

“Tienen que armar una suerte de ‘coalición para el futuro’”. En más de una reunión, el lobbista estadounidense Barry Bennett marcó ante integrantes de la Casa Rosada y actores de la oposición dialoguista que el oficialismo de La Libertad Avanza debía configurar una suerte de armado de gobernabilidad para poder impulsar las reformas tributaria y laboral que le solicita el mercado para incrementar las inversiones privadas en el país.
Este pedido configura uno de los componentes que hacen a la interna del Gabinete por estas semanas. El llamado a ampliar las condiciones de gobernabilidad es uno que el asesor presidencial Santiago Caputo recibió de parte de los asesores informales de Donald Trump, aunque todas las tribus del Gobierno comparten el diagnóstico de que la gestión de Milei debe transicionar a un esquema de mayor diálogo con la oposición.
El presidente Javier Milei será quien decida qué funcionario o sector del Gobierno será el que comande este proceso de acercamiento con gobernadores y legisladores nacionales. Hasta el momento, esa tarea le cabe formalmente al tándem de Guillermo Francos y Lisandro Catalán (por el lado de los jefes provinciales) y Martín Menem (por la cámara baja). Aunque como un asesor informal, Caputo suele mantener un diálogo fluido con diversos sectores de la oposición.
Por ese motivo, Milei estaría pensando en un cargo con firma y responsabilidades para él una vez finalizados los comicios nacionales. “Va a hacer lo que diga el Presidente”, marcan en su entorno.

El consultor y estratega presidencial se encuentra diagramando la estrategia más conveniente en el caso de que le sea encargada la confección de esa coalición. Piensa que lo primero que debe negociarse y resolverse es una incorporación formal del PRO al interbloque oficialista de la Cámara de Diputados. Al día de hoy, ese cuerpo lo integra La Libertad Avanza (con 37 bancas), el bloque Liga del Interior-ELI (6) y el monobloque CREO (1).
La sumatoria de nuevas bancas que llegarían con la renovación legislativa está por verse, la anexión de los alfiles amarillos traería un número tal de diputados que permitiría sostener cualquier insistencia de los vetos presidenciales, lo cual resulta una condición fundamental para que el Ejecutivo asegure cierta base de gobernabilidad y de estabilidad respecto a los números fiscales.
Caputo ha forjado una alianza estratégica con el jefe de bloque del PRO, Cristian Ritondo. En el espacio amarillo, sin embargo, todavía no dan certezas de que ese interbloque esté en condiciones de materializarse. “También tiene que ver con qué intereses el PRO tiene que seguir sumando porque sí. Todo esto está atado a lo que hable Mauricio [Macri] con [Javier] Milei”, marca un importante dirigente del PRO al tanto de esas negociaciones. Esperan ver muestras de colaboración con lugares en el Gabinete.
Quienes forman parte del partido amarillo indican que hay ciertos condicionamientos libertarios que no pueden volver a permitirse. Uno de ellos es la imposición de la marca de La Libertad Avanza por sobre cualquier otra identidad partidaria aliada. Es algo que sucedió con la confección de listas en todas las provincias. A pesar de aliarse con otros espacios en diferentes distritos, la alianza siempre logró llamarse La Libertad Avanza. Muchos piensan que aquello ya caducó: reconocen que el sello violeta sigue fuerte, pero que se devaluó con los escándalos de los últimos meses y no sirve para interpelar a otros sectores más allá del núcleo chico libertario. “Si respetan el amarillo, todo bien. Si no lo hacen, que se hagan cargo de las consecuencias”, afirmó, rotundamente, un importante dirigente macrista.

El expresidente realizó un extenso posteo en sus redes el jueves en la que habló de que la segunda etapa de la gestión de Milei tendrá como requisito fundamental la construcción de una nueva mayoría. “Inevitablemente, no estará formada solo por miembros de una misma fuerza, sino también por otros legisladores de todo el país que aportarán su visión”, detalló. La publicación gustó en todos los sectores de la Casa Rosada. Actualmente, el diálogo mayoritario con el líder PRO lo tiene Milei y el jefe de Gabinete, Guillermo Francos. Incluso, las reuniones entre ellos dos solos habrían sido más de las que se conocen públicamente.
¿Existe la posibilidad de ampliar a esa “coalición para el futuro” a otros sectores aliados? El asesor presidencial convocó a una reunión con Bennett a Ritondo y a los jefes de bloque Rodrigo de Loredo (UCR) y Miguel Pichetto (Encuentro Federal). El asunto es que el primero dejará de tener su banca desde diciembre y que el segundo tiene un crisol de legisladores que distan de estar homogéneamente alineados a la Casa Rosada.
“Hay mucha agresión y muchas diferencias entre ellos mismos. Te diría que ni el PRO está preparado para meterse”, confiesa un influyente diputado de un bloque aliado al Gobierno que no está convencido de pasar a integrar un eventual interbloque con La Libertad Avanza.
El actual presidente de la Cámara de Diputados, Martín Menem, considera que existen cuestiones de dinámica parlamentaria que no necesariamente piden que haya un interbloque formalizado. “No se hizo antes porque podía generar algún tipo de disparador para que se vayan del PRO porque Ritondo no maneja el bloque entero, ni a los bullrichistas ni a las Lospenatto de la vida. En pos de que mantenga la unidad del bloque PRO, Martín nunca insistió para hacerle un favor a Cristian. Se podría haber llevado a los bullrichistas. Pero era mostrar debilidad interna de él en el bloque porque se iba a quedar solo con pocos legisladores”, marcan en el bloque.
La salida por elevación que piensan desde el Salón Parravicini es incrementar el diálogo con los gobernadores. ¿Esto podría traer aparejado un mayor reclamo de fondos o programas que beneficien a las provincias, pudiendo perjudicar el margen fiscal del Gobierno? En ese sector apuntan que la interlocución podría mejorarse “y no precisamente por más presupuesto”.

En un panel realizado este viernes en el 61° Coloquio de IDEA, los gobernadores que han hecho alianza electoral con la Casa Rosada, Rogelio Frigerio (Entre Ríos), Alfredo Cornejo (Mendoza) y Leandro Zdero (Chaco), se coincidió en la necesidad de ampliar la base política de cara a la segunda parte del mandato de Milei.
“Con nosotros solos no alcanza. Tenemos que sumar. El óptimo de las reformas estructurales que requiere la economía para crecer están en el Pacto de Mayo, que firmamos 18 gobernadores. Lo óptimo es que volvamos al estatus político con el que se aprobó la ley Bases”, planteó Cornejo. Los gobernadores coinciden en la necesidad de que la Casa Rosada amplíe las alianzas políticas y resaltaron que “hay 12 o 15 gobernadores que están disponibles para reformas estructurales”. Además, plantearon que hay “plafón político” para llevar adelante los cambios, pero reconocieron que el Gobierno debe “hacer algunos cambios para ampliar su apoyo”.