Mario Pillinger, sindicado como el autor de dos violaciones en Paraná campaña, junto a su primo Mario Robles, quedó cerca de la libertad luego de que el fiscal no formulara acusación por falta de pruebas. El diamantino, de 35 años, es juzgado por segunda vez por las violaciones de dos adolescentes, una de Hasenkamp y otra de Viale. En octubre de 2005 fue absuelto, pero la Sala Penal del Superior Tribunal de Justicia (STJ) anuló la sentencia y ordenó realizar pericias psiquiátricas y psicológicas y un examen de ADN.Los representantes legales de las víctimas solicitaron penas de entre 18 y 20 años de prisión para Pillinger por entender que “junto a su primo (Robles) fueron los ejecutores de las dos violaciones”, acontecidas en 2000 y 2001 en las localidades de Paraná campaña.Por estos hechos, la Justicia entrerriana ya condenó en 2004 a Mario Robles a la pena de 13 años y cuatro meses de prisión. Además, sobre Robles pesa otra condena a 15 años de cárcel por una violación cometida en Nogoyá.El tribunal ad hoc de la Sala I de la Cámara del Crimen -integrado por el camarista Hugo Perotti, el juez Correccional Pablo Vírgala y el juez de Instrucción Ricardo Bonazzola- fijó para la semana próxima el adelanto de la parte resolutiva de la sentencia.El debate fue seguido de cerca por los familiares del imputado que se ubicaron en uno de los bancos del pasillo del primer piso de Tribunales, sobre calle Santa Fe, frente al recinto de audiencias donde a puertas cerradas fue juzgado Mario Pillinger.AlegatosEl fiscal Juan Carlos Almada no formuló acusación contra Pillinger por considerar que no hay pruebas suficientes para establecer que fue quien, junto a Mario Robles, violó a dos jóvenes. “No existen pruebas que determinen que Pillinger anduviera con Robles. Está probada la participación de Robles, pero no de Pillinger”. Además aseguró que las pruebas de ADN dieron negativas y los exámenes psicológicos no comprometen al imputado. Este alegato es muy distinto al formulado siete meses atrás por la ex fiscal Susana Lacorazza. Con menos pruebas -faltaban las periciales psicológicas y el ADN- la ex fiscal había solicitado la pena de 18 años de cárcel por considerar establecido que Pillinger había abusado sexualmente de la jóvenes. Lacorazza en aquella oportunidad se atrevió a señalar que “la perversión puesta de manifiesto por el acusado y la peligrosidad del mismo, son claras y contundentes para establecer que fehacientemente fue el autor de las violaciones”. Pruebas clarasLos abogados de las jóvenes, Belquis Badaraco y Arturo Guarascio, peticionaron penas de entre 18 y 20 años de prisión para el acusado por considerar que “está probado en grado de certeza que Pillinger fue el compañero de Robles en los dos hechos”.En ese sentido los abogados citaron cada uno de los testimonios que constan en el expediente en los que se afirma que los días de las violaciones “Pillinger y Robles andaban juntos en Viale y Hasenkamp”. La querellante hizo hincapié en los dos testigos que reconocieron a Pillinger cuatro años después de los abusos y en los cuatro testigos de Viale que reconocen a Robles y a Pillinger con seguridad. Para Badaraco todas las descripciones de las víctimas sobre el diamantino coinciden, ya que señalan que es “agresivo, golpeador, con poco pelo, entradas profundas, voz ronca y las manos ásperas”.Los querellantes indicaron que la prueba de ADN no podía dar positiva porque no había evidencias para cotejar, ya que las víctimas afirman que uno de los agresores usó preservativo.También se refirieron al informe psicológico que concluye que la conducta de Pillinger tiene “rasgos de un comportamiento psicopático”. La absoluciónEn un crítico y enfático alegato, el defensor Marcos Rodríguez Allende solicitó la absolución de su cliente por la imputación de abuso sexual agravado al considerar que “no está probado el nexo entre Robles y Pillinger”, y argumentó que “las víctimas (de Viale y Hasenkamp) han sido contundentes al manifestar que podrían reconocer con claridad a la persona que acompañó a Robles, pero no lo reconocen en rueda de presos, como sí sucedió con Robles”. Además, la defensa analizó las testimoniales donde, según Allende, “no hay certeza” de que su defendido haya estado en los lugares donde ocurrieron los hechos. Por último subrayó que “esta acusación se basa sólo en conjeturas sin asidero, ya que el ADN dio negativo y las pericias psiquiátricas y psicológicas nada conluyen sobre algún tipo de desviación sexual”.Allende adhirió al pedido del fiscal y reclamó la inmediata libertad de su defendido. El similar modo de atacar a sus víctimasLa primera violación que se le imputa a Pillinger y su primo Robles ocurrió en diciembre de 2000, una adolescente que iba a una fiesta de colación en Hasenkamp fue abordada poco después de las 22 por un sujeto armado que la redujo por la fuerza y la obligó a entrar a un Peugeot 306.La víctima fue retenida durante dos horas. Los delincuentes detuvieron su marcha en un descampado, abusaron de ella y la filmaron. La adolescente fue abandonada en el mismo sitio donde la sometieron sexualmente.La otra violación ocurrió en Viale el 19 de enero de 2001 alrededor de las 22, cuando una joven retornaba caminando a su casa y una cuadra antes fue sorprendida por un Peugeot 306 desde donde un sujeto armado la obligó a subir al auto. La adolescente fue violada y filmada por los agresores, que la abandonaron en un descampado retirado de la localidad de Paraná campaña. La justa aparición de un testigo que visualizó la patente del automóvil hizo que la Policía lograra detener a Mario Robles y tiempo después a Pillinger, quien se mantuvo prófugo por varios meses. (Fuente: UNO)




