
A una semana de que venza la suspensión temporal de las retenciones a la carne vacuna de novillo y a la aviar, el Gobierno no tiene intención de prorrogar el esquema de alícuota cero. Según confirmaron fuentes oficiales a LA NACION, “no está previsto” extender el beneficio que rige hasta el 31 de octubre, por lo que desde noviembre volverán las alícuotas originales: 5%. Cabe recordar que la carne de vaca seguirá sin pagar derechos de exportación.
En el sector advirtieron que la decisión llega en un momento inoportuno, ya que el regreso del tributo implicará un nuevo costo para la cadena exportadora y podría frenar el impulso que el negocio había empezado a mostrar en los últimos meses. Dirigentes y analistas coincidieron en que mantener el esquema de retenciones cero sería una señal de confianza y previsibilidad, especialmente ahora que se abren nuevas oportunidades de exportación con la ampliación de la cuota a Estados Unidos. Señalaron que el costo fiscal para el Estado es reducido —alrededor de US$150 millones al año en carne vacuna— frente al impacto positivo que la medida tiene sobre la actividad.
La medida había sido dispuesta a fines de septiembre mediante el decreto 685/2025, como parte de un paquete de alivio impositivo al agro que incluyó la eliminación temporal de las retenciones a los granos.
Consultado por LA NACION, el presidente de Confederaciones Rurales Argentinas (CRA), Carlos Castagnani, señaló que “el sector merece que esto siga con retenciones cero, porque ya ha demostrado que ante el menor estímulo de baja de impuestos responde positivamente. Si el Gobierno mantiene el beneficio, sería una señal muy buena, y por supuesto que el sector acompañaría”, agregó.
En la misma línea, el consultor ganadero Víctor Tonelli advirtió que el regreso del tributo restará alrededor de 150 millones de dólares anuales al complejo cárnico.
“En septiembre las exportaciones de carne vacuna superaron los US$400 millones, y si anualizamos ese número estamos hablando de US$4500 o US$4600 millones por año, un nivel alto para el negocio”, explicó Tonelli.
De ese total, un tercio corresponde a carne de vaca —que ya tenía retenciones del 0%—, mientras que las dos terceras partes restantes, unos US$3000 millones, eran las alcanzadas por el 5%. “Cuando ese 5% se eliminó, el beneficio fue de unos 150 millones de dólares anualizados. Si ahora se vuelve a aplicar, ese beneficio desaparece y vuelve a transformarse en un costo para el exportador”, señaló.
El consultor aclaró que ese monto representa “entre 3% y 4% de la rentabilidad total del negocio exportador”, lo cual no es menor para un sector que viene operando con márgenes muy ajustados por el aumento del valor del ganado. “Ese 5% puede parecer poco en términos fiscales, pero en la cadena de la carne es mucha plata. Es dinero que hoy se distribuye entre exportadores y productores, y que con la vuelta de las retenciones dejará de circular dentro del sistema productivo”, afirmó.
Tonelli destacó: “Que ahora se restablezca el 5% cambia completamente la lectura: se pierde previsibilidad y se le quita un estímulo importante a la exportación”.
Según el especialista, mantener las condiciones impositivas favorables permitiría consolidar la recuperación que se viene observando en el comercio exterior de carnes. “Las exportaciones venían creciendo, los precios internacionales mostraban una recuperación y se habla de una posible ampliación de la cuota norteamericana que podría agregar US$20 millones de ingreso cada 10.000 toneladas adicionales. Todo eso se potencia si se mantienen las condiciones impositivas favorables, pero se frena si se vuelven a encarecer las ventas externas”, detalló.
“Para el Estado, mantener la quita representa unos 150 millones de dólares en el caso de la carne vacuna y unos 12 a 15 millones adicionales en la carne aviar. En términos macro, no es un monto relevante, pero para la actividad significaba un gran alivio y una señal de confianza”, agregó.
Por su parte, el presidente de la Federación de Industrias Frigoríficas Regionales Argentinas (Fifra), Daniel Urcía, señaló que “el sentido de mantener las retenciones en cero no puede evaluarse de manera aislada, sino en el marco de las negociaciones que está llevando adelante el Gobierno con los principales destinos de exportación”.
Urcía vinculó su reflexión con el contexto del acuerdo que, tal como publicó este medio, prevé una ampliación de la cuota de exportación de carne a Estados Unidos. “Hoy las retenciones del 5% sobre las categorías de novillo, vaquillona y novillito tienen un impacto simbólico en la recaudación general —menos de 100 millones de dólares al año—, y su eliminación tendría un efecto positivo hacia adelante porque va de la mano con las nuevas oportunidades comerciales que se están abriendo”, sostuvo.
Para el dirigente, mantener las retenciones en cero sería una señal de confianza. “Una forma de sostener los buenos precios que tiene hoy la ganadería es consiguiendo mejores condiciones arancelarias afuera y bajando impuestos internamente. Sería una señal muy clara para el sector ganadero, y sin un impacto fuerte en los ingresos del Estado”, dijo.
Remarcó: “Sería mucho más significativo anunciar la quita definitiva como mensaje para todo el aparato productivo que volver al 5% y perder previsibilidad”.



