
Hace más de quince años, un grupo de productores de Florentino Ameghino, en el noroeste de la provincia de Buenos Aires, empezó a notar que, tras cada lluvia intensa, sus campos quedaban anegados y los caminos rurales resultaban intransitables por días. Según los vecinos, el origen está en el Canal Secundario VI, una obra hidráulica que forma parte del sistema de la Cañada de las Horquetas dentro del Plan Maestro del Río Salado. Los productores afirman que el canal nunca fue completado y que, cuando llueve, se desborda, inunda los campos y corta los accesos; el gobierno provincial, en cambio, sostiene que la obra fue concluida.
“Antes de realizarse el canal secundario número 6, y posteriormente tanto el inferior como el superior, y después el canal 5, nosotros teníamos en la parcela 173 G una laguna de 100 hectáreas. Era muy playita y normalmente se evaporaba, por lo cual no nos causaba un perjuicio importante”, cuenta María Cecilia Paolilli, una de las productoras afectadas. “Con la construcción del canal secundario 6, que inicia en la parcela 173 K —que es nuestra— y pasa por la parcela 173 G, esa laguna pasó a tener una extensión muy variable. En épocas de sequía se seca, pero cuando llueve, ya sea en años normales o con excesos hídricos, llega a cubrir entre 400 y 750 hectáreas. Eso nos perjudica muchísimo. No podemos producir porque no sabemos cuándo se va a volver a llenar de agua”, agrega.
El Canal VI parte de la parcela 173 K —también propiedad de la familia Paolilli— y atraviesa la 173 G. En el momento de la obra, esa franja de tierra estaba en una situación legal irregular: “Teníamos una posesión precaria porque se había perdido el expediente de escrituración y el titular registral tenía paradero desconocido”, explica la productora. Por esa razón, ese tramo no se dragó, aunque los planos originales lo contemplaban. “Al no poder hacerse la obra en esa parte, no se debió continuar aguas arriba pero igual se siguió adelante, dejando un tramo sin hacer que hoy sigue igual”, afirmó.
Desde el gobierno provincial, en cambio, sostienen que la obra está terminada. Fuentes de la Dirección Provincial de Hidráulica aseguraron que “el Canal Secundario VI en Florentino Ameghino fue construido y concluido por el Gobierno nacional hace más de veinte años”. Explicaron que “ese canal desagua en la Cañada de las Horquetas, que a su vez desemboca en el río Salado”, y que “en 2017 los propietarios de la zona presentaron un proyecto de ampliación del canal que no fue aprobado por cuestiones técnicas”. Según la misma fuente, “el canal secundario tiene mantenimiento y está transportando la carga de agua para la cual fue diseñado”.
Paolilli asegura que desde 2010 viene reclamando por esta situación, aunque el reclamo formal recién se presentó en 2017 mediante el Expediente Administrativo 2406-3307/2017, que aún sigue abierto. El documento reúne pruebas técnicas y legales: actas notariales, cartas documento, imágenes satelitales e informes del INTA y de ingenieros hidráulicos que, desde los años 90, advierten que el sistema está incompleto y no evacúa correctamente los excedentes.
Anegamientos por desborde del canal
“El problema serio es que esto se repite por un error en los cálculos de las bocas de admisión”, detalla. “En 2010, después de los primeros desbordes, Hidráulica construyó tres bocas más a una cota inferior, pero el sistema sigue sin dar abasto. Hoy, de las seis bocas que hay, solo tres funcionan bien. En el mejor de los casos, el canal evacúa al 50% de su capacidad”, agrega.
Una de las cartas documento incluidas en el expediente advierte que “los excedentes hídricos superan la capacidad de transporte del canal y, por derrame, anegan los campos y cortan los caminos reales”.
Los productores además aseguran que se hicieron obras complementarias —como una alcantarilla nueva sobre las vías del Ferrocarril San Martín, a la altura del kilómetro 2— que alteraron el escurrimiento natural.
Las pérdidas económicas, destaca la productora, son cada vez mayores. “Soy la última que da contra el canal principal y cada vez que el sistema desborda se cortan los caminos y quedamos aislados. Durante años tuve que entrar a mi campo por la propiedad de un vecino, porque los caminos reales eran intransitables. Pago inmobiliario y tasa vial, pero a veces ni puedo entrar”, se lamenta Paolilli.
Ampliación del ingreso de agua desde Canal Secundario VI superior a Canal Secundario VI
La productora sostiene que tiene imágenes satelitales que muestran la situación. “En las imágenes se ve cómo durante seis meses tengo la laguna y durante otros seis el campo seco”, señala Paolilli. “Ahí se ve con claridad cómo el espejo de agua aparece y desaparece según las lluvias, y cómo el canal no logra evacuar el exceso”, agrega.
En agosto de este año, tras una lluvia de 200 milímetros, la laguna pasó de 76 a 434 hectáreas en solo una semana. “Eso no lo produce la naturaleza, sino un error en los cálculos hidráulicos al momento de hacer la obra. Además, la falta de canalización completa de la parcela 173 G sigue siendo el cuello de botella”, dice.
Paolilli también menciona que el Plan Rector de Caminos Rurales de Florentino Ameghino, elaborado este año por la Universidad Nacional del Centro (Unicen), confirmó parte de sus reclamos. “En la página 19 del informe se indica que todos los canales secundarios, del uno al diez, están finalizados, excepto el número ocho, lo que significa que el Canal VI figura oficialmente como terminado. Sin embargo, el estudio advierte que, por las condiciones naturales de la cuenca, el escurrimiento es lento y lluvias moderadas pueden generar excesos. Por eso recomienda obras de cruce adicionales”, explica.
Actualmente, más de una década después del primer reclamo, la productora denuncia que la situación sigue igual. El expediente fue archivado en 2019 sin una resolución concreta y recién el 23 de septiembre de 2025 fue reabierto y enviado al Departamento de Asuntos Legales y Judiciales de la Dirección Provincial de Saneamiento y Obras Hidráulicas.
“Cada temporal es lo mismo: el agua avanza, los caminos se cortan y los campos quedan bajo agua”, concluye Paolilli. “No pedimos una obra nueva, solo que terminen bien la que ya figura como hecha”.