
De la redacción de INFORME DIGITAL
El resultado electoral de Corrientes encendió luces de alerta en la política entrerriana. Con más del 50 por ciento de los votos, Gustavo Valdés ratificó el poder del radicalismo correntino defendiendo su armado propio y negándose a ceder espacios a los candidatos promovidos por Karina Milei.
La Libertad Avanza, con una lista de corte nacional y sin figuras locales de peso, apenas alcanzó alrededor del 9 por ciento, quedando relegada al cuarto lugar. Ese contraste dejó en claro que, cuando se trata de elecciones provinciales, la construcción territorial y la referencia cercana terminan pesando más que la narrativa nacional.
En Entre Ríos, el camino elegido por Rogelio Frigerio fue distinto. El gobernador aceptó el esquema de Karina Milei y colocó a referentes libertarios como cabezas de lista: Joaquín Benegas Lynch para el Senado y Andrés Laumann para Diputados. Se trata de dirigentes con escasa vinculación con la provincia, lo que ya despertó cuestionamientos internos y dudas sobre la capacidad de interpelar al electorado entrerriano.
Mientras Valdés capitalizó su autonomía y reforzó la identidad local, Frigerio apostó a disciplinarse con el esquema nacional. La decisión entrerriana abre interrogantes de cara a octubre: ¿podrá sostener su caudal electoral con listas conducidas por libertarios sin raíces en la provincia?
El espejo correntino muestra que la fortaleza de un armado provincial sólido puede imponerse incluso frente al atractivo de figuras nacionales. Frigerio, en cambio, optó por priorizar el acuerdo inmediato con Milei, con el riesgo de diluir la marca de Juntos por Entre Ríos.
Hacia adelante, la estrategia será clave. Si el clima nacional se enrarece por la situación económica o los escándalos que golpean al oficialismo, Entre Ríos podría pagar el costo de haber cedido demasiado terreno.
Por eso, ya se baraja como hipótesis el posible desdoblamiento de las elecciones provinciales en 2027, cuando regirá por primera vez la Boleta Única en Papel. Esa herramienta daría margen para separar la suerte del gobierno local del humor nacional, algo que Corrientes acaba de demostrar en los hechos.