Sábado, 17 de junio de 2006   |   Municipales

De ordenanzas aprobadas sin leer y bolsones entregados por votos

Hace casi un año, el concejal que pocas veces había dejado escuchar su voz en el recinto sorprendió con su franqueza. Fue después de que se acallara la oleada de halagos que su bancada había dedicado al por entonces Defensor del Pueblo, Jorge Kerz…
Marta Marozzini (Publivado en El Diario)

“No nos podemos engañar los que estamos sentados aquí (en alusión a los integrantes de la legislatura municipal). Desde que se inició la democracia, de un lado y del otro, hemos utilizado la acción social muchas veces para conseguir ese voto que no conseguimos diciéndole a la gente las cosas buenas que hacemos, sino que lo conseguimos con un bolsón, dándole la dádiva”, había dicho el edil justicialista José Zamora (del bloque del PJ) en la noche del 22 de junio, cuando faltaba poco para que finalizara una sesión hasta ahí sin sobresaltos, en la que el Cuerpo había sido convocado para considerar la renuncia a la Defensoría presentada por Kerz.

Esas palabras de Zamora eran parte de una alocución más extensa tendiente a responder las objeciones de la oposición respecto del tema que ocupaba a la opinión pública: la bochornosa destrucción, por parte del Gobierno provincial, de toneladas de comida. La declaración del concejal, desde su banca, dejó helado a más de uno de los presentes y sus dichos ganaron un lugar de privilegio en la memoria (y en los archivos).

A poco del primer aniversario de esa sesión, el edil nuevamente hizo gala de su sinceridad y otra vez causó, al menos, asombro. “Hemos votado 20 mil proyectos sin leer un párrafo”, denunció en medio de un cruce con integrantes del oficialismo, ex compañeros suyos de bancada en la sesión del Concejo Deliberante de este miércoles.

Hay que recordar que hace un par de meses Zamora decidió separarse del PJ y conformar un bloque unipersonal que denominó Frente Justicia Social. Si bien nunca se pudieron saber con certeza los motivos de su alejamiento –pues en ese momento se mostró remiso a dar declaraciones –, el legislador siguió “acompañando” los proyectos del oficialismo. Así, por ejemplo, el último caso polémico fue el 10 de abril con la sanción de la ordenanza que autorizó el aumento del precio del boleto de colectivos. Pese a que el concejal había anunciado públicamente su rechazo a la suba, su firma en el despacho de comisión del proyecto permitió que el asunto fuera tratado y finalmente aprobado con la mayoría simple. Eso sí, el edil no bajó al recinto y se ahorró el mal momento de aparecer levantando la mano. El Gobierno municipal, por su parte, logró destrabar un conflicto que amenazaba con dejar sin servicio de transporte a la ciudad.

El miércoles, el edil se pronunció tras conocer una nueva estructura de las comisiones, diseñada por el bloque mayoritario, en la que él quedaba excluido. “Esto es una persecución. Cuando José Zamora votaba con el PJ, hasta la semana pasada, se le permitía integrar las comisiones. Ahora no. Esto es claramente decir ‘señores, manejamos la cosa como queremos´. Hemos votado 20 mil proyectos sin leer un párrafo”, disparó desde su banca en una sesión a la que habían asistido niños de una escuela de Paraná, para conocer la Legislatura.

En fin, tamañas confesiones abruman porque las hace un legislador, porque son dichas desde una banca, en un recinto, en una sesión. Aunque, quizá lo de Zamora haya servido para blanquear situaciones muy graves: en un caso, las sospechas (casi convicción) de más de un paranaense, entrerriano, argentino, y en otro, los reclamos reiterados de otros integrantes del cuerpo.

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