Sábado, 23 de agosto de 2025   |   Economía

El consumo se desacelera con diferencias según ingresos, turismo repunta pero la canasta básica sigue rezagada

Las consultoras advierten mayor presión de los servicios en los presupuestos familiares. Sectores como turismo e industria automotriz repuntan, mientras la canasta básica sigue relegada. Las ventas en supermercados cayeron 4,4% en julio, según Scentia
El consumo se desacelera con diferencias según ingresos, turismo repunta pero la canasta básica sigue rezagada

La situación del consumo revela un evidente contraste entre los indicadores macroeconómicos, varios de los cuales presentan un desempeño favorable, y el comportamiento cotidiano de las compras. A pesar de la desaceleración de la inflación y la aparición de datos positivos en los principales indicadores económicos, los relevamientos de consultoras evidencian que el consumo masivo no logra recuperarse, incluso en un 2024 desfavorable, y demuestran grandes diferencias entre los distintos segmentos socioeconómicos.

Así lo detalla el informe “Tendencias ARG H1 2025” de NielsenIQ (NIQ), que proporciona información sobre el consumo masivo y los retos que enfrentan los hogares.

Durante el primer semestre de 2025, la inflación disminuyó notablemente. El Índice de Precios al Consumidor (IPC) cerró mayo y junio con un 1,5% en ambos casos, la variación más baja desde mayo de 2020, en plena pandemia; si se excluye ese período, el último registro inferior data de enero de 2018. El informe sostiene que la reducción de la inflación estabilizó el clima social y permitió una recuperación gradual del ingreso disponible.

La reducción de la inflación estabilizó el clima social y permitió una recuperación gradual del ingreso disponible en el primer semestre (NielsenIQ)

La pobreza también mostró un descenso. Los datos de NielsenIQ revelan que bajó más de 20 puntos porcentuales, alcanzando el nivel más bajo desde finales de 2018, impulsada por la recomposición de variables productivas y por una demanda sostenida en las exportaciones agrícolas, la construcción y la energía.

En este contexto, el Producto Bruto Interno (PBI) inició un proceso de recuperación. Las mayores exportaciones, junto con la reactivación de sectores clave y el avance gradual del consumo interno, delinearon un nuevo panorama para la economía.

A lo largo de este periodo, un factor relevante fue el crecimiento en la confianza del consumidor, que incrementó un 22% en comparación con junio del año anterior, manteniéndose en uno de los niveles más altos de la última década. La baja inflación y la recuperación parcial de la disposición a consumir bienes duraderos y propiedades explicaron este repunte.

Recuperación dispar

Sin embargo, la recomposición general del consumo enfrenta límites. Los salarios y la capacidad adquisitiva presentan avances desiguales. El informe de NielsenIQ señala que, aunque todos los niveles socioeconómicos (NSE) mejoraron en 2025, la recuperación es desigual. Los segmentos altos y medio-altos proyectan sobrepasar los ingresos de 2023 antes de finalizar el año, mientras que los hogares de menores recursos quedan rezagados.

Las prioridades de gasto también han cambiado, y el peso de los servicios esenciales se intensifica en los presupuestos familiares.

En junio de 2025, los servicios del hogar (luz, agua, gas e internet) representaron el 18,2% del gasto total, un crecimiento de 3,9 puntos porcentuales en comparación con junio de 2023. Estos rubros se posicionan como la principal obligación de pago: el 79% de los encuestados prioriza su cancelación mensual, limitando la posibilidad de destinar recursos a otros consumos.

El ingreso disponible de las familias alcanzó 65 puntos en la base NIQ, que toma como referencia enero de 2017 (equivalente a 100). El informe pronostica que para diciembre de 2026 esta cifra podría situarse en 70 puntos, similar a 2023. Entre junio de 2024 y junio de 2025, la mejora fue de 9 puntos porcentuales, pero aún siguen 11 pp por debajo del valor registrado en junio de 2023, con el gobierno anterior.

Los ajustes salariales todavía no alcanzan a revertir completamente el retroceso sufrido en la etapa inflacionaria anterior

Los ajustes salariales aún no logran revertir del todo el retroceso sufrido en la etapa inflacionaria previa, especialmente en sectores formales con sueldos privados que, en algunos casos, pueden acompañar la evolución de precios.

