
Un internado islámico en la isla de Java, Indonesia, se desplomó durante obras de ampliación, dejando al menos un estudiante muerto, más de cien heridos y decenas de personas atrapadas bajo los escombros.
El hecho ocurrió este lunes a las 15:35, hora local, en el complejo educativo Al-Khoziny, en Sidoarjo, Java Oriental, justo cuando los alumnos estaban reunidos para rezar en la sala principal del edificio.
El balance oficial, actualizado por la Agencia Nacional de Búsqueda y Rescate de Indonesia (BASARNAS), contabiliza 101 personas rescatadas, 38 desaparecidos y 77 heridos trasladados a hospitales de la zona.
La mayoría de los desaparecidos son estudiantes varones, de entre 12 y 17 años, correspondientes a los grados séptimo a undécimo, según la pizarra de control instalada en el lugar de la tragedia. Desde primeras horas del martes, cientos de rescatistas, policías y militares han removido escombros, suministrado oxígeno y agua a los atrapados y empleado equipamiento especializado para emergencias médicas y evacuaciones.
Tholib Vatelahan, rescatista presente en la zona, explicó a la prensa: “Los equipos trabajan para crear accesos que nos permitan evacuar a las víctimas. Sin embargo, la estructura es inestable y la gran cantidad de escombros dificulta cada movimiento”. Testigos y familiares se congregaron cerca del edificio colapsado, compartiendo incertidumbre y miedo. Una madre, al ver el nombre de su hijo entre los desaparecidos, gritaba: “¡Por favor, ayuden, mi hijo sigue bajo los escombros!”. Un padre, aferrándose a la mano de uno de los rescatistas, rogaba: “Por favor, señor, encuentre a mi hijo cuanto antes”.
Durante la noche, las tareas de búsqueda continuaron a contrarreloj. Rescatistas lograron sacar con vida a ocho estudiantes más de ocho horas después del colapso, aunque el entorno seguía siendo muy peligroso. Alrededor de las 10:15 de la mañana de este martes, las operaciones se interrumpieron temporalmente cuando partes del concreto derrumbado comenzaron a vibrar, lo que generó alarma por la posibilidad de un nuevo colapso. Personal de emergencia ordenó evacuar el área, incluidas más de una docena de ambulancias apostadas en las inmediaciones, para evitar nuevos riesgos.
La estructura de concreto se vino abajo de forma repentina sobre los estudiantes mientras realizaban rezos vespertinos en el primer piso. Las autoridades estiman que la causa fue la debilidad de los cimientos tras la construcción no autorizada de dos pisos adicionales, sumados a los dos originales, en el salón de oración del internado. Jules Abraham Abast, vocero de la policía provincial, sostuvo: “El viejo edificio tenía dos pisos, pero al añadir dos más sin permiso, los cimientos no resistieron el peso durante el proceso de vaciado de concreto”.
La situación en el lugar del desastre continúa siendo crítica por la gran cantidad de material inestable sobre los supervivientes. El jefe del operativo de búsqueda, Nanang Sigit, comentó: “Hemos canalizado oxígeno y agua para quienes siguen atrapados, con la esperanza de mantenerlos con vida mientras avanzan los trabajos de rescate. Hemos localizado cuerpos, pero el mayor esfuerzo está puesto ahora en recuperar a quienes pueden sobrevivir bajo los escombros”.
A primera hora de este martes, numerosos familiares aguardaban en hospitales o junto al área del siniestro en espera de novedades sobre los jóvenes desaparecidos. Las autoridades locales han publicado listas de salvados y hospitalizados, pero la cifra de víctimas podría aumentar, ya que equipos de rescate informaron haber visto más cuerpos bajo los restos.
Al momento del colapso, un grupo de trabajadores vertía cemento en la nueva ampliación; la estructura cedió y los escombros sepultaron a docenas de estudiantes en la planta baja del edificio. Las primeras investigaciones indican que la obra no contaba con permisos oficiales y que la base original no estaba diseñada para soportar la carga adicional.
Las operaciones se mantienen activas, aunque las autoridades aseguran que solo emplearán maquinaria pesada si los expertos descartan el riesgo de provocar otro derrumbe. Mientras tanto, los equipos multidisciplinarios trabajan sin descanso junto a las familias, que no pierden la esperanza de hallar con vida a los estudiantes desaparecidos o de recuperar los cuerpos de quienes quedaron atrapados tras la tragedia.
(Con información de EFE y The Associated Press)