
A punto de cumplirse la mitad de la gestión de Javier Milei —periodo en el que se eliminó el déficit fiscal, la inflación heredada se redujo a una quinta parte, la deuda pública disminuyó en términos nominales y se registraron un mayor ritmo de actividad y un récord en el comercio exterior—, persisten las dudas entre los analistas sobre la dificultad para acumular reservas en el Banco Central, la continuidad de las restricciones cambiarias y la pausa en la desaceleración de los precios.
Ante ese escenario, Infobae entrevistó a Daniel Artana, economista jefe y director de FIEL, para analizar la coyuntura y conocer sus expectativas para los próximos dos años del Gobierno.
— El Gobierno de Javier Milei cumple dos años en el poder. ¿Cuál es su balance general respecto a la llamada “nueva economía” que impulsa esta gestión?
— Durante gran parte de las últimas décadas, Argentina aplicó un modelo económico dirigista y financió el déficit con emisión monetaria. El resultado fue persistente: bajo crecimiento y alta inflación.
El Gobierno actual propone una política económica distinta, con mayor orientación al mercado, impulso a la competitividad y apuesta a la solvencia fiscal. En términos generales, el desempeño de estos dos años puede calificarse como aceptable.
“La baja de la inflación es notoria y la economía hoy se ubica levemente por encima de los niveles observados años atrás, a pesar del fuerte ajuste fiscal”
La baja de la inflación es notoria y la economía hoy se ubica levemente por encima de los niveles observados años atrás, a pesar del fuerte ajuste fiscal del primer año y un apretón monetario previo a las elecciones de medio término.
— Desde su perspectiva, ¿qué factores o políticas quedaron pendientes o faltaron en estos dos primeros años?
— Siguen pendientes reformas estructurales relevantes, como la laboral, la tributaria y la previsional, aunque hubo avances en la desregulación de otras áreas. Las reservas negativas del Banco Central constituyen una vulnerabilidad frente a choques externos. El Gobierno podría haber optado por comprar más reservas, aun a costa de un tipo de cambio real más alto del que hoy existe.
— ¿Cómo evalúa la decisión del Gobierno de priorizar la cancelación de deuda por sobre la acumulación de reservas internacionales?
— Evitar un nuevo default era crucial. Como dije antes, también era factible priorizar la compra de reservas, aunque eso implicara una mayor depreciación del tipo de cambio real.
— Contar con el respaldo del Tesoro de Estados Unidos para afrontar vencimientos de deuda bajo legislación extranjera, ¿es una muestra de solvencia o un indicador de fragilidad para la economía argentina?
— El apoyo del Tesoro de Estados Unidos es inédito y refleja una virtud en la estrategia internacional del Gobierno. No obstante, depender de terceros para enfrentar eventuales corridas es una debilidad.
“Depender de terceros para enfrentar eventuales corridas es una debilidad”
En parte, el equipo económico asumió ese riesgo al liberar de forma abrupta el cepo para personas físicas. Se podía haber hecho de modo más gradual, aunque eso probablemente habría ampliado la brecha cambiaria.
— ¿Ve posible que la Argentina logre, como Brasil, acumular reservas principalmente mediante el ingreso de capitales, en vez de hacerlo por un cambio estructural en la balanza de pagos?
— Es posible. La acumulación de reservas puede actuar como sustituto cercano de un fondo soberano, algo recomendable para países exportadores de recursos naturales. Esos fondos buscan que el gasto doméstico sea coherente con el valor a largo plazo de los recursos y reducir la volatilidad del tipo de cambio real.
— En función del escenario actual, ¿considera que el tipo de cambio se encuentra en un nivel competitivo para la industria nacional?
— Es difícil responder sin tener en cuenta que la industria debe transitar un proceso de reconversión: pasó de vender en un mercado protegido a competir en la Argentina y en el exterior.
Las exportaciones totales aumentaron y alcanzaron niveles máximos en los últimos años debido a la energía y el agro, pero la cantidad exportada de manufacturas industriales disminuye desde hace años.
“Las exportaciones totales aumentaron y alcanzaron niveles máximos en los últimos años debido a la energía y el agro, pero la cantidad exportada de manufacturas industriales disminuye desde hace años”
En contraste, el sector de servicios profesionales, intensivo en mano de obra, mostró una mejora significativa.
— A pesar de mejoras macroeconómicas, reducción de impuestos y avances en desregulación, varias multinacionales han abandonado el país. ¿A qué atribuye este fenómeno?
— Hay decisiones globales de concentración de inversiones en menos destinos, pero también pesa el cansancio de operar en un país con reglas inestables tras años de populismo económico y corrupción. Se espera que las nuevas señales permitan revertir esa fuga con rapidez.
— Persisten algunas restricciones cambiarias pese a la promesa de liberalización. ¿Cuál es su visión sobre los “cepos” que continúan vigentes?
— Los cepos deberían eliminarse; la cuestión es el momento. Yo habría reducido antes las restricciones para empresas que las que afectaban a personas físicas, para enviar una señal más clara de cambio de régimen y quizá moderar el fenómeno que mencioné antes.
— ¿El comportamiento de la economía antes de las elecciones lo sorprendió? ¿Esperaba esos datos de actividad?
— Los resultados fueron algo mejores de lo esperado. No obstante, hay sectores en retroceso, como la industria; otros, como la construcción, se recuperan muy lentamente; y algunos muestran expansión.
— ¿Qué características distintivas espera para los próximos dos años del Gobierno de Milei?
— Mantener el superávit fiscal primario, seguir reduciendo la tasa de inflación y avanzar en reformas y acuerdos internacionales de comercio que envíen una señal clara de apertura y competitividad. El riesgo es que las mejoras de productividad necesarias tras un desempeño deficiente provoquen tensiones en el mercado laboral.
“El riesgo es que las mejoras de productividad necesarias después de un mal desempeño generen tensiones en el mercado laboral”
— ¿Cuáles son las previsiones de FIEL para el cierre de 2025 y el próximo año en materia de inflación, actividad económica, reservas y tipo de cambio?
— FIEL proyecta que la economía crecería este año algo más del 4% y alrededor del 3% en 2026. La inflación se reduciría de 31% en 2025 a 19% en 2026. Se espera que el tipo de cambio se mantenga cerca del techo de la banda y que comiencen a acumularse reservas.
— Para finalizar, ¿quiere dejar una reflexión general sobre el futuro económico bajo la actual gestión?
— La derrota electoral del populismo abre una gran oportunidad. Mantener los fundamentos macroeconómicos es clave, pero hay que cuidar que la reconversión de la economía no derive en problemas en el mercado laboral. A diferencia de los ’90, el tipo de cambio podría depreciarse si fuera necesario y, ante una situación más compleja, la salida probablemente sería un aumento de la informalidad.
Fotos: Gastón Taylor
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