Martes, 10 de junio de 2025   |   Nacionales

Cristina Kirchner envía señales a Kicillof antes del fallo de la Corte Suprema en medio de la tensión interna en el PJ

Durante el encuentro en el PJ nacional, la ex presidenta le mandó varios mensajes entre líneas al Gobernador, que intentó un gesto de acercamiento en el medio de la tensión
Cristina Kirchner envía señales a Kicillof antes del fallo de la Corte Suprema en medio de la tensión interna en el PJ

La ex presidenta asumió que

“Hoy ponemos los fideos. Estamos todos y todas“, expresó con tono humorístico Leonardo Grosso, dirigente del Movimiento Evita, quien se sentó a la derecha de Cristina Kirchner en el acto conmemorativo del día de la resistencia peronista, celebrado en la sede del PJ Nacional.

La afirmación no fue casual. En la primera fila del auditorio, ubicado en el primer piso del partido, se encontraba Axel Kicillof. El Gobernador se volvió a encontrar públicamente con la ex presidenta tras cinco meses de un distante silencio. Los gestos y miradas intercambiados dejaron en claro que la relación ha cambiado.

Dentro de la interna y en medio de la negociación electoral, el Gobernador mostró un gesto de cercanía. La ex mandataria lo invitó a través de la intendenta de Moreno, Mariel Fernández. Kicillof inicialmente dijo que no podría asistir y que enviaría una delegación. Cumplió con su promesa y mandó un grupo de cinco dirigentes del Movimiento Derecho al Futuro (MDF) para participar del plenario previo al discurso de CFK.

Sin embargo, después de una reunión con sus intendentes en La Plata, decidió abordar una combi y dirigirse a la Ciudad de Buenos Aires para estar presente en el acto del PJ. En Matheu 130 no lo esperaban. En el cristinismo creen que en cuestión de horas la Corte Suprema confirmará la condena en la causa Vialidad, lo que podría llevar a su detención. El foco del encuentro era organizarse para resistir ante el posible fallo judicial.

La ex mandataria pidió que

La llegada de Kicillof al auditorio fue muy fría. Desde hacía más de una hora, toda la dirigencia cristinista aguardaba el discurso de la ex vicepresidenta, quien se demoró hasta último momento en su hogar. El Gobernador hizo su entrada acompañado por la vicegobernadora, Verónica Magario, y un grupo numeroso de intendentes y dirigentes de su entorno político. No hubo aplausos, ni silbidos: solo indiferencia.

El ambiente tenso, la incomodidad palpable de los presentes y el descontento contenido en algunas miradas era evidente. “Somos de la gloriosa juventud peronista, somos los herederos de Perón y Evita…”, entonaron los asistentes como señal de bienvenida, buscando deshacer el hielo y hacer que el momento avanzara rápidamente.

Los dirigentes ultra K rápidamente hicieron añicos la supuesta unidad que se aguardaba con la llegada de Kicillof. “Cuánto les falta para entender, que no fue magia, nos conduce una mujer“, gritaron. La alusión era para el Gobernador y sus leales, quienes ya no creen en esa melodía camporista. La interna está más vigente que nunca.

Los intercambios de Kicillof con algunos dirigentes fueron distantes, aunque no tanto como los de “Carli” Bianco, quien se ha convertido en el principal blanco de los cristinistas en la actualidad. Hubo besos fríos para Mariel Fernández, Mayra Mendoza, Juliana Di Tullio y Wado de Pedro, todos en primera fila. A estas alturas, parecen ser solo compañeros de militancia a los que no les agrada verse las caras.

La presidenta del PJ, Cristina

El jefe de Gobierno bonaerense se ubicó al costado y se mantuvo erguido durante todos los discursos. Vestía una polera negra y un saco gris, mostrando gestos serios. En su lado, el “Cuervo” Larroque hizo lo mismo. Lanzó algún saludo a distancia y escuchó con atención. Aplaudieron en ciertos fragmentos del discurso de CFK, consciente de que se encontraban en un terreno hostil y optaron por no generar conflictos.

No obstante, el kicillofismo no pasó por alto la frialdad del recibimiento. “Estaban cantando canciones como si tuvieran cinco años. La debilidad es total. Hicieron un papel muy triste mientras están por condenar a CFK. No entienden nada. Están perdidos”, advirtió con dureza un funcionario del gobierno bonaerense. El recibimiento no fue bien recibido.

La visita al PJ volvió a poner de relieve las profundas divisiones internas. Todo está quebrado, aunque algunos intenten ocultarlo. Se puede disimular, pero el amor ya no existe. Algo se rompió. Y quizás no haya vuelta atrás.

Kicillof ingresó acompañado por los funcionarios Carlos Bianco, Gabriel Katopodis, Cristina Álvarez Rodríguez, Walter Correa y Andrés “Cuervo” Larroque. También formaron parte de la delegación los intendentes Fernando Espinoza (La Matanza), Mario Secco (Ensenada), Andrés Watson (Florencio Varela), Pablo Descalzo (Ituzaingó), Mariano Cascallares (Almirante Brown) y Julio Alak (La Plata). Se encontraban también los ex jefes comunales históricos del peronismo bonaerense: Alberto Descalzo y Julio Pereyra. Sus expresiones eran serias; alguna risa nerviosa, y había claridad absoluta de que el ambiente ya no les era familiar.

Axel Kicillof en la primera

No había espacio para todos. El salón estaba repleto. El protocolo distribuyó a los asistentes por los costados. Kicillof, a quien se le buscó ubicación en cuanto se supo de su presencia, fue situado entre Mariel Fernández y Mayra Mendoza en la primera fila. No hubo foto de unidad.

No existieron abrazos fraternos ni miradas cómplices. Tampoco sonrisas sinceras. Solo gestos severos y algún agradecimiento furtivo hacia el Gobernador. Algunos intentaron recordar tiempos pasados de unidad, pero fueron pocos. “Fuimos a dar nuestra solidaridad. Cuando hay un compañero en peligro, siempre vamos a estar. Esperemos que lo reconozcan”, comentó uno de los kicillofistas presentes.

Sin embargo, no hubo reconocimiento público. La ex presidenta deslizó varias alusiones sutiles hacia el mandatario bonaerense: “Tenemos todo un problema cuando se llega en nombre de un proceso colectivo y, en vez de mirarse y reconocerse como parte de ese proyecto, tenemos gente que se asume como un proyecto personal. Es un problema que tampoco es nuevo en el peronismo”, sostuvo.

Ese mismo argumento ha sido utilizado por el camporismo en el último año y medio para cuestionar a Kicillof, acusándolo de liderar un proyecto personal. La ex presidenta nunca mencionó al Gobernador directamente. No hubo señales públicas de distensión. “No van a aflojar nunca. Son básicos. Se quedan en la chiquita. Van a pelear hasta el final. Axel hizo lo que tenía que hacer”, comentó uno de los kicillofistas que asistió al PJ.

La intendenta de Quilmes, Mayra

En una segunda intervención, CFK planteó que tras la derrota de 2015 se pudo organizar una estrategia para volver al poder en 2019. “Eso requiere desprendimientos personales. La unidad, siempre y cuando sea en mi nombre, no sirve”, fue otro de sus mensajes con destinatario claro.

Finalmente, al término del acto, en una tarima improvisada, la ex presidenta se dirigió directamente a la interna del peronismo: “Lo único que escucho últimamente es qué lugar me toca en las listas. Déjense de joder,” sentenció. Y agregó: “Hay que ser solidarios. Hay que tener empatía con los demás. Pero nadie va a creer que somos solidarios si nos estamos despedazando entre nosotros.”

Desde el kicillofismo insisten desde hace tiempo en una idea que se reafirmó la noche anterior, tras el acto: “Cristina no le va a dar la lapicera. No quiere otorgarle el bastón de mando del que tanto se habló. Va a pelear hasta el final. No reconocen a Axel como un emergente”, afirmó un importante funcionario del gabinete bonaerense.

En el acto de ayer se evidenciaron contradicciones muy marcadas. La ex presidenta reclamó unidad, pero al mismo tiempo no dudó en lanzar mensajes contundentes hacia Kicillof y su equipo. La tregua es a medias. Lo que ocurrió el jueves fue un acercamiento por necesidad. La unidad es esencial para evitar la derrota y prevenir que el peronismo entre en una crisis aún más profunda.

El senador Mariano Recalde fue

CFK vaticinó el fallo de la Corte Suprema, sin dudar sobre la decisión que tomará el máximo tribunal. Asegura que pronto será detenida, por lo que ha acelerado la organización de su sector. En el plenario previo a su discurso se decidió poner en estado de alerta y movilización a todas las facciones del esquema político, esperando la sentencia para avanzar con medidas concretas.

Todo lo que se haga será bajo la coordinación del PJ nacional. Los gremios afines a la ex presidenta planean convocar a un paro nacional con movilización, y la dirigencia se prepara para volcarse a las calles, buscando hacer resonar la demanda del peronismo.

Las próximas horas serán cruciales para el destino de CFK y su fuerza política. La interna persiste; no ha concluido. Diseñar una estrategia electoral conjunta será una tarea extremadamente complicada. Tienen el reto de intentarlo ante ellos.

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