
Diego Santilli jurará hoy como nuevo ministro del Interior; sin embargo, en la mesa chica del poder nadie duda de que su atención ya está dirigida a otro territorio: la provincia de Buenos Aires. Apoyado en el resultado del 26 de octubre —cuando el oficialismo se impuso en gran parte del conurbano y reforzó su presencia en el interior bonaerense—, Santilli inicia su gestión nacional con la mirada puesta en 2027.
El “Colo” llega al gabinete con el aval de Karina Milei y con la misión de tender puentes con los gobernadores, una tarea central para la segunda etapa del Gobierno. En los últimos días mantuvo reuniones privadas con varios mandatarios provinciales y planea continuar con una ronda de encuentros en los que se pondrán sobre la mesa dos agendas: la de los gobernadores, cargada de reclamos, y la del presidente, que persigue objetivos concretos para los próximos meses: tener aprobado el Presupuesto 2026, la reforma fiscal y el nuevo código penal.
El miércoles Santilli iniciará su gira federal con gobernadores aliados, comenzando por Entre Ríos. En las próximas semanas se reunirá con diez de los veinte mandatarios que participaron del encuentro con el Presidente tras el triunfo electoral. Será el primer paso de una agenda destinada a consolidar una relación política más previsible entre la Casa Rosada y las provincias.
En el marco de la discusión por la coparticipación, hasta ahora las conversaciones se habían dado entre el ministro saliente, Lisandro Catalán, y el ministro de Economía. Desde que asumió, Santilli aún no se reunió con Luis Caputo. En el entorno de Santilli esperan que en las próximas semanas ambos empiecen a elaborar una agenda conjunta de cara a los futuros encuentros con los gobernadores, donde los reclamos por fondos y la coordinación fiscal serán temas centrales.

Santilli, que conoce la gestión pública tanto desde la Ciudad como desde el Congreso, llega con la difícil misión de mantener el equilibrio: por un lado atender el reclamo de los gobernadores por recursos; por el otro, evitar quedar atrapado en la creciente tensión entre la Nación y la Ciudad de Buenos Aires, donde Jorge Macri insiste en la devolución de la coparticipación recortada. Santilli, ex vicejefe de Gobierno porteño, procura no cerrar puentes.
El flamante ministro ocupará el despacho que deja Lisandro Catalán, un espacio más pequeño y sobrio dentro del histórico edificio de Balcarce 24. El despacho principal —el que durante años alojó al Ministerio del Interior— quedó para Manuel Adorni, que absorbió la estructura política y comunicacional del área. En tanto, el histórico despacho del jefe de Gabinete lo ocupa Karina Milei.
Desde su nueva oficina, Santilli intentará consolidar su perfil de “hombre de diálogo” y proyectarse como articulador entre la Casa Rosada y las provincias. Sabe que cada foto junto a un gobernador es también un paso en su carrera de fondo: volver a la provincia, esta vez para quedarse. Santilli ya se prepara para la próxima batalla: la de 2027, en territorio bonaerense.
Diego Santilli jurará hoy como nuevo ministro del Interior




