Lunes, 22 de septiembre de 2025   |   Campo

El campo requiere previsibilidad más allá de los supuestos beneficios temporales que se han señalado

El campo requiere previsibilidad más allá de los supuestos beneficios temporales que se han señalado

El campo se vuelve a presentar como el recurso de última instancia para los ministros de Economía que buscan equilibrar las cuentas con dólares. Hace dos años, Sergio Massa acudió a la caja del agro al implementar el “dólar soja”, y ahora, Luis Caputo, el actual ministro de Economía, ha decidido eliminar los Derechos de Exportación (DEX) hasta el 31 de octubre próximo, con la intención de que los productores realicen la venta de lo que les queda de la última cosecha de soja y maíz.

Según estimaciones de analistas privados, hay 40 millones de toneladas en silobolsas y acopios, lo que representa aproximadamente US$9300 millones.

Para aprovechar esta ventana de baja impositiva, dicho volumen de cosecha debería comercializarse en un plazo de 40 días y luego movilizarse hacia los puertos del Gran Rosario, situados sobre el Paraná, donde se procesa y exporta el 90% de los granos y oleaginosas del país.

Esto no solo plantea un desafío logístico, sino que también impacta en el mercado internacional. Ya que “el contrario también juega”, la oferta de soja proveniente de Argentina podría aumentar más de lo previsto, lo que tendría un efecto bajista en Chicago, especialmente en el precio de la soja. China, el principal importador mundial de esta oleaginosa, seguramente celebrará.

Lejos de proporcionar previsibilidad a los productores, quienes ya han comenzado a sembrar maíz y se alistan para plantar soja el próximo mes, esta medida genera incertidumbre. La pregunta que surge desde hoy es: ¿volverán a aumentar las retenciones después del 31 de octubre o cuando se alcancen los US$7000 millones de DJVE?

La inversión del campo en la actual campaña agrícola 2025/26 se estima en alrededor de US$14.000 millones, destinados a insumos (fitosanitarios, fertilizantes, semillas y combustible) y alquileres. Este monto se destina en un contexto de profunda incertidumbre. Este año, el Gobierno implementó una baja temporal de las retenciones entre febrero y junio pasados. A finales de julio, volvió a reducirlas y afirmó que sería “permanente”. Sin embargo, ahora las reduce a cero por un período de 40 días, y existe la posibilidad de que se incrementen nuevamente el 1° de noviembre. Si alguien logra planificar en este contexto, merece un premio.

Más que medidas temporales que supuestamente benefician, el campo exige reglas estables, similares a las de otros países de la región que no aplican impuestos distorsivos como los DEX. Este tributo se descuenta directamente del precio que recibe el productor. Por ejemplo, de cada cuatro camiones de soja, con la alícuota vigente hasta el viernes, uno destinado al Estado.

Con reglas estables, y no solo por la expansión de la frontera agrícola, Brasil se ha convertido en el principal productor de soja a nivel mundial, mientras que Argentina lleva años estancada en no más de 50 millones de toneladas anuales. Eso, y no simples parches, es lo que realmente necesita el campo.

Déjanos tu comentario: