
Café de por medio, en una sobremesa tardía, José Luis Giojano duda cuando a su lado lo sondean sobre qué dirigente le gustaría volver aver en el PJ. “A Miguel pero es muy difícil”, responde el sanjuanino.Habla,claro, de Miguel Angel Pichetto.
En otro tiempo, junto al rionegrino condujeron el bloque desenadores y, cuenta a los que lo rodean, se entendían de memoria. PeroPichetto, aunque es secretario Político del Consejo del PJ, hace meses no pidela sede de Matheu.
No estuvo este jueves cuando Gioja encabezó la cumbre debutde la nueva CAP, mesa política que alumbró en los días que Luis Barrionuevooficiaba de interventor judicial del partido y mutó, a pesar de las dudas, enepicentro de unidad.
“Me emocioné cuando entré acá: hacía ocho años que novenía” contó Hugo Moyano que junto a Felipe Solá, el triunviro cegetistaHéctor Daer y Ricardo Pignanelli, jefe de SMATA, se incorporaron a una CAPampliada.
El camionero abandonó el partido en diciembre de 2011, unasemana después de que Cristina Kirchner juró para su segundo mandato, con unpuñado de frases ásperas contra la ex presidenta. En agosto pasado, enCañuelas, se reunió con ella.
Detrás de los discursos y los abrazos -Moyano con Daer apesar de la pelea en la CGT; el camionero con otro duelista de larga data: elmetalúrgico Antonio Caló- el PJ celebró que logró convertirse en un escenariopara realineamientos y reconciliaciones.?
Otro de los presentes en la cumbre fue Fernando”Chino” Navarro, uno de los jefes del Movimiento Evita, que junto aEmilio Pérsico la semana pasada se reunió con Cristina Kirchner en el InstitutoPatria, encuentro que reveló y relató Clarín.
Con esa foto -en paralelo se invitó a Hugo Yasky, de la CTA-en el peronismo de Matheu dan por cumplida una etapa de ampliación. Pero, segúnse acordó, empieza el “operativo” para acercar posiciones condirigentes del peronismo no K.
Como enviados de buena fe, integrantes de la CAP encararángestiones para acercar posiciones con esos referentes. En ese mapeo aparece lafigura de Pichetto, enfrentado con la ex presidenta y enemistado con LaCámpora.
En el PJ bonaerense, más como deseo que como dato real,especulan que un “acuerdo” doméstico en Río Negro podría facilitar latregua con el senador. La paradoja es que los jefes del la provincia descartanla unidad con Sergio Massa, uno de los cuatro alternativos que fijaron como suslímites a Mauricio Macri y a Cristina.
En la CAP, convertida en mesa la mesa más grande delperonismo, hablan de “abrir las puertas” para todos pero admiten quehay sectores y actores más difíciles. El objetivo principal son losgobernadores y de ese club, hay tres casi descartados.
El salteño Juan Manuel Urtubey y el cordobés Juan Schiarettison los más obvios porque armaron el grupo Retiro y avisaron que no compartiránun espacio con Cristina.
El tercer mandatario al que ponen en la vereda de enfrentees al entrerriano Gustavo Bordet, que consideran “demasiado cercano”al Gobierno. Bordet desdoblará la elección e irá por su reelección. Choca conSergio Urribarri, con butaca en el PJ nacional.
Además de Gioja y los nuevos, en la mesa ampliada del PJestán el camporista Eduardo “Wado” De Pedro, los bonaerenses GustavoMenéndez, Fernando Espinoza, Leo Nardini y Julián Domínguez, los presidencialesAgustín Rossi y Daniel Scioli, y referentes de las provincias como Rubén Maríny José Mayans.
“Es el puntapié inicial para generar un gran frentenacional, popular, pluralista” sintetizó el diputado Fernando Espinoza.”Como hacía tiempo no ocurría, ahora todo el movimiento obrero estárepresentado en la conducción del partido”, agregó Gustavo Menéndez, jefedel PJ bonaerense.