Martes, 30 de septiembre de 2025   |   Internacionales

El azul conecta hallazgo paleolítico y récord de subasta: de la ciencia al arte con Yves Klein

El reciente descubrimiento arqueológico y su puesta a la venta resaltan cómo el mismo matiz ha fascinado por siglos a expertos y coleccionistas. De técnicas ancestrales a tendencias de mercado, la unión entre científicos y artistas bajo un mismo tono
El azul conecta hallazgo paleolítico y récord de subasta: de la ciencia al arte con Yves Klein

El azul, color que fascinó tanto a científicos como a artistas, protagonizó dos acontecimientos que conectaron la prehistoria europea con el arte contemporáneo.

Christie’s París anunció la subasta de “California (IKB 71)”, el mayor monocromo azul de Yves Klein que permanecía en manos privadas, con una estimación superior a EUR 16 millones.

Al mismo tiempo, un grupo de investigadores identificó en Alemania el uso más antiguo conocido de pigmento azul en Europa, fechado en alrededor de 13.000 años, reescribiendo así la historia del color en el continente. Ambas noticias evidenciaron la persistente fascinación y el peso cultural del azul, presente desde la prehistoria hasta el mercado del arte actual.

La casa de subastas Christie’s París colocó “California (IKB 71)” como pieza central en su venta “Vanguardia(s), incluyendo ‘Pensando en Italia’”, programada para el 23 de octubre de 2025.

Creada en 1961 por Yves Klein, la obra mide 196 x 421 cm y fue el monocromo más grande del artista en manos privadas ofrecido en subasta. La pintura debutó en la Galería Dwan de Los Ángeles durante la única estancia del pintor en Estados Unidos y, tiempo después, se exhibió en el Museo Metropolitano de Arte de Nueva York entre 2005 y 2008. Tras años en una colección privada, el cuadro regresó a París para su primera subasta pública.

Katharine Arnold, directora de Arte de Posguerra y Contemporáneo Europeo en Christie’s, definió la obra como “un monocromo de una importancia colosal”. La casa de subastas, que posee tres récords de venta para piezas de Klein, estimó que esta obra podría superar la marca de EUR 16 millones; sus texturas, además, anticiparon los “Reliefs planétaires” del autor.

Solo los murales que Klein realizó para el Musiktheater im Revier en Alemania, con longitudes que oscilan entre cinco y siete metros, superan la magnitud de “California (IKB 71)”.

El azul ocupó un lugar central en la producción de Klein, quien patentó el Azul Klein Internacional (IKB) a partir de una mezcla de pigmento y resina sintética desarrollada junto a Édouard Adam. Esa fórmula conservó la intensidad y luminosidad del color, evitando que la resina apagara el azul.

Según Christie’s París, Klein expresó: “A través del color, siento una total identificación con el espacio; soy verdaderamente libre”. Para él, los tonos eran más que un elemento visual: su búsqueda se centró en la pureza del pigmento y en la creación de superficies capaces de invitar a la contemplación, borrando los límites entre obra y espacio.

Mientras el mercado del arte se alistaba para esta subasta, la ciencia ofreció un capítulo inesperado sobre la historia del azul. Un estudio publicado en la revista Antiquity, liderado por Izzy Wisher de la Universidad de Aarhus, documentó el hallazgo de azurita —un pigmento mineral azul— adherida a una piedra del yacimiento paleolítico de Mühlheim-Dietesheim, Alemania.

El análisis del artefacto, de unos 13.000 años, representa el uso más antiguo de pigmento azul conocido en Europa. Hasta entonces se creía que el arte paleolítico europeo empleaba solo pigmentos rojos y negros, tanto por la escasez de minerales azules como por la dificultad de extraerlos.

Según Antiquity, la piedra con restos de azurita habría funcionado como paleta para mezclar pigmentos, lo que sugiere un conocimiento técnico avanzado. El estudio planteó que el pigmento azul pudo emplearse en la ornamentación corporal o en el teñido de textiles, prácticas que suelen dejar escasa evidencia arqueológica.

“Esto desafía lo que creíamos saber sobre el uso de pigmentos en el Paleolítico”, explicó Wisher en un comunicado de prensa, subrayando la importancia del hallazgo para comprender la sofisticación de las sociedades prehistóricas europeas.

La atracción por el azul, desde su rareza natural hasta su condición de símbolo de libertad y espiritualidad en el arte contemporáneo, quedó patente tanto en la obra de Klein como en los vestigios paleolíticos.

El descubrimiento científico y la próxima subasta mostraron la capacidad humana para buscar, seleccionar y transformar colores, trascendiendo las fronteras temporales y contextuales.

La historia del azul no solo revela un avance técnico, sino también una sensibilidad estética y cultural que atravesó las épocas. El hallazgo de azurita en el Paleolítico europeo demostró que los antiguos habitantes del continente contaban con una paleta más compleja de lo que se pensaba, y que su relación con el color fue tan selectiva como sofisticada, anticipando inquietudes que más tarde inspirarían a creadores de la talla de Klein.

La travesía del azul puso de manifiesto la capacidad humana para otorgar significado y permanencia a los colores, integrando pasado, presente y futuro en un mismo matiz.

Déjanos tu comentario: