Domingo, 7 de diciembre de 2025   |   Economía

El Gobierno enfrenta un obstáculo inesperado en su regreso a los mercados de deuda

Un fuerte temblor político en Brasil impactó el viernes. El nuevo Bonar 2029 se colocaría a una tasa superior al 9% anual en dólares. La inflación de alimentos y bebidas sigue picante en diciembre
El Gobierno enfrenta un obstáculo inesperado en su regreso a los mercados de deuda

El Gobierno decidió asegurarse el retorno de Argentina a los mercados de capital tras casi ocho años de ausencia. Por eso optó por una colocación en el mercado local: un bono muy corto (vence en 2029) con un cupón elevado (6,5% anual) para hacerlo lo más atractivo posible para los inversores. Es, en definitiva, un paso intermedio hacia el objetivo mayor: volver a los mercados internacionales con emisiones de mayor profundidad y plazo.

El anuncio fue recibido con bastante euforia y provocó una fuerte suba inicial, sobre todo en los ADR argentinos que cotizan en Wall Street, junto con una mejora en la paridad de los bonos en dólares. Sin embargo, el cierre fue mucho más débil: las acciones terminaron más de 3% abajo y los títulos quedaron prácticamente neutros.

¿Qué ocurrió en el medio? Se “resfrió” Brasil. Los mercados se encendieron tras la confirmación del apoyo de Jair Bolsonaro a la candidatura oficial de su hijo, Flávio, luego de meses de disputas internas en el espacio bolsonarista. Los inversores buscaban un respaldo para el actual gobernador de San Pablo, Tarcisio de Freitas; finalmente, el ex presidente ahora preso optó por su hijo mayor.

La noticia provocó una caída de más del 5% en el mercado brasileño y una suba del dólar. Comenzó la campaña electoral cuando aún falta un año para las elecciones y se instaló la volatilidad. El Bovespa, índice líder de acciones brasileñas, había tenido un gran año con subas superiores al 30%, pero ahora se entra en un período de mayores dudas. La apuesta es que Lula Da Silva no sea reelegido, aunque resulta difícil jugarse con tanta anticipación.

Ese ruido proveniente de Brasil introduce un obstáculo inesperado para el Gobierno en este primer paso, que se hará exclusivamente en el mercado local antes de intentar un regreso pleno al financiamiento internacional.

Expectativas y rendimiento

Habrá que esperar lo que ocurra en los días previos a la colocación, que arranca el miércoles. Pero cualquier incidente complica el objetivo de conseguir un rendimiento lo más bajo posible. Actualmente, el AL 29 —el bono más comparable al que se emitirá— rinde 9,8% anual en dólares. Un objetivo lógico para el equipo económico es buscar que el nuevo título rente en un techo de entre 9% y 9,5% anual.

Ese mismo instrumento bajo legislación neoyorquina (GD 29) tiene un premio por ser considerado más seguro y rinde cerca del 7,5% anual. No obstante, la colocación se hará bajo ley argentina.

La emisión que realizará el Tesoro en los próximos días es un hito. Pero su objetivo principal no es asegurar los dólares para el próximo vencimiento de deuda de USD 4.300 millones en enero, algo que el mercado ya descuenta. En realidad, se busca acelerar una compresión del riesgo país, que viene mostrando resistencia a perforar la zona de los 600 puntos básicos.

A esta colocación del Bonar 29 se sumará un financiamiento de bancos internacionales que ofrecieron (según Caputo) hasta USD 7.000 millones de fondos frescos. La cifra es creíble: Santa Fe tuvo una demanda de USD 1.800 millones por el bono internacional que colocó esta semana y finalmente adjudicó USD 800 millones.

El FMI insiste: acumular reservas

Esta semana volvió el reclamo del FMI para que el Gobierno empiece a acumular reservas. Es el talón de Aquiles del Ejecutivo, que sigue demasiado expuesto a cualquier crisis o cambio de humor en los mercados. Caputo aseguró que el Banco Central podría comprar un piso de USD 7.000 millones el año que viene contra emisión de pesos como parte del proceso de remonetización de la economía.

Sin embargo, la forma de garantizar que esos dólares se incorporen a las reservas es consiguiendo financiamiento por otras vías, sobre todo mediante la colocación de deuda en los mercados. El próximo objetivo en esa dirección es que el riesgo país caiga hasta la zona de 450 puntos básicos. Incluso en esos niveles estaría por encima de lo que rinden los bonos de casi todos los países de la región, salvo Venezuela.

La tranquilidad cambiaria abrió paso a un desplome de las tasas de interés. Primero la caída fue lenta después de las elecciones legislativas y ahora se aceleró. Algunos bancos líderes ya pagan tasas de apenas 21% o 22% anual en pesos, cuando venían de niveles superiores al 45%.

También retrocedieron las tasas de corto plazo para empresas, especialmente descuento de cheques y adelantos en cuenta corriente, hasta niveles cercanos al 30%. La expectativa es que el repunte del crédito y la baja de tasas impulsen, aunque sea de modo marginal, la recuperación de la actividad.

La inflación como límite

La reticencia del Gobierno a poner en marcha el plan de compra de dólares se comprende al observar la evolución de los precios en las últimas semanas.

Consultoras como Econviews y LCG midieron incrementos significativos en alimentos y bebidas en la primera semana de diciembre, en línea con lo verificado en noviembre. Con esos aumentos, la suba de las últimas cuatro semanas se acerca al 4%, lo que pone un piso al índice general de diciembre cómodamente por encima del 2%.

Las consultoras que participan del Relevamiento de Expectativas de Mercado, sin embargo, se mantienen optimistas sobre la evolución futura de los precios. Proyectan que a partir de enero volverán a niveles por debajo del 2% y descenderán hasta 1,5% en mayo, es decir, retornarán un año después al piso que se tocó justamente en mayo de este año.

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