Javier Milei solicitó únicamente un funcionario. Inicialmente, estuvo involucrado en la designación de ocho ministros, varios de los cuales formaban parte de La Libertad Avanza desde hacía tiempo. Sin embargo, de todas las áreas que un nuevo Gobierno debe cubrir, el libertario se encargó de designar a solo una persona. Así de importante es Diego Spagnolo para él. Desde que lo nombró al frente de la Agencia Nacional de Discapacidad a fines de 2023, su exabogado ha sido noticia en varias ocasiones. Muy pocas por motivos favorables, siendo la más reciente la acusación de Marlene Spesso, madre de un niño de 12 años con autismo, sobre el maltrato que les habría dispensado en una reunión. Este conflicto escaló hasta convertirse en el centro de un debate nacional, que incluso involucró al propio Presidente, quien apuntó al niño y habló de una “operación kirchnerista”, dejando a Spagnolo nuevamente en el ojo de la tormenta. Pero los amigos son los amigos.
Hombro con hombro. El libertario conoció a Spagnolo, como a muchos otros, incluyendo a Victoria Villarruel, a través de las redes sociales. El ahora funcionario era un usuario activo de Twitter, donde en aquel momento utilizaba un seudónimo y compartía la violencia y virulencia que siempre caracterizó al actual Presidente. Spagnolo ofreció tiempo y atención a alguien que había estado carente de esta contención a lo largo de su vida. Cuando se formó La Libertad Avanza en la Ciudad de Buenos Aires a principios de 2021, Milei convenció a Spagnolo de unirse a la aventura. Quizás por necesidad más que por otra razón: en ese momento, cuando el círculo rojo y gran parte de la prensa—entre los que no se contaba esta revista—miraban a los libertarios como poco más que un chiste, a ellos mismos les costaba llenar las listas. El abogado ocupó el puesto 11 en la boleta a diputados, un lugar más simbólico que efectivo.
Sin embargo, el contexto en el que Milei profundizó su relación con Spagnolo podría considerarse, con el diario del lunes, como un aviso de lo que vendría. Fue en noviembre de 2021, cuando el libertario estaba a días de asumir como diputado nacional. En ese momento, el economista había iniciado una demanda civil contra los periodistas Fabián Doman, Martín Candalaft, Paulo Vilouta y Débora Plager por un millón de pesos a cada uno, tras un paralelo que hicieron entre el nazismo y las declaraciones de Milei -“somos superiores estéticamente y moralmente, zurdos de mierda”-. Spagnolo tuvo un gesto que cautivó a Milei: se ofreció a encargarse de la defensa del economista ad honorem, cobrando únicamente los costos del proceso judicial. Esa acción “heroica” cautivó especialmente a Karina, quien siempre fue reacia a gastar un solo peso de más.
Spagnolo defendió a Milei en ese juicio—idéntico al que protagonizaría Milei, ya como presidente, contra Carlos Pagni, Ari Lijalad y Viviana Canosa—y en otros más. Uno de ellos fue la primera estafa piramidal que el libertario promocionó, “Coin X”, en 2022, otro anticipo de que la historia a veces se repite. El vínculo alcanzó tal nivel que, cuando Milei ganó las elecciones, buscó un puesto para su amigo. Y el verbo no es casual: Spagnolo, que solo había tenido un breve paso por el sector salud en la municipalidad de Pilar, donde asesoró a Carlos Kambourian—con un procesamiento confirmado en segunda instancia por malversación de fondos en el Hospital Garrahan—no cuenta con ningún otro mérito que explique su llegada al cargo actual. Salvo que, al igual que hacía antes la casta, ser amigo del líder otorgue beneficios y privilegios.
Rosca. Spagnolo es un electrón libre dentro de La Libertad Avanza. Después de la campaña de 2021, intentó encontrar cobijo bajo el ala de Karina, pero no tuvo éxito: ella es hábil para detectar a quienes buscan más un crecimiento personal o patrimonial que una genuina convicción sobre el proyecto, y rápidamente se deshizo de él. Así, el abogado se movió de un lado a otro en el espacio, buscando acomodarse. Probó con Oscar Zago, otro de los fundadores que luego sería excluido, pero la relación no fluyó. Victoria Villarruel fue otra opción, pero la falta de conexión fue mutua. La “mano derecha” de Santiago Caputo siempre desconfió de él: el hecho de que sea uno de los pocos en “salir” de Twitter pero, a diferencia del resto, no rendir pleitesía al asesor todoterreno y a su armado nunca fue bien visto. Quizás tenga una relación más estrecha con el consultor Fernando Cerimedo, dado que su esposa, Natalia Basil, ingeniera con pasado en “La Derecha Diario”—el medio de Cerimedo—es ahora una de las directoras de la agencia.
Sin embargo, Spagnolo se mueve con libertad. Sabe que cuenta con el respaldo directo del “Uno”. De hecho, esto se evidencia en sus frecuentes visitas a la Quinta de Olivos: en 2024, ocupó el tercer lugar en el ranking, con 31 reuniones. Este año se mantiene al frente de esa lista, bastante reducida. Las controversias que lo rodean—publicó una resolución donde calificaba de “imbéciles” e “idiotas” a personas con discapacidad y enfrenta un fuerte rechazo por los recortes en esa área, además del episodio con el niño autista—por ahora no lo afectan. Al menos, por el momento.
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