Lunes, 1 de diciembre de 2025   |   Justicia

Cómo la vocal Medina de Rizzo se adjudicó todos los bienes de su exsecretario Bretto

Cómo la vocal Medina de Rizzo se adjudicó todos los bienes de su exsecretario Bretto

El escribano César Bretto, quien fuera secretario judicial de la vocal del Superior Tribunal de Justicia (STJ) Susana Medina de Rizzo, murió el 11 de octubre de 2019, a poco de cumplir 79 años. Por orden estricta de la magistrada, Bretto pasó sus últimos días aislado de los familiares políticos y sobrinos de su compañera de toda la vida —algunos de los cuales lo habían asistido durante años— mientras permanecía internado en el Sanatorio Adventista del Plata, en Villa Libertador San Martín. Sufría un tumor no extirpable en la cabeza y, al momento de su fallecimiento, ya había perdido el contacto con la realidad cotidiana.

Meses antes de morir, Bretto otorgó testamento por escritura pública ante la escribana Eleonora Nanni, dejando “la totalidad de sus bienes” a quien fuera su jefa directa, la jueza Susana Ester Medina de Rizzo, designada como su única y universal heredera.

Menos de un mes después del deceso, y concluido el período de “luto y llanto”, a principios de noviembre de 2019 Medina de Rizzo inició el juicio sucesorio de Bretto y fue registrando los bienes que integraban su patrimonio: el departamento familiar, ubicado en el primer piso “D” del edificio de calle José María Torres 784 —a unos 50 metros de las barrancas del Parque Urquiza—, valuado en alrededor de 260.000 dólares según varias inmobiliarias de Paraná; un automóvil Renault Kwid adquirido en la agencia Macua en enero de 2019 por unos 12.000 dólares; y una embarcación inscripta en el Registro de Embarcaciones y Yates bajo el N.º 06464, llamada Piripipi, cuyo valor se estimaba entre 15.000 y 25.000 dólares. No obstante, allegados a los Rizzo indicaron a este medio que la operación de venta del inmueble se concretó por unos 100.000 dólares “en blanco” a una pareja oriunda de Crespo, pese a que otros departamentos en el mismo edificio se ofrecen a mayor precio.

La embarcación que pertenecía a Bretto.

El departamento del Parque Urquiza —donde, entre otros, reside el exgobernador Mario Moine— es el único del edificio que cuenta con patio. Tiene tres dormitorios, cochera y varias comodidades.

El departamento de Bretto, en el 1º D del edificio Río Paraná.

A esos bienes se sumaron 5.000 dólares que Bretto guardaba en uno de sus placares, además de costosas colecciones: numerosos relojes de pulsera extranjeros y maquetas de aviones a escala para escritorio, cuyo valor individual se situaba entre 60.000 y 300.000 pesos.

El escribano también poseía una importante colección de libros clásicos, que en 2023 fue donada por Medina a la biblioteca de la Escuela de Policía Salvador Maciá. La jueza exigió, además, que el espacio lleve el nombre de Bretto, aunque su excolaborador solo fue oficial de esa institución durante cuatro años y tuvo una breve actuación como docente.

La biblioteca de la Escuela de Policía se inauguró en 2023.

“El escribano Bretto era como mi hermano”, declaró Susana Medina de Rizzo al testificar en 2004 ante la Comisión de Acuerdos del Senado entrerriano, en la entrevista previa a su jura como vocal del STJ. Bretto, con estrechos vínculos con los servicios de inteligencia de la Fuerza Aérea Argentina, era también amigo del médico militar Ricardo Rizzo, esposo de la magistrada.

Fue la propia vocal del STJ quien ordenó en la clínica de Villa Libertador San Martín que nadie ajeno al sanatorio pudiera ver a Bretto; así, el escribano pasó sus últimos meses prácticamente solo y sujeto a la cama debido al deterioro mental provocado por el tumor. Había sido internado a principios de agosto de 2019 y falleció el 11 de octubre. Además, había quedado afectado por la muerte de su asistente Mabel Perlo —quien lo acompañó durante 30 años— ocurrida nueve meses antes de su propio fallecimiento, por un grave problema de salud que derivó en un infarto. Días antes del deceso de Perlo, ella y Bretto habían alquilado juntos el departamento al que solían ir a Punta del Este. Incluso, según algunos familiares de Medina, la escribana María Elena Batut habría hecho firmar un certificado de convivencia entre Perlo y Bretto.

Al día siguiente del entierro de la mujer del departamento, Medina de Rizzo ordenó el cambio urgente de la cerradura del inmueble de Bretto. Ningún allegado a la persona que lo cuidaba pudo acceder jamás al departamento. Tampoco pudieron ingresar a la habitación de Bretto cuando estuvo internado, por disposición estricta de la magistrada.

Medina hizo cambiar la cerradura a horas de la muerte de Bretto.

Para el velatorio y el sepelio, Medina de Rizzo encargó el ataúd más caro de la empresa Sasfer y controló cada detalle del servicio en el cementerio municipal de Paraná. Quienes no eran conocidos de la justicia provincial o del círculo político o social no pudieron acercarse al féretro sin la autorización de ella o de su marido. Incluso allegados a Mabel Perlo que habían colaborado durante años con Bretto no pudieron estar junto al costoso ataúd, pese a que el matrimonio Rizzo conocía esa relación.

En el entierro estuvo presente la cúpula policial y la Banda Militar de la Segunda Brigada Aérea de Paraná interpretó la Marcha fúnebre, convocada por Medina de Rizzo, en función de las vinculaciones de Bretto con la Fuerza Aérea y las de ella misma. Fue, en definitiva, una despedida con carácter militar, que habitualmente se reserva a altos jefes castrenses. Según la nota, Medina de Rizzo siempre actuó de esta manera, aun cuando durante los últimos 30 años intentó mostrarse como una jueza “democrática y progresista”, a pesar de un pasado más vinculado con la dictadura y la ultraderecha. Pocos días después de la sepultura, la propia Rizzo encabezó el operativo para retirar todas las pertenencias del departamento; hay quienes afirman que se empleó personal de Mantenimiento del Poder Judicial u otro ámbito oficial, ya que estaban uniformados de manera similar, como empleados de servicios generales.

Medina de Rizzo logró acceder a la totalidad de los bienes de Bretto por una resolución de la titular del Juzgado Civil y Comercial Nº 4 de Paraná, Elena Albornoz. Tras recibirlos, comenzó a venderlos, y de un día para otro se hizo de varios cientos de miles de dólares.

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