
El legajo de investigación relacionado con la agresión policial sufrida por un joven en la casa de su madre, en la zona oeste de Paraná, ha incorporado una prueba fundamental que podría llevar a la imputación formal de los tres oficiales involucrados. Un informe médico ha confirmado las graves lesiones que sufrió Marcelo Bruffal en la rodilla y la pierna derecha. En este momento, un médico forense dictaminará sobre el caso para facilitar la imputación.
Un video de una cámara de seguridad, que captó el instante en que los efectivos de la Guardia Especial agredieron a Bruffal, fue difundido inicialmente por el programa Cuestión de Fondo (Canal 9 Litoral) y rápidamente adquirió repercusión nacional. En las imágenes, se observa cómo tres policías descienden del patrullero, intimidando al joven, y uno de ellos lo derriba al suelo tras romperle la rodilla. Sin embargo, para que la fiscal Sofía Patat avance en la investigación, se requieren diversas pruebas que permitan determinar la naturaleza del delito y cumplir con los aspectos técnicos necesarios.
Uno de los elementos cruciales fue el informe que este martes presentó el abogado defensor de la víctima, Franco Azziani Cánepa, ante la Fiscalía. Este documento corresponde a la resonancia magnética de la rodilla derecha que se realizó en el hospital San Martín.
El especialista que llevó a cabo la resonancia, a pedido de un médico traumatólogo del mismo hospital, detalló los hallazgos: se detectaron lesiones en tejidos blandos, ligamentos, tendones y huesos.
En diálogo con ANÁLISIS, Azziani Cánepa enfatizó la gravedad de las lesiones descritas por el especialista en diagnóstico por imágenes del San Martín. Además, mencionó que se espera un nuevo estudio ante la posibilidad de un esguince de tobillo.
El diagnóstico muestra que la rodilla derecha presenta una rotura parcial de los ligamentos cruzados anterior y posterior, una rotura horizontal del menisco interno y una posible lesión ósea en la tibia. También se identificó una acumulación de líquido en la articulación de la rodilla, edemas que generan hinchazón en el área afectada, distensiones en los tejidos que causan dolor, rigidez y limitación de movimiento, junto con la sugerencia de un esguince de grado 2.
Este informe ha sido enviado al Cuerpo Médico Forense de Tribunales, que emitirá un dictamen para la Fiscalía. Esto permitirá definir la gravedad de las lesiones, lo que a su vez facilitará la imputación correspondiente a los policías.
El abogado de la víctima también comentó que este informe podría complicar la situación del médico policial que atendió a Bruffal esa tarde, quien le recomendó que regresara a su casa y le recetó Tafirol.
Es importante recordar que los tres policías involucrados, Jonathan Bello, Hernán Trzuskot y Lucas Casco, han sido identificados en la causa y se encuentran en situación de disponibilidad dentro de la fuerza de seguridad, donde se han tomado medidas disciplinarias pertinentes.
Hasta ahora, han declarado la víctima, sus hermanos y otros familiares, así como testigos presenciales y quienes fueron testigos de lo ocurrido posteriormente. Relataron el momento de la agresión policial y el posterior traslado en el patrullero a la Guardia Especial, luego a la División Antecedentes y, finalmente, a la Clínica Policial en calle Rondeau 2210.
T tanto la acusación pública como la privada están considerando imputar no solo el delito de apremios ilegales, sino también el de privación ilegítima de la libertad. Además, uno de los policías podría enfrentarse a la acusación de falsa denuncia, ya que el mismo día del violento episodio denunció a Bruffal por amenazas de muerte.
Bruffal, de 31 años, sigue sin poder moverse, lidiando con un dolor insoportable desde el 10 de abril, hace mes y medio. Cada turno en el hospital se vuelve excesivamente largo: primero la consulta con el médico, luego la resonancia, después nuevamente con el traumatólogo y, eventualmente, una cirugía. Los plazos son extensos, y mientras tanto, Marcelo no puede trabajar. Esta es una situación que padecen muchos pacientes del hospital, pero en su caso se trata de una lesión provocada por el Estado, lo cual debería motivar a las autoridades a agilizar la respuesta ante la grave situación de salud que le han ocasionado.




