Sábado, 13 de septiembre de 2025   |   Campo

Desafíos interesantes en los escenarios proyectados para el ciclo 2025/26

Desafíos interesantes en los escenarios proyectados para el ciclo 2025/26

El productor argentino ha estado cerrando un año satisfactorio en términos de producción, aunque los precios no han sido tan interesantes. Ya comienza a prepararse para una nueva campaña agrícola. En este sentido, la cronología es sencilla. En primer lugar, es esencial definir y enumerar los factores de mercado a enfrentar, una tarea tediosa en la que no se puede fallar. Luego, el segundo paso implica evaluar adecuadamente dichos factores. Aquí es donde el desafío se vuelve más complejo, ya que Argentina presenta una estructura exportadora única en el mundo.

Entre los países que generan mercados, nadie exporta una proporción tan alta de su producción como nosotros. Por ello, debemos estar atentos a Chicago, la plaza de referencia indiscutible a nivel internacional. Así, los “fundamentals” del mercado—oferta, demanda, stocks, clima—adquieren gran relevancia, pero la llegada de fondos especulativos en los mercados de futuros (Chicago no es la excepción) se vuelve crucial para las decisiones diarias. Cabe mencionar que Chicago opera más de 10 veces al año la producción mundial de maíz, y los “fondos” suelen moverse por factores externos a los fundamentos del mercado. Las tasas de interés, las cotizaciones de las monedas y los movimientos en las plazas financieras son aspectos que guían su accionar. En los últimos años, la geopolítica también ha pasado a ser un factor determinante para imaginar posibles escenarios de precios.

La guerra de aranceles iniciada por Trump y los conflictos bélicos cada vez más frecuentes en varias regiones del mundo condicionan y complican el análisis.

En este contexto, intentaremos sintetizar escenarios para el ciclo 2025/26 en el ámbito doméstico. A nuestro entender, el mercado del trigo enfrenta el mayor desafío. Un carry over significativo, una cosecha seguramente voluminoso y competidores internacionales muy robustos (Rusia, UE, Canadá, EE.UU., Australia y Ucrania) complican la situación. Dado que casi el 90% de la demanda global se concentra en el norte de África, el Medio Oriente y el sudeste asiático, las distancias juegan en nuestra contra. Solo contamos con Brasil como alternativa, pero nuestra oferta en 2026 podría más que duplicar tanto nuestro consumo interno como la demanda esperada de nuestro vecino. La plaza maicera, en cambio, se fortalece gracias a un consumo interno que sigue batiendo récords y, con una buena gestión de los “tiempos del mercado” (será clave el contagio de la cosecha actual sobre la nueva), permite un optimismo fundamentado. En cuanto a la soja, creemos que los ajustados stocks que se observarán en EE.UU. a medida que avancemos en el calendario (especialmente entre marzo y mayo) podrían brindarnos oportunidades para implementar estrategias de cobertura combinadas con Chicago y así sortear la avalancha de oferta brasileña. Un desafío interesante. Por su parte, el mercado del girasol presenta un escenario altamente prometedor. Si el Gobierno reconoce que es el único cultivo que permitiría expandir la frontera agrícola y actúa en consecuencia, solo necesitaríamos la tan esperada transparencia del mercado para que el girasol se convierta en la “vedette” de 2026.

El autor es presidente de Nóvitas SA.

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