
Tras la “mega licitación” de bonos del Tesoro realizada el miércoles, el Gobierno intensificó sus esfuerzos para captar pesos del sistema al aumentar los encajes y convocar a una nueva licitación para la próxima semana.
Esta audaz estrategia contribuyó a un nuevo descenso del dólar, que ahora se ubica más cerca de los 1.300 pesos, impactando en la operativa de acciones y bonos, que cerraron con una notable caída. Esto refuerza la percepción de que el Gobierno empleará todos los recursos a su alcance para contener el valor del billete y reducir la inflación antes de las elecciones.
Sin embargo, el dato más relevante del mercado fue la volatilidad de las tasas de interés, que alcanzaron casi el 80% anual en adelantos a empresas, la forma de financiamiento más común para el sector privado minorista. La tasa Tamar, en niveles similares, para plazos fijos superiores a $1.000 millones, ya ronda el 50% anual, mientras que los depósitos minoristas a 30 días se remuneran al 44% anual en el Banco Nación y el Banco Provincia.
“Estas tasas no son endógenas, son un delirio”, comentó el economista Fernando Marull en una publicación relacionada con esos rendimientos. Otro analista, Germán Fermo, manifestó en la red social X su confusión sobre las recientes decisiones del equipo económico: “Con todo respeto lo digo, ¿soy yo el único que no entiende lo que el gobierno está haciendo con las licitaciones, los rollovers, los encajes remunerados, los encajes no remunerados, las licitaciones fuera de agenda y la mar en coche? No entiendo nada y me vuelvo a hacer la misma pregunta: ¿para qué se liberaron las LEFIs en pleno periodo electoral?”.
Las tasas de caución también experimentaron considerable volatilidad, encontrando un freno con la noticia de un aumento en los encajes por parte del BCRA, conocido durante la rueda cambiaria y bursátil.
El índice líder S&P Merval de la Bolsa de Comercio disminuyó un 4,3%, alcanzando los 2.188.542 puntos.
Entre los ADR y acciones de empresas argentinas que se negocian en dólares en Wall Street, se registraron caídas de hasta 9,2%, lideradas por Banco Supervielle. El resto de los papeles del sector financiero también mostraron descensos, como fue el caso de BBVA (-3,8%), Galicia (-5,2%) y Macro (-3,4%).
Los bonos soberanos en dólares -Bonares y Globales- promediaron una pérdida del 0,6 por ciento.
“Continuamos esperando una importante volatilidad vinculada con el contexto, especialmente para la renta variable”, reportó VatNet Financial Research.
Dólar en baja
El dólar al público cerró con una baja de 15 pesos, o 1,1%, en el Banco Nación, alcanzando los $1.310 para la venta. La divisa acumula un descenso de 70 pesos o 5,1% durante agosto. El Banco Central informó que, en entidades financieras, el dólar minorista promedió $1.311,41 para la venta (baja de $16,82 o 1,3%) y a $1.269,21 para la compra.
Después de registrar un piso intradiario de $1.290, el dólar mayorista finalizó negociado a $1.300, con una baja de 13 pesos o un 1%, su valor mínimo desde el 29 de julio, en una sesión que movió USD 529,5 millones en el segmento de contado. El tipo de cambio oficial encadenó diez ruedas consecutivas a la baja, periodo en el que acumuló un descenso de 74 pesos o 5,4% en lo que va de agosto.
La divisa se sitúa a 163 pesos o 12,5% del techo de la banda de libre flotación establecido por el BCRA, que este jueves se fijó en 1.463 pesos.
Los dólares financieros implícitos en la cotización de activos bursátiles se desplomaron casi 24 pesos o un 1,8 por ciento. El “contado con liquidación” mediante bonos quedó a $1.298,55, mientras que el MEP se pactó a 1.294,49 pesos.
Los contratos de dólar futuro operaron con bajas generalizadas, más notorias en las posturas de corto plazo. Con negocios equivalentes a USD 1.517,8 millones, los contratos que vencen a fin de agosto concentraron el volumen y terminaron a $1.332, con un descenso de 12,50 pesos o 0,9%. El Interés Abierto se mantuvo estable en 6.533 millones de dólares.
El dólar blue cedió 20 pesos o un 1,5% en el día, situándose en $1.320 para la venta, luego de marcar el miércoles un máximo en cuatro meses. La brecha cambiaria con el mayorista es del 1,5 por ciento.
Las reservas internacionales brutas del Banco Central decrecieron en USD 142 millones o un 0,3%, situándose en USD 41.907 millones. En el exterior, el precio del oro descendió 0,8% y el yuan chino bajó 0,1% frente al dólar estadounidense.
Respecto a las tasas en pesos, la referencia del rendimiento caucionado -préstamos bursátiles entre privados- se fijó en 39,5% nominal anual a un día de plazo, y en 40% a siete días de plazo, experimentando una caída de aproximadamente 20 puntos frente al miércoles en este mercado.
El dólar mayorista cerró a $1.300 y acumuló una pérdida de 74 pesos o 5,4% en agosto.
“Responder a una crisis de liquidez con un endurecimiento de la liquidez parece contraintuitivo. La única razón que justificaría la reacción del BCRA -aumentar encajes- es que interprete que estamos frente a una corrida cambiaria. Es raro, porque el dólar viene bajando, las reservas están estables, las personas físicas no parecen alarmadas, las empresas tienen cepo y la brecha cambiaria es baja”, evaluó el economista y diputado nacional Luciano Laspina.
“No vemos ningún motivo para que el dólar continúe en alza, todo lo contrario; parecería que nos dirigimos hacia un escenario donde el dólar podría cotizar por debajo de los niveles alcanzados antes del vencimiento de las LEFI (Letras de Liquidez Fiscal), y no descartamos niveles similares a los que tenía en la salida del cepo”, aportó el analista y asesor Salvador Di Stefano.
“El desafío radica en lograr un empalme lo menos traumático posible entre el actual esquema de bandas cambiarias y control de agregados monetarios, hacia un régimen monetario-cambiario de carácter permanente”, puntualizó el IERAL de la Fundación Mediterránea.
“Después de las elecciones, será fundamental alcanzar un equilibrio dólar/tasas que permita que la tasa real de interés se sitúe en un nivel de un dígito anual, lo cual requiere haber minimizado las expectativas de devaluación y reducido la prima de riesgo país”, estimó.
Para Ignacio Morales, Chief Investments Officer de Wise Capital, la inflación de agosto volverá al nivel de junio, ya que no hay muchos factores estacionales que impulsen un aumento en los precios; además, la paralización de la actividad económica hace que las empresas no trasladen a precios la totalidad de sus mayores costos, especialmente dado que hay un excedente de stock en su mayoría.
“Dentro de este contexto, no está ocurriendo un traslado del incremento del dólar a los precios debido al freno de la actividad económica, y esperamos que en 2025 la inflación sea del 27% y la de los próximos doce meses baje a 14%. Con una inflación baja, la tasa de interés descenderá, o el Gobierno tendrá que convalidar un tipo de cambio más alto”, consideró Morales.