La visita de los cuatro principales ejecutores de la política económica a Washington, con el objetivo de ser recibidos por Scott Bessent, secetario del Tesoro de Estados Unidos, se mantuvo durante su primera jornada en un cono de misterio. Nada se informó, nada se dijo, y mientras tanto se sabe que siguieron con notable intensidad las comunicaciones y mensajes entre importantes referentes de la política argentina y sus contactos en el distrito sede del gobierno de Donald Trump. Uno de esos contactos, quizá no en forma directa sino a través de sus allegados, es el que mantiene Mauricio Macri con funcionarios o personas cercanas del gobierno republicano. En dichas comunicaciones se le habría transmitido a los interlocutores en Washington las condiciones que puso sobre la mesa el ex presidente de la Nación 2015/2019 a Javier Milei, para la gestión económica después de las elecciones del día 26 si pretende contar con el apoyo del PRO en el Congreso. Cargos, manejo de áreas, intervención en decisiones clave y hasta el control de alguna delegación o embajada económicamente “muy importante”, forman parte del menú que Macri ya le había hecho llegar al mandatario libertario unos días antes del encuentro de Olivos.
“Lo que Mauricio está reclamando no son algunos cargos para su gente”, resumió un activo participante en esas gestiones, “sino el control de un pedazo del poder”.
Mientras Luis Caputo, José Luis Daza, Santiago Bausili y Pablo Quirno esperan ansiosos ser recibidos por Bessent para explicarles sus urgencias, la trama del involucramiento del gobierno de Estados Unidos y el FMI pasa por otros carriles.
La propuesta del líder del PRO parece alinearse con la “sugerencia” que le llega a Milei desde el Fondo Monetario Internacional cada vez en forma más explícita: para seguir avanzando con las “reformas estructurales” que le reclaman (laboral, previsional e impositiva), deberá tejer alianzas coin sectores de la oposición.
El último jueves, en medio de las tensiones locales por un dólar indomable y un Congreso que le rompía los vetos a MIlei, en conferencia de prensa en Washington, Julie Kosack, directora de comunicación del FMI, lo decía en estos términos: “En cuanto al programa en curso (en Argentina), seguimos enfatizando la necesidad de generar un amplio apoyo político para asegurar la implementación de la ambiciosa agenda de reformas de las autoridades y fortalecer la confianza”.
A esa altura del jueves 2, en Washington ya tenían información del “pliego de condiciones” que, por vía de Fernando De Andreis (ex secretario general de la Presidencia), Macri le había hecho llegar a Milei para prestarle su apoyo en sus dos últimos años de mandato. De Andreis no fue simplementel el “correo” de la demanda de Macri, sino que se le atribuye un rol principalísimo en, como mínimo, el “ordenamiento” del plan “para ir por un pedazo del poder”, como dicen en su entorno.
Las referencias del FMI no se pueden leer de otra forma que una sugerencia al gobierno para que llegue a algun tipo de acuerdo con lo que desde Washington algunos califican como “la derecha racional” de Argentina. Calificativo en el que también entran, cómodos, los gobernadores agrupados en Provincias Unidas.
Las joyas de Macri
En el enfoque macrista del Estado, se suele mencionar que “hay 100 cargos de importancia que dependen del Ejecutivo, pero entre ellos hay 15 que son estratégicos”. Y una de las áreas estratégicas que más atrae al macrismo, podría decirse desde siempre, es la energética. Es sabido que para los intereses del PRO este atractivo está fuertemente incidido por los negocios en ese espacio. Negocios directos e indirectos, porque hay otras “relaciones” que se derivan del manejo de ciertos cargos, como enseguida se verá, que interesan a los popes del PRO, y mucho.
Concretamente, el pliego de demanda de espacios de poder reclamados por el macrismo para su control, incluye:
* La conducción de YPF, de Yacyretá, de Nucleoeléctrica, así como los cargos que le correspondan al Estado nacional en Transener (red troncal de transmisión eléctrica en todo el territorio nacional) y otras empresas claves en la infraestructura energética (gasoductos, entre ellos);
* Areas de control de concesiones mineras y que tengan participación directa en futuros procesos de privatización (particularmente, centrales eléctricas);
* Areas con responsabilidad en la renegociación de contratos de servicios no sólo de energía y minería sino también de transporte. Plazos, términos, condiciones y especialmente lo vinculado a regímenes tarifarios en revisión;
* Conducción de la Administración General de Puertos y de las áreas atinentes a la gestión de la Hidrovía del Río Paraná.
Los tiempos
Macri condicionó su apoyo a Milei no sólo a ver satisfechas sus demandas de ocupar lugares clave en la gestión, sino que además advirtió que ese eventual apoyo recién se explicitaría en la gestión de gobierno post elecciones. Es más: desde el PRO señalan que hasta las elecciones avanzarán “por caminos paralelos” con La Libertad Avanza y, una vez conocidos los resultados del día 26, “mediremos qué aportó cada sector y reclamaremos lugares en función del resultado: si ellos aportaron un 20 por ciento y nosotros otro 20, estaríamos en condiciones de reclamar la mitad de los cargos importantes”. Y aclara: “cargos ejecutivos, porque de los legislativos ni siquiera estamos hablando”.
El tono desafiante se acompaña con demandas desafiantes: a los cargos y lugares ya descriptos, se agregaría otro de mucho peso. La embajada en China.
Macri no ha dejado de moverse en el plano internacional en el último año y medio, vinculando a veces los negocios con las relaciones diplomáticas, como es el caso con Paraguay, y en otros puramente por intereses económicos, como lo ejemplifica el caso de China. En este último país, combinando diversos rubros comerciales. Uno de sus alfiles clave en ese espacio geográfico es nada menos que su “hermano de la vida”, NIcky Caputo, cuyas oficinas en Puerto Madero suelen ser escenario de encuentros de destacadas figuras políticas de otros tiempos que hoy se destacan en los grandes negocios.
El caso de Paraguay es de particular interés para Mauricio Macri, donde tiene desarrollada una gama de negocios que, aseguran, va mucho más allá de lo que se conoce. “El interés de Mauricio por tener alguien suyo en la conducción de Yacyretá (central hidroeléctrica binacional) y en la gestión de la Hidrovía (por donde transitan las barcazas que llevan los productos paraguayos hacia el Atlántico) se relacionan directamente con la intención de fortalecer esos lazos”, afirman.
El macrismo espera la respuesta de Milei. Pero trabaja a dos puntas: por otro lado, va buscando fortalecer el nexo político con los gobernadores alineados en Provincias Unidas, tarea para la que designó al gobernador de Entre Ríos, Rogelio Frigerio. Y también va consolidando la alianza con quienes Macri apunta a conformar su nueva pata económica: la Fundación Mediterránea.