
“Van a hacer fila pa’ pegarnos”. Antes de la presentación ante la prensa, el miércoles último, uno de los cinco gobernadores que integra el flamante frente electoral multicolor para las legislativas nacionales de octubre se permitió hacer una humorada irónica. “Difícil tener más quilombos que ahora”, fue una de las réplicas, con sarcasmo redoblado.
Acaso en esos tonos tan de la Argentina profunda puedan hallarse algunos de los motivos de esta novedosa iniciativa. Los mandatarios Martín Llaryora (peronismo cordobesista), Maxi Pullaro (UCR santafesina), Ignacio Torres (PRO de Chubut), Claudio Vidal (peronista de Santa Cruz) y Carlos Sadir (UCR Jujuy) decidieron sacudir un escenario monótono, coloreado apenas por la absorción del PRO por LLA y las insólitas internas en el kirchnerismo.
A menos de una semana de que se venza el plazo para la inscripción de las coaliciones que van a redefinir la composición del Congreso a partir de diciembre, estos gobernadores redoblan una apuesta que ya habían iniciado junto a todos sus colegas hace un mes.
Sucedió cuando de manera unánime hicieron un reclamo para que el gobierno de Javier Milei dejara de pisarles los envíos de ATN (Aportes del Tesoro Nacional), que se alimentan de un porcentaje de la coparticipación, y distribuyera el impuesto a los combustibles, que se cobra para hacer obras viales que la administración libertaria se niega a hacer. Pero recauda, eso sí.
La demanda acordada por todas las provincias fue desoída. Una obviedad en esta gestión. Así que los gobernadores motorizaron que ambas iniciativas tuvieran el formato de proyecto de ley y que obtuvieran en tiempo récord la media sanción del Senado. En este espacio se advirtió el posible sentido de semejante movida (
Ahora, este quinteto de gobernadores da un paso más allá. Ya no se trata sólo de un pedido de fondos que les corresponden a sus distritos, sino el intento de una construcción política que le dé sustancia a una posible alternativa de poder. Aquí se prefiere resaltar las palabras “intento” y “posible”, ante la detección de cierto entusiasmo exagerado y prematuro en algunos sectores del círculo rojo y mediático.
Puede entenderse en esos ámbitos la clásica ensoñación por la tercera vía, alejada de los extremos que hoy representan las filas mileístas (con sus satélites en el PRO y la UCR) y kirchneristas (a la defensiva en su bastión bonaerense). Una polarización de dos décadas, cuyos protagonistas insisten en revitalizarla para retroalimentarse. Hasta la meten para explicar la suba del dólar. Qué poca originalidad.
Este ensayo de armado novedoso busca enlazarse en varias dimensiones. Hay un posicionamiento ideológico, pero sobre todo está el político-partidario de corto y mediano plazo. Se sabe que en el largo estaremos todos muertos.
Los jefes de Estado de Córdoba, Santa Fe, Chubut, Santa Cruz y Jujuy proclaman el equilibrio de las cuentas públicas, a tono con una demanda social de época. No está tan claro si lo practican en sus territorios y si lo hacen por convencimiento o por conveniencia: todos leen las encuestas que señalan las fortalezas y debilidades de Milei. Y por qué su fuerza es la favorita para vencer el 26 de octubre, aún en las jurisdicciones que ellos administran.
Por eso –con ambigüedad, es cierto– estos gobernadores proponen que al equilibrio fiscal ellos le sumarán políticas productivas, un flanco que se consolida cada vez más débil para el Gobierno con el paso del tiempo. O, cuanto menos, aumenta su disparidad según la actividad.
En breve, este grupo federal aspira a conformar un bloque legislativo con mayor homogeneidad que el conveniente cambalache que en Diputados lidera Miguel Pichetto. Aparece una rápida limitación: en ninguno de esos cinco distritos se elegirán representantes para el Senado.
Empiezan entonces a surgir interrogantes. Muchos. Demasiados. Legisladores vinculados a esos gobernadores, y ellos mismos, han tenido posturas oscilantes respecto a la Casa Rosada. ¿Serán dialoguistas, opositores o un mix? ¿A quiénes sumarían? ¿Pullaro agrupará a los radicales santafesinos que ya están en el Congreso? ¿Y al PRO o el socialismo que integran su coalición en Santa Fe? ¿Torres también se llevará a los amarillos chubutenses?
Las posibles incorporaciones al nuevo espacio también son motivo de preguntas sobre su potencial fortaleza. ¿Cómo que el radical Gustavo Valdés evitó adherirse porque está enfrascado en la elección por su sucesión en Corrientes? ¿Y Rogelio Frigerio, aliado de Pullaro y Llaryora en el promocionado espacio de la Región Centro? ¡Ah!, cierto que está acordando en Entre Ríos con LLA. ¿Y el sanjuanino Marcelo Orrego? Las peleas locales se imponen.
En tren de localías, el fino ingenio cordobés debe estar dándose un festín por estos días. Además del gobernador Llaryora, se mostró como parte del armado el excandidato presidencial cordobesista Juan Schiaretti, quien suena para liderar la boleta para diputados de la provincia. Si algo les faltaba en Córdoba a la UCR y al PRO, enfrascados en internas autodestructivas, era que el oficialismo peronista se aliara con figuras que llevan sus mismos colores, como Pullaro, Sadir y Torres. La panzada que se darían en la revista Hortensia (ante la posible incomprensión, se sugiere activar buscador).
Ante este grito federal corporizado en un acuerdo político, el Gobierno fingió ignorancia o desinterés. Confían en que se mantendrá inalterable el ingente poroteo para blindar los vetos presidenciales en Diputados, que saldrán esta semana que se inicia. No faltó alguna chicana. “Se dicen federales y lo vienen a anunciar a la Capital?”, disparó un funcionario.
Tampoco hubo referencia al tema de parte de Axel Kicillof, dedicado a la compleja campaña bonaerense y a las permanentes tensiones con La Cámpora y el massismo. Se sumó al festival de fuegos Juan Grabois, por las listas nacionales. ¿Kicillof intuye una nueva competencia a su plan de candidatura presidencial “natural” o apuesta a sumarlos a una megacoalición anti-Milei?
Sobre el trasfondo 2027 se vislumbra cuánta consistencia podrá adquirir este nuevo grupo a mediano plazo. ¿Fue un paso táctico o estratégico? El chubutense Torres anticipó que pretenden postular a un candidato a la Presidencia. ¿Aviso de que va en serio o caras nuevas con las ambiciones de siempre?
Con historias pasadas y recientes de dirigencias que priorizan proyectos personales, que conllevan desde alianzas ficticias a traiciones al electorado, no es menor el desafío en el que este quinteto iniciático de gobernadores se ha embarcado. De ellos dependerá si edifican algo diferente y sostenible. O terminan siendo más de lo mismo.