pondría en riesgo el principal activo del Gobierno para ganar las elecciones: el exitoso avance en el proceso de desinflación.

Los mercados, al igual que el FMI, siguen demandando un fortalecimiento de las reservas. No obstante, el Gobierno optó por postergar este objetivo, ya que la prioridad ha sido la reducción de la inflación.

Un informe de Fernando Marull especificó que las compras en bloque del Tesoro en los últimos dos meses fueron de apenas USD 600 millones y que no existió ninguna compra diaria de USD 500 millones, como se había insinuado extraoficialmente. A esto se suman las dos suscripciones del Bonte 2030 por un total de USD 1.400 millones.

Esto significa que, entre las compras en bloque y las colocaciones de bonos, apenas se logró acumular USD 2.000 millones. El objetivo de emitir el equivalente a USD 1.000 millones mensuales en bonos en pesos (BONTE 2030) ha sido postergado hasta nuevo aviso ante el actual panorama de tasas más altas y una mayor dolarización de portafolios.

La economía muestra señales positivas que son un subproducto de la disminución de la inflación, pero al mismo tiempo, la actividad enfrenta un desarrollo en dos velocidades.

La Universidad Di Tella estimó esta semana que la pobreza habría disminuido considerablemente en el primer semestre hasta un 31,6%, casi 20 puntos menos en comparación con el pico de diciembre de 2023, que alcanzó el 52%. La fuerte desaceleración de la canasta básica ha sido fundamental para este notable avance. El hecho de que millones de familias hayan quedado por encima de la línea de pobreza debería reflejarse en los resultados de las próximas elecciones.

Sin embargo, la economía se mueve bajo el modelo “fifty-fifty”, o “50% y 50%”. La mitad de los sectores presenta un impulso significativo, como petróleo, gas, minería, mercado inmobiliario o electrodomésticos. Pero del otro lado, sectores como la construcción, la obra pública, el comercio minorista y la actividad fabril apenas logran repuntar y se mantienen por debajo de los niveles de 2023.

Esta realidad explica por qué, a pesar de la mejora de los indicadores económicos, no se observa crecimiento en el empleo formal. Los sectores más perjudicados por el cambio de modelo son, a su vez, los más intensivos en mano de obra.

Mientras tanto, se espera que el FMI trate el caso argentino a finales de mes. Esto desbloquearía el desembolso pendiente de USD 2.000 millones del organismo y ayudaría a brindar cierta tranquilidad a los mercados.

Moody’s también ha contribuido a dicho objetivo al tomar una decisión inusual la semana pasada, al elevar de una sola vez dos escalones la calificación de la deuda argentina. La salida parcial del cepo y el acuerdo con el Fondo fueron claves para esta decisión. Sin embargo, la calificadora sigue preocupada por la escasez de reservas. Jaime Reusche, el responsable en la calificadora de definir la nota, dejó una frase que encapsula perfectamente el sentimiento de los inversores: “Argentina es un país que siempre está a una elección de distancia del default”.

Déjanos tu comentario: