
La Unión Cívica Radical atraviesa una semana cargada de tensión interna en medio del proceso para renovar sus autoridades nacionales. Con el mandato de Martín Lousteau llegando a su fin y su decisión ya confirmada de no buscar la reelección, trascendió que los principales dirigentes del partido muestran reticencias a asumir la presidencia, lo que abre interrogantes sobre el futuro inmediato del radicalismo.
De acuerdo con una publicación reciente de La Nación, varios referentes de peso rechazan la idea de encabezar la conducción partidaria por el desgaste acumulado y por el retroceso electoral que sufrió la UCR en el Congreso durante 2025. La conducción saliente enfrenta críticas silenciosas, y la prioridad del partido es evitar una fractura interna mediante la conformación de una lista de unidad. Sin embargo, las negociaciones avanzan con dificultad y todavía no hay un acuerdo cerrado.
En este marco, se estableció que el plenario nacional para elegir al nuevo presidente se realizará el 12 de diciembre, aunque el panorama sigue abierto. El gobernador de Corrientes, Gustavo Valdés, aparece mencionado como uno de los posibles nombres para encabezar la nueva etapa. Pese a ello, su entorno mantiene la cautela y evita confirmar si competirá, lo que profundiza la sensación de vacío de liderazgo.

Mientras tanto, gran parte de la dirigencia radical de Entre Ríos mantiene un marcado silencio frente a la transición nacional. Fueron pocos los referentes locales que se pronunciaron públicamente sobre la sucesión de Lousteau ni sobre los nombres en danza para conducir el partido. Ese mutismo contrasta con las tensiones internas visibles a nivel nacional y refleja una estrategia de baja exposición en un momento en el que la UCR discute su rumbo político.
INFORME DIGITAL consultó a dirigentes de renombres del centenario partido en la provincia, y uno de los que expuso su postura fue el ex diputado nacional, Fabián Rogel, quien es primer delegado de la Convención Nacional de la UCR.

En este contexto, el ex legislador señaló: “Yo creo que debe haber renovación de autoridades mediante la elección directa, no a través de delegados”. En cuanto a su respaldo para asumir la presidencia del radicalismo, fue contundente su apoyo para Gustavo Valdés, gobernador de Corrientes.
Rogel recordó a este medio que fue compañero de banca del correntino cuando ambos se desempeñaron como diputados nacionales, y elogió al mandatario provincial señalando: Es un hombre dde coraje y convicciones fuertes, que está llevando adelante una buena gobernación en su provincia y sin plata”.

La falta de candidatos dispuestos a asumir expone un cuadro interno más profundo: el radicalismo debate su identidad, su relación con el Gobierno nacional y el rumbo político que deberá adoptar en 2026. Sin un liderazgo claro y con tensiones entre sectores provinciales, la continuidad organizativa del partido dependerá de que en las próximas semanas se logre un consenso que hoy no está garantizado.
La UCR llega así al final del año con una conducción saliente, una sucesión sin dueños definidos y un desafío crucial: resolver si puede unificar posiciones a tiempo para evitar una crisis institucional que complique su rol en el escenario político nacional.





