
El cirujano Hassan-James Abbas afronta cargos penales y la suspensión de su licencia médica tras la denuncia presentada por su novia en Estados Unidos. La mujer, que estaba embarazada, aseguró que el profesional le introdujo a la fuerza en la boca pastillas abortivas trituradas mientras ella dormía. El episodio ocurrió en diciembre de 2024 y, tras las investigaciones, le fue anulada la licencia.
La junta médica del estado de Ohio determinó, ante la conmoción en el ámbito médico y local, que la conducta del doctor representaba “un peligro inmediato y grave para el público”, según consignaron los medios locales WTOL 11, WTVG y The Toledo Blade. La acusación formal ante el jurado del Condado de Lucas se presentó en el último mes de 2024 y, un año después, se confirmó la suspensión de su ejercicio profesional.
Según la investigación oficial, Abbas, de 32 años, mantenía una relación de dos meses con la víctima tras haberse separado de su esposa en octubre de 2024. La acusación sostiene que el cirujano adquirió los medicamentos mifepristona y misoprostol el 8 de diciembre de 2024, utilizando sin su consentimiento la identidad de su exesposa, a través de un proveedor telemédico fuera del estado. Los fármacos llegaron a su domicilio el 11 de diciembre, con instrucciones para su uso en embarazos de menos de 13 semanas.
La noche del 18 de diciembre, la víctima se despertó y encontró al profesional sujetándola mientras le introducía el polvo triturado en la boca. Según la Junta Médica de Ohio, el médico siguió sujetando a la mujer, que logró escapar y correr hasta la cocina para llamar al 911. Abbas colgó la llamada de emergencia y retuvo a la víctima durante media hora para exponerle su versión antes de que ella pudiera acudir a la sala de emergencias, donde denunció la agresión. Posteriormente, la mujer perdió el embarazo y el diagnóstico médico fue de “sangrado vaginal”, según los registros hospitalarios.
El Gran Jurado del Condado de Lucas imputó al médico seis delitos graves: secuestro, manipulación de pruebas, distribución ilegal de un fármaco abortivo, alteración de servicios públicos, fraude de identidad y engaño para obtener un fármaco peligroso. Además, la Junta Médica de Ohio afirmó que existía “evidencia clara y convincente” de que su práctica suponía un riesgo para la sociedad, lo que motivó la suspensión de su licencia. El cirujano podría enfrentar una multa civil de hasta USD 20.000, además de otras sanciones disciplinarias.
La víctima relató a WTOL 11 que, al despertar, su exnovio la sujetaba y la forzaba a ingerir el polvo: “Se subió encima de mí y metió sus dedos en mi boca. Me quedé allí tumbada, dándole vueltas a si me iba a matar. Mi mayor pensamiento era que me iba a matar”. Según el expediente de la Junta Médica de Ohio, el doctor presionó a su pareja para que abortara tras enterarse del embarazo, pero ella manifestó su deseo de continuar con la gestación.
En el curso de la investigación, Abbas admitió haber buscado información sobre los medicamentos en línea, haberlos triturado para facilitar su disolución y no haber seguido las instrucciones de administración. También reconoció haber utilizado los datos de su exesposa para obtener los fármacos y haber arrojado el resto de las pastillas por la ventana camino al trabajo. No obstante, el cirujano sostuvo que su novia había aceptado tomar los medicamentos, una versión que la víctima niega rotundamente.
La abogada de la víctima, Kelle Saull, dijo a WTOL 11 estar satisfecha por el inicio del proceso penal y dejó abierta la posibilidad de que se presenten nuevas acusaciones conforme avance el caso. La audiencia ante la Junta Médica está programada para el 14 y 15 de mayo de 2026, mientras que la comparecencia judicial de Abbas está prevista para el 19 de diciembre.
Hassan-James Abbas era residente de cirugía en la Universidad de Toledo al momento de los hechos. Tras separarse de su esposa en octubre de 2024, inició la relación con la víctima, quien también fue su paciente cuando él le recetó medicamentos para las náuseas del embarazo. La Junta Médica de Ohio concluyó que el médico violó varias disposiciones del Código Revisado estatal, incluyendo la prescripción y administración de medicamentos para fines no legales ni legítimos, así como la utilización fraudulenta de la identidad de su exesposa para obtener fármacos abortivos.
El caso desató un intenso debate en Ohio sobre la ética médica, la autonomía de las pacientes y la violencia de género, al implicar a un profesional de la salud en delitos graves y en el uso indebido de medicamentos. La abogada de la víctima señaló que el inicio del proceso judicial representa un avance, aunque el desarrollo del caso podría dar lugar a nuevas acciones legales.




