
Elevadores Neumáticos SA (ENSA), radicada en Paraná, Entre Ríos, convirtió una apuesta de taller en el interior del país en un caso de negocios con escala global. Creadora de un ascensor neumático cilíndrico, autoportante, que se instala en uno o dos días y casi no requiere obra pesada, acaba de ganar el Premio PYME Exportadora, de Clarín y Banco Galicia.
La distinción llega después de tres años consecutivos de crecimiento sostenido en exportaciones y de la consolidación de una arquitectura logística que le permite operar con hubs regionales y redes de distribución propias. En la compañía resumen el presente con una foto bien precisa: “En ENSA exportamos actualmente a Estados Unidos —desde donde se distribuye a toda América del Norte y Central—, a España —centro de distribución para toda Europa— y también a Nueva Zelanda, Uruguay, Paraguay, Chile, Bolivia, Perú, Colombia, Ecuador y Venezuela. Nuestros tres principales destinos son Estados Unidos, España y Nueva Zelanda”, señaló Maitane Ascúa, directora comercial para Latinoamérica e hija de los fundadores de Elevadores Neumáticos.
Los números terminan de explicar por qué ENSA se quedó con el Premio PYME Exportadora. “En 2023 exportamos 58 contenedores; en 2024, pese a una leve retracción, alcanzamos 47. Sin embargo, hasta septiembre de 2025 ya hemos concretado 64 contenedores, superando ampliamente los volúmenes anteriores y confirmando la solidez, previsibilidad y crecimiento sostenido de nuestro plan logístico internacional”, detalló.
Del taller entrerriano al mapa global
La historia arranca a principios de los 90, cuando un pequeño grupo de personas en Paraná empezó a trabajar sobre una idea que no encajaba en ningún manual de la industria de elevación: un ascensor cilíndrico, autoportante, capaz de instalarse en un día, sin fosa ni sala de máquinas, pensado para hogares donde antes era impensable incorporar movilidad vertical. “La idea de crear un ascensor revolucionario que se pudiera instalar en un solo día, sin necesidad de fosa ni sala de máquinas, estaba destinada a mejorar la accesibilidad en hogares donde antes era impensable instalar un ascensor”, recordó.
El corazón del proyecto es un principio físico simple pero disruptivo para el sector: aprovechar el vacío para levantar peso. “A partir de esa idea, el equipo dedicó siete años a traducir el concepto en un producto industrial, buscando materiales, ensayando soluciones de diseño y logrando una cabina segura y funcional”, contó la ejecutiva. La empresa se constituyó formalmente en 1994 y hoy emplea a 120 personas en forma directa.
El primer choque fuerte no vino del mercado, sino de la regulación. Cuando ENSA intentó homologar su ascensor en la Argentina, la respuesta fue un “no” rotundo. “Argentina nos rechazó inicialmente. Nos dijeron que no podíamos homologar el producto porque no cumplía con los requisitos tradicionales del protocolo de ascensores, que exigía fosa y sala de máquinas”, explicó Ascúa. Esa respuesta funcionó como un punto de quiebre. “Eso nos obligó a mirar hacia el mercado internacional”, admitió.
El giro se consolidó en 2003, cuando la empresa llevó su ascensor a una feria en Las Vegas. Allí, el equipo jugó fuerte: instaló el elevador en el predio y dejó que el público lo probara. “Fue la primera vez que un ascensor fue instalado en una feria mundial y que el público lo pudo probar. El éxito fue inmediato”, recordó la directora comercial. Ese mismo año, ENSA obtuvo certificaciones de dos organismos internacionales de peso, que le abrieron las puertas de Estados Unidos y Canadá. “En 2003 conseguimos la certificación de dos organismos internacionales muy prestigiosos, lo que nos permitió comenzar a comercializar el producto en Estados Unidos y Canadá. Con esas certificaciones y premios en seguridad, las ventas comenzaron a dispararse”, resumió.
Desde entonces, la compañía profundizó un modelo decididamente exportador. En 2024 facturó US$ 12.455.000 y en el primer semestre de 2025 alcanzó los US$ 7.780.000, con una proyección de crecimiento cercana al 8% en dólares para el año en curso. Entre el 87% y el 93% de esos ingresos provienen de exportaciones, lo que configura una pyme fuertemente dolarizada en un país donde esa meta suele quedar en el terreno de las promesas.
La estrategia externa se apoya en una combinación de mayoristas, minoristas y venta directa para no depender de un único formato. “Nuestros canales comerciales internacionales se estructuran sobre alianzas estratégicas —exclusivas (mayoristas), no exclusivas (minoristas) y venta directa— que nos permiten llegar de manera eficiente a diferentes mercados”, explicó. Dentro de esa arquitectura se destacan dos aliados clave: “Contamos con dos aliados exclusivos de gran relevancia: uno en Miami (Estados Unidos) y otro en Madrid (España), a través de los cuales se ha desarrollado una red de distribución y comercialización directa que abarca Norteamérica y Europa”.
