
La pena más alta recayó en Fortunata Olivera Díaz, considerada la jefa de la organización, quien fue sentenciada a cinco años y dos meses de prisión efectiva. Sus hijos, Ruby Olivera Díaz y Russell Olivera, recibieron condenas de tres años como partícipes secundarios.
La investigación determinó que la organización logró introducir en la provincia más de 20 kilos de cocaína marcados con el sello del delfín, distintivo del capo narco salteño Delfín Reinaldo Castedo, alias el “Patrón del Norte”. Según declaró una integrante de Gendarmería Nacional, ese sello lo utilizan organizaciones narcos peruanas para identificar cargamentos de alta pureza, lo que supone un mayor riesgo para la salud pública.
El fiscal federal José Ignacio Candioti, junto a Juan Podhayny, sostuvo en los alegatos que Fortunata era la responsable principal de la logística y la comercialización de los estupefacientes. Se acreditó que el 19 de febrero de 2024, durante un control sobre la Ruta Nacional 14, se le secuestraron dos kilos de cocaína con destino a la ciudad de Chajarí. También se comprobó que había efectuado traslados previos hacia Concordia, Colón y Concepción del Uruguay.
En el allanamiento a la vivienda familiar en Villa Celina se hallaron 270 gramos de cocaína fraccionados en 72 envoltorios listos para la venta, una balanza con restos de sustancia y anotaciones relacionadas con la comercialización de drogas. El fiscal pidió penas de tres años y ocho meses para Ruby y Russell, a quienes consideró partícipes secundarios en la actividad ilícita liderada por su madre.
En su alegato final, Candioti advirtió sobre el impacto del narcotráfico en la juventud y la utilización de menores como “soldaditos” en la cadena de distribución. Además recordó que el tipo de droga incautada coincide con la utilizada en los juicios contra Daniel “Tavi” Celis y Elvio Caudana, ambos vinculados a redes de narcotráfico de alto perfil.
Tras un cuarto intermedio, la jueza Rojas anticipó la parte resolutiva de la sentencia: condenó a Fortunata Olivera Díaz a cinco años y dos meses de prisión, y a sus hijos a tres años de prisión efectiva. La resolución completa se publicará en los próximos días. El debate se desarrolló en el Tribunal Oral en lo Criminal Federal de Paraná, aunque Rojas participó desde el juzgado de Concordia.
Un crimen que impactó en Concordia
El expediente está vinculado además a un episodio violento ocurrido en noviembre de 2024, cuando Cristian Laveriano, también oriundo de Villa Celina, fue asesinado en Concordia. Laveriano había viajado a la ciudad junto a Ruby Olivera Díaz para cobrar una presunta deuda relacionada con el narcotráfico.
El ataque se produjo el sábado 2 de noviembre en la intersección de Batalla de Tucumán y Gendarme Ituarte, cerca de Playa Nebel. Dos individuos los asaltaron; a Laveriano lo hirieron en la pierna izquierda con una herramienta tipo pico de mano. La lesión produjo una hemorragia masiva que derivó en su muerte, pese a que fue internado en terapia intensiva en el hospital Masvernat.
Los agresores fueron detenidos poco después en una zona de pastizales, pero el móvil del crimen aún no fue esclarecido. La posible conexión entre ese homicidio y la red narco familiar condenada continúa bajo investigación.



