El ex juez de Instrucción, Héctor Toloy, recordó que en ejercicio de la profesión tuvo la causa en sus manos en dos ocasiones: primero durante un día, cuando sucedió el hecho, y luego un año después cuando la Suprema Corte de Justicia decidió retornarlo de la jurisdicción federal a la provincial.En relación a este traspaso opinó: “Creo que el mismo magistrado que empieza una causa la debe terminar. Esto es elemental para la investigación”. Confió que “la Justicia provincial vuelve a tomar la causa al año y eso siempre perjudica”. No obstante, precisó que hay pruebas suficientes que complican a Mirta Cháves y Raúl Monzon, los únicos imputados en la desparación de Fernanda.El ex magistrado se lamentó de que en aquel momento “la familia no comunicó a la Policía de inmediato lo que estaba sucediendo, si así hubiese sido, se podría haber actuado distinto sobre el lugar que ellos pensaron para dejar el dinero y, quizá, nos hubiese permitido detener a los autores y hubiésemos llegado a encontrar a Fernanda ahí, en la Pasarela o donde quiera que estuviera”.Sin embargo señaló: “Los padres decidieron que lo mejor era pagar el rescate para tener la seguridad de recuperar a su hija con vida. No los puede uno condenar, pero esto modificó mucho la investigación, por el tiempo transcurrido”.Respecto al juicio oral y público que comenzará el 31, Toloy dijo tener “muchas esperanzas que del debate surja alguna cuestión que permita lograr establecer definitivamente el destino de Fernanda”. En ese sentido señaló que el contexto del juicio oral, con la presencia de los camaristas, el fiscal, los abogados y la gente puede llegar a influir en alguno de los 70 testigos puesto que se trata de un escenario muy distinto a una declaración escrita en un juzgado. Hizo hincapié “en la habilidad del fiscal de Cámara para interrogar, porque partimos de la base de que hay 70 personas que saben algo del hecho, es probable que se pueda lograr esclarecerlo”. A modo de autocrítica señaló: “En la causa de Fernanda, si bien se determinó cuál fue el móvil, quienes fueron los autores más inmediatos o cercanos al hecho hay una gran falencia al no haber encontrado a Fernanda con o sin vida, pero haberla encontrado”.Rito iniciáticoToloy dio pistas que definen el perfil criminal de Miguel Ángel Lencina. “Lencina tuvo un bautismo sexual parecido al que le impone, o si se quiere le pide a su sobrino (Nazareno). Aquel, a instancias de su tío Apolinario Torres, hermano de su madre, debuta sexualmente, según información que consta en el juzgado, con el secuestro de una piba de 12 años”, y agegó que “la tienen atada a un árbol durante dos o tres días, la violan y la tiran viva a un aljibe”.A la hora de especular si Fernanda está con vida señaló: “Si está con vida implica que hubo participación de otras personas, como en el caso de Monzón (Raúl), o de algunas personas más. Lencina no contaba con medios para sacar a Fernanda del lugar, estaba en una salida socio laboral del penal y evidentemente no contaba con ningún medio”. Las zapatillasToloy recordó que en otros dos homicidios en los que tuvo participación Lencina “él regalaba la ropa de las víctimas”. En esa línea señaló que “en este caso lo único que se pudo encontrar fue un par de zapatillas que reconoce la madre como de propiedad de Fernanda”. Trajo a colación que se comprobó que “Mirta Cháves las llevó a San Martín de las Escobas (a las zapatillas) y se las regaló a una íntima amiga que como no le andaban se las terminó regalando al novio”. En definitiva, “se recuperaron las zapatillas, que están en el expediente y a las que se le hicieron miles de estudios”.En relación a la responsabilidad de Mirta Cháves, el ex magistrado opinó que “si sabe dónde está Fernanda nunca lo va ha decir porque su táctica defensiva consiste en sostener que fue presionada por Lencina para hacer los llamados extorsivos”. En ese sentido evaluó que es muy difícil que se aparte de esa táctica.En cuanto a la hipótesis de que esté en una red de prostitución indicó que, si bien Lencina no tenía la estructura necesaria para ello, “estuvo en un lugar de detención donde sí había personas que pueden tener amigos en este tema de la trata de blanca. Lencina tuvo dos o tres salidas socio laborales y en la última llevó a cabo el secuestro”, confió.Opinó que “como le sucedió a Fernanda le pudo suceder a cualquiera en San Benito. La nena ni siquiera tenía previsto ir ese día a la florería de la madre a buscar tres claveles como fue”, y añadió que “fue todo absolutamente accidental. No hubo nada premeditado”.Toloy respondió con mucha seguridad a la pregunta sobre las circunstancias en que se ahorcó Migue Ángel Lencina en un calabozo de la comisaría quinta en Paraná. “No tengo dudas de que se ahorcó”, respondió contra las opiniones que orientan el hecho como un crimen. En ese sentido recordó que el fiscal Mario Silva había ordenado medidas de seguridad extremas respecto a Mirta Cháves, porque la correspondencia que se cruzaban ambos reos daba cuenta de un pacto suicida de la pareja.Las medidasToloy defendió lo actuado en la Instrucción de la causa, y en ese sentido señaló que ante “cualquier dato que se sabía de Fernanda, si lo justificaba, se enviaba una comisión policial o se daba intervención a organismo nacionales que prestaron una colaboración muy importante”. Toloy recordó que “sólo con un fax se movilizaba a las brigadas anti secuestros, la Policía Federal. En eso se trabajó muchísimo pero sin obtener resultados”. (Fuente UNO)




