
El asesor especial de Estados Unidos para Ucrania, Keith Kellogg, alertó sobre la “escalada peligrosa” del conflicto después del ataque sin precedentes llevado a cabo por Rusia este domingo en Kiev, donde por primera vez se alcanzó la sede del Gobierno ucraniano, resultando en al menos dos muertos y más de una veintena de heridos.
Las primeras horas de este domingo estuvieron marcadas por una ofensiva nocturna contra la capital ucraniana y otros lugares, en la que Rusia lanzó más de 800 drones suicidas y más de una docena de misiles de diversos tipos, lo que fuentes militares ucranianas describieron como el mayor ataque de este tipo desde el inicio de la guerra.
Los servicios de emergencia reportaron que, solo en Kiev, dos personas perdieron la vida y al menos diecisiete resultaron heridas, mientras que edificios gubernamentales y barrios residenciales sufrieron graves daños.
“El peligro en cualquier guerra es la escalada. Rusia parece estar intensificando la situación, con el mayor ataque de la guerra dirigido a las oficinas del Gobierno de Ucrania en Kiev”, advirtió Kellogg a través de su cuenta oficial en X.
Recordó que estuvo con la primera ministra ucraniana, Yulia Sviridenko, en ese mismo edificio dos semanas antes.
En su mensaje, Kellogg sugirió la posibilidad de que el conflicto pueda intensificarse aún más.
“Los acontecimientos pueden descontrolarse con acciones como estas”, afirmó.
El enviado estadounidense lamentó que este bombardeo “no fue una señal de que Rusia quiera ponerle fin diplomáticamente”, haciendo clara referencia a los llamados a la negociación que han circulado en foros internacionales en los últimos meses.
“Por eso, el presidente Trump está trabajando para detener esta guerra”, añadió.
Washington anunció, tras el bombardeo, la preparación de una nueva ronda de sanciones dirigidas a Moscú. El secretario del Tesoro estadounidense, Scott Bessent, reforzó esta postura, afirmando que están dispuestos a imponer medidas adicionales no solo contra Rusia, sino también contra países que compren petróleo ruso, como parte de su estrategia para debilitar la economía del Kremlin. Entre los anuncios, Bessent recordó los aranceles del 50 por ciento impuestos en agosto a las importaciones de carbón ruso por parte de India.
La preocupación de Kellogg encuentra eco en las autoridades ucranianas. Para la primera ministra Yulia Sviridenko, el ataque directo al edificio gubernamental representa un antes y un después en el conflicto.
“Por primera vez desde el inicio de la guerra a gran escala, Rusia dañó el edificio del Gobierno de Ucrania en Kiev. Solo esto ya constituye una grave escalada,” escribió en sus redes sociales. El ministro de exteriores, Andrí Sibiga, coincidió al calificar la ofensiva como inédita por el número de drones utilizados.
“El mayor cinismo es que estos brutales ataques ocurren justo cuando el presidente Trump hace todo lo posible por lograr la paz. Pero en lugar de corresponder a estos esfuerzos y aceptar una reunión de líderes, Putin rechaza la diplomacia y escala el terror”, denunció.
Fotografías compartidas por el Servicio Estatal de Emergencias de Ucrania mostraron los daños en el edificio gubernamental, con incendios en los pisos superiores y ventanas completamente destrozadas por las explosiones. La evacuación fue rápida, evitando así víctimas adicionales entre el personal.
Kellogg insistió en que la magnitud del ataque y el uso combinado de drones suicidas tipo Shahed, junto a misiles Iskander, generan un riesgo creciente de descontrol en el desarrollo del conflicto. La defensa antiaérea ucraniana logró derribar la mayoría de los dispositivos, pero no pudo impedir el impacto de 54 drones y nueve misiles en diferentes áreas de Kiev y otras ciudades.
Las consecuencias no se limitaron a la capital. En Odesa, el bombardeo dejó al menos tres heridos y dañó edificios residenciales y comercios. En Krivói Rog y Dnipropetrovsk, las explosiones alcanzaron instalaciones administrativas y empresas, causándole también heridos y daños en diversas infraestructuras urbanas.
Las respuestas oficiales a los mensajes de Kellogg giraron en torno a nuevas demandas de armamento y una mayor cooperación militar con Occidente.
“El enemigo aterroriza y asesina a nuestra gente todos los días en todo el país. El mundo debe reaccionar ante esta destrucción no solo con palabras, sino con acciones. Es crucial aumentar la presión de las sanciones”, instó Sviridenko, quien también subrayó la necesidad de obtener más defensas antiaéreas.
(Con información de Europa Press y EFE)