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Premios PYME 2025 Exportadora
Y agregó: “Paralelamente, desde nuestra Casa Central en Argentina gestionamos una red propia de distribuidores —tanto exclusivos como no exclusivos— que nos brinda cobertura integral en Latinoamérica. A su vez, disponemos de bases propias en Paraguay y Colombia, que funcionan como centros de acopio, distribución y venta directa gestionada internamente por nuestros equipos locales”.
Capacidad productiva, sustentabilidad y clientes de alto perfil
El producto que sostiene toda esa expansión es un elevador cilíndrico fabricado principalmente con aluminio, hierro y policarbonato, diseñado para hogares y locales comerciales. No requiere fosa ni sala de máquinas porque se instala directamente sobre el suelo existente, con obra civil mínima y tiempos de instalación de uno a dos días. No utiliza cables ni poleas, funciona con una conexión monofásica de 220V y demanda un mantenimiento acotado. Desde 2016, el equipo de trabajo creció 210% y la capacidad operativa, 252%. La planta fabrica hoy unos 160 cilindros y 80 ascensores por mes, contra un ritmo inicial que apenas alcanzaba para producir un equipo cada treinta días.
Ese combo de diseño, agilidad de obra y eficiencia energética le abrió las puertas de un segmento particular del mercado global: viviendas de alto poder adquisitivo, proyectos de accesibilidad para personas mayores o con movilidad reducida y edificios históricos que no pueden ser intervenidos con reformas pesadas. Ahí aparece otro activo, más intangible, pero igual de relevante: el tipo de cliente. “Instalamos un ascensor en la casa de Cristiano Ronaldo, aunque no lo supimos hasta mucho después. De hecho, tenemos videos de él entrenando con nuestro ascensor de fondo”, contó Ascúa. “Esta misma situación se replicó en Estados Unidos con Justin Bieber, que también lo tiene, y hay varias personalidades reconocidas y, sobre todo, edificios históricos que nos han elegido, principalmente en Europa”. La clave, subrayó, es que “nuestro ascensor se instala directamente sobre el piso, ni siquiera se amura, y no necesita ninguna adecuación estructural. Los edificios históricos nos eligen porque nosotros no rompemos nada”.
El posicionamiento también se apoya en una agenda de sustentabilidad y accesibilidad. El equipo prescinde de aceites hidráulicos, reduce la huella de obra civil y se fabrica con materiales reciclables como aluminio y policarbonato. Desde la dimensión social, la empresa plantea su negocio como una herramienta para democratizar la movilidad vertical en viviendas ya construidas, donde viven adultos mayores o personas con discapacidad que necesitan adaptar la casa sin encarar reformas estructurales.
“Estamos trabajando para poder vender nuestro ascensor en el mercado local, pero enfrentamos algunas limitaciones”, reconoció Ascúa. “Nuestra aplicación es principalmente doméstica. Los ascensores se instalan en las casas. En una vivienda particular no se está obligado a habilitar, pero eso nos limita porque no podemos instalar en lugares comerciales ni en espacios públicos, y obviamente la expansión comercial se nos pone un poco más dura”.
Esa brecha entre la validación internacional y los obstáculos internos también se cuela en la relación con los posibles clientes argentinos. “También están las personas que todavía no nos conocen, entonces nos preguntan si estamos habilitados. Y tengo que contarles que en el mundo sí, pero acá no”, sintetizó la ejecutiva.
En ese contexto, el Premio PYME Exportadora funciona como un hito y también como señal interna. Reconoce a una pyme industrial del interior que convirtió el vacío en base de su modelo de negocios, desarrolló primero su mercado externo antes que el local, alcanzó una facturación en millones de dólares con más del 90% de sus ingresos dólares y hoy se enfrenta al desafío de adaptar la regulación argentina a una tecnología que ya demostró su validez en el resto del mundo.
El nuevo tablero PYME
La octava edición de los Premios PYME 2025, organizados por Clarín y Banco Galicia, trazó un nuevo mapa del entramado empresario que hoy tracciona en la Argentina. En la cima quedó Salmon Trout, firma patagónica dedicada al cultivo sustentable de trucha arcoíris, que obtuvo el Premio PYME Industrial y, entre todas las ganadoras, el máximo galardón PYME Oro. La distinción a la Expansión Comercial fue para Chocorísimo, el premio a la PYME de Innovación Digital recayó en Global Share y el Premio a la Trayectoria fue para Café Martínez. Por primera vez se otorgaron, además, menciones especiales: Sides, en la categoría Industrial, y Passapp, en Innovación Digital.
El proceso de selección combinó el análisis técnico de un equipo académico de la Universidad de San Andrés, que revisó los números y planes de negocio de casi 300 compañías inscriptas y definió las ternas, con la evaluación presencial del Jurado de Honor, que escuchó a las empresas finalistas y resolvió los ganadores.
El premio incluye algo más que el reconocimiento público. Las empresas distinguidas acceden a espacios de comunicación en Clarín, servicios de consultoría de SMS – San Martín, Suárez y Asociados, talleres del Club Argentino de Negocios de Familia y programas de Educación Ejecutiva de la Universidad de San Andrés, un paquete pensado para acompañar la siguiente etapa de crecimiento de pymes como ENSA, que ya demostraron que pueden jugar en la liga global.




