El círculo rojo mantuvo silencio absoluto respecto al fallo que ratificó la condena de la expresidenta y líder del peronismo nacional, Cristina Kirchner. Esta falta de pronunciamiento se debió a la “incertidumbre” política y al temor ante un posible “conflicto social permanente”, por lo que decidieron distanciarse y evitar ser parte del centro del debate. En privado, los empresarios elogian la “institucionalidad” y la actuación coherente de la Justicia, reflejada en decisiones que mantienen una misma línea a lo largo de las tres fases de investigación y evaluación, aunque su visión del futuro es incierta.
“Es complicado determinar si existían o no argumentos suficientes para la condena. Lo que nadie discute es la notable corrupción durante los gobiernos del kirchnerismo. No obstante, de ahí a confirmar la existencia de pruebas irrefutables para condenar a Cristina Kirchner es un desafío considerable. Esto deja un espacio para dudas que podrían generar sospechas y apoyar la denuncia de un lawfare, lo que podría ser un pilar para la resurrección del peronismo, que ha estado debilitado por disputas internas”, manifestó el propietario de una empresa de capitales nacionales en un estricto off the record.
Para los seis líderes de diferentes sectores productivos del país, que fueron consultados por este medio, “es fundamental que la Corte Suprema haya tomado una decisión en un caso de corrupción y que lo haya hecho de forma independiente, sin ceder a presiones políticas”. “Esto valida el sistema institucional de la República, subrayando la importancia de la separación de poderes”, destacó el propietario de campos agrícolas en la pampa húmeda.
El temor a los conflictos sociales
Ni el Grupo de los Seis (G6), que incluye a industriales, comerciantes, constructores, el sector agropecuario, banqueros y miembros del ámbito financiero local; ni la Asociación Empresaria Argentina (AEA), que agrupa a los dueños de las empresas más influyentes del país, como Luis Pagani (Arcor), Héctor Magnetto (Clarín) o Paolo Rocca (Techint); quisieron posicionarse, en un giro opuesto a lo que suele ocurrir frente a situaciones de interés institucional.
“Evaluaremos si este conflicto provoca movilizaciones en las calles por uno o dos días, o si se convierte en un dolor de cabeza constante, con revueltas que puedan afectar la paz social. Si ocurre lo primero, Cristina quedará en el pasado. Pero si se da la segunda alternativa, el clima que estamos experimentando, cargado de tensiones, se transformará en un conflicto para las empresas y en la posibilidad de realizar negocios en un entorno pacífico. Existe un claro temor a un caos en las calles provocado por la fuerte figura de Cristina Kirchner”, aseveró el líder de una de las entidades más importantes del país.
De hecho, algunos sectores que ya enfrentan problemas de producción, debido a la heterogénea crisis económica y la disminución del consumo, se encuentran en sus fábricas con gremios que han tomado una postura firme contra el fallo de la Corte Suprema. Otros, que han logrado eludir la crisis, como es el caso de las automotrices, temen la radicalización de las demandas del Sindicato de Mecánicos y Afines del Transporte Automotor (SMATA), que el día anterior cortaron la Panamericana a la altura de Pacheco.
“El problema no es Cristina, sino el kirchnerismo”
En contraste con la alegría de los mercados, que consideran el impedimento de Cristina Kirchner para presentarse en las boletas electorales como un buen presagio, el establishment opina que “el problema no es Cristina, sino el legado del kirchnerismo”. Un destacado empresario que habló con PERFIL aclaró que la incertidumbre política continuará: “No importa si Cristina no puede ser candidata, porque su representatividad ha ido disminuyendo y su carrera política se encuentra en declive. Lo que realmente importa es que (Axel) Kicillof o cualquier otra figura que elija el Partido Justicialista representará los valores de un espacio que obstaculiza los negocios.
“Una expresidenta, que estuvo al mando del país durante dos mandatos, anunciando su candidatura a legisladora provincial por una sección electoral, demuestra que su poder ha disminuido notablemente, llevándola a no estar en condiciones de aspirar nuevamente a la presidencia. Sin embargo, una derrota en las urnas constituiría un fracaso político. Esta sentencia le concede un poder simbólico que le permitirá influir en cualquier candidatura que desee competir por el peronismo en las próximas elecciones nacionales”, aseguró la misma fuente.
El círculo rojo buscó reducir los conflictos, ya que tomar una postura en este contexto podría resultar “contraproducente” para sus objetivos, según confesaron las fuentes consultadas. “No es el momento de elevar la voz. Ya hay suficiente ruido y participar significaría incorporarnos a un lío que no aporta y, además, podríamos recibir ataques de reacciones de militantes kirchneristas. Lo que ocurrió en Canal 13 (Artear) es un claro ejemplo de esto”, admitió un empresario del sector industrial.