Según NIQ, el salario mínimo, las jubilaciones mínimas y los beneficios sociales como la Tarjeta Alimentar han tenido actualizaciones inferiores a la inflación, tanto en los plazos cortos como en la trayectoria de los últimos años. Para muchos hogares, esto deja a los bajos salarios y la falta de empleo como los principales focos de preocupación.

Mientras los segmentos con mayores ingresos recuperan terreno, la dinámica del consumo de ciertos bienes y servicios se acelera. La caída de la inflación, el dólar más estable, el acceso a mejores opciones de financiación y una apertura de importaciones favorecieron, según NIQ, la reactivación en industrias como la automotriz, el turismo internacional, la adquisición de inmuebles y equipamiento para el hogar. Estas áreas operaban a menos de la mitad de su capacidad en comparación con 2017 y ahora han comenzado a mostrar señales de crecimiento.

Consumo masivo en julio

En contraste, el consumo de bienes de consumo masivo todavía enfrenta dificultades para reactivarse. Según el informe publicado mensualmente por la consultora Scentia, aunque a nivel consolidado el total de canales en julio mostró un crecimiento de las ventas del 3,1% respecto al mismo mes del año pasado, los números siguen siendo negativos en el canal moderno (grandes cadenas de supermercados) y en los mayoristas.

Los supermercados experimentaron una caída del 4,4% frente a julio de 2024 y del 5,4% en lo que va del año, mientras que los mayoristas registraron una disminución aún mayor, del 7%, en comparación con el mismo mes del año pasado y del 5% en el acumulado anual. En contraste, los autoservicios independientes anotaron un incremento del 2,7% en julio, aunque acumulan una merma interanual del 3,3 por ciento.

Entre los canales que mostraron un mejor desempeño se destacan las farmacias, con un aumento del 1,1% en julio y del 5,8% en el año, dentro de la categoría de productos de consumo masivo. El comercio electrónico registró un salto interanual del 16,4% para julio y acumula una mejora del 9,7% en 2025. Por su parte, los almacenes de barrio y kioscos lograron un aumento del 9,2% en julio y del 8,6% en el año.

El reporte menciona posibles razones que explican la disparidad entre los canales modernos y el resto. Se destacan el aumento de la frecuencia de compra en comercios de proximidad, un mayor conocimiento de los precios en un contexto de inflación moderada, la reasignación del gasto hacia bienes durables y servicios, y el menor incentivo para compras de stockeo ante la desaceleración de precios.

Los registros de NielsenIQ también corroboran un comportamiento similar. Entre enero y junio, la canasta de FMCG avanzó apenas un 1,2%, tras una contracción del 16% en 2024. Si bien se anticipa que la recuperación continuará en 2026, la consultora proyecta que el volumen consumido aún estará lejos de los registros observados dos años atrás.

A pesar del escenario positivo que presentan algunos indicadores, el acceso efectivo al consumo de productos básicos sigue limitado para amplios sectores de la población. Los aumentos salariales han sido insuficientes para contrarrestar la subida de precios de los últimos años, mientras que los gastos en servicios ejercen una presión adicional sobre las finanzas de los hogares. “Estamos observando señales claras de recuperación macroeconómica en Argentina, con una reducción notable de la inflación y una disminución significativa de la pobreza. Estos indicadores son alentadores y reflejan un cambio de tendencia importante”, señaló Solana Álvarez Fourcade, directora de Customer Success de NIQ Argentina.

La directiva agregó: “Es crucial entender que la recuperación del consumo masivo avanza a una velocidad más lenta y que la presión sobre el ingreso disponible de los hogares, especialmente por el aumento del gasto en servicios, presenta desafíos que las empresas deberán monitorear de cerca para adaptar sus estrategias”.

Es crucial entender que la recuperación del consumo masivo avanza a una velocidad lenta (Álvarez Fourcade)

La diferencia en la evolución del consumo entre sectores también se hace evidente. Mientras los segmentos altos y medios esperan recuperar los ingresos de 2023 hacia diciembre, los hogares con menor poder adquisitivo absorben el aumento en servicios y ven más lenta su recuperación.

El informe de NIQ subraya, además, el aumento en la compra de bienes duraderos (vehículos y electrodomésticos) y propiedades.

Mientras algunas industrias avanzan, los canales tradicionales de consumo masivo, como los supermercados, no acompañan esta tendencia. Solo una recuperación sostenida de salarios y del empleo podría modificar el escenario de manera más profunda, concluyen las consultoras.

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