
Retenciones, Javier Milei, Cristina Kirchner y el futuro del agro argentino son algunos de los temas que aborda Gustavo Grobocopatel en *Desde el Campo*, el libro que escribió junto a la periodista Luciana Vázquez. Publicado recientemente, el texto recorre más de cuatro décadas de historia personal y colectiva, desde el regreso de la democracia hasta la actualidad, y dedica su capítulo final a los últimos años con una mirada crítica y reflexiva sobre la situación del país.
En ese último tramo del libro, el capítulo 6, titulado “El agro argentino y los desafíos que vienen”, se caracteriza por un tono político y económico. Allí, tal como había informado LA NACION, Grobocopatel no solo menciona la crisis de Los Grobo Agropecuaria —empresa en concurso de acreedores desde febrero—, sino que también ofrece una serie de definiciones clave sobre el presente y el futuro del país.
1. “Si el agro fuera tan influyente no habría retenciones”
“Si mañana el Gobierno eliminara las retenciones, solamente las retenciones, sin considerar el sector agro de manera sistémica, el impacto que tendría no sería tan grande”. Sugiere que la solución no radica únicamente en reducir impuestos, sino en generar un círculo virtuoso que estimule la inversión, la industrialización y el desarrollo territorial. “La eliminación de retenciones debe acompañarse de incentivos para que los productores y exportadores reinviertan ese dinero […]”.
Cuestiona el argumento de que el agro es un sector privilegiado: “Si el agro fuera tan influyente no habría retenciones”. Por el contrario, sostiene que “es mucho más interesante si se analiza a nivel micro: cuánto pierden los municipios de las zonas productivas por las retenciones”. Desde su perspectiva, el castigo fiscal al agro limita la competitividad de uno de los pocos sectores que aún generan divisas, empleo y tecnología. “En Argentina, debido a las retenciones y a las restricciones a las exportaciones, los precios están muy por debajo del mercado internacional”. Y concluye: “De esa manera, no se construye un país. Y el resultado es el que indico: se termina restringiendo ese enorme potencial del agro”.
Gustavo Grobocopatel durante un Congreso de Aapresidmarcelo-manera-7533
2. “Fue Cristina Fernández la que le puso número al potencial realista del campo, lo que es paradójico”
A pesar de su crítica al kirchnerismo en varios aspectos, Grobocopatel reconoce que fue Cristina Fernández de Kirchner quien, durante su primera presidencia, “le puso número al potencial realista del campo, lo que es paradójico”. Destaca que, durante ese período, y bajo el liderazgo del entonces ministro de Agricultura Julián Domínguez, se elaboró el Plan Estratégico Agroalimentario 2020 (PEA), un documento que estimaba que si se cumplían sus premisas, “Argentina podría crecer por encima del crecimiento habitual: un 3,5% más por año de aumento en el PBI”. Según Grobocopatel, “el número es impresionante” y representa un aporte sin precedentes por parte de un presidente. Además, destaca una idea que también surgió en esa etapa: “Lo que Cristina Kirchner denominaba ‘la industrialización de la ruralidad’ generaría mucho más empleo en el interior y evitaría las migraciones desde el interior hacia los conurbanos”. No obstante, lamenta que esas propuestas no se hayan concretado: “Nadie entiende por qué no se pusieron en marcha: al llegar 2020, estábamos peor que en 2012, el año en que se redactó el PEA 2020”.
3. “En su primer año de gestión, el gobierno de Javier Milei consolidó el apoyo de la opinión pública”
Grobocopatel examina con detenimiento el primer año de gobierno de Javier Milei. Destaca que “consolidó el apoyo de la opinión pública a partir de logros clave en la ordenación de la macroeconomía: un superávit primario y financiero, por un lado, y una baja sostenida de la inflación, por el otro. Un tercer factor es un dólar bajo control”, aunque reconoce que “en ese punto es donde hay más debate”. Señala que algunos economistas advierten sobre “el impacto que puede tener en la matriz productiva”, y sostiene que “el Gobierno ha venido tomando medidas que van corrigiendo esas restricciones”. A pesar del ajuste inicial, Grobocopatel mantiene una expectativa positiva sobre el rumbo: “Tengo la esperanza de que una decisión como la de aumentar las retenciones haya sido solo un punto en una serie, de una transición hacia un sistema donde finalmente se logre una desregulación más profunda y una reducción de los impuestos distorsivos, como es el caso de las retenciones”. Advierte que ese esfuerzo solo será sostenible “mientras se vislumbre la luz al final del camino”.
Más allá de sus reparos respecto a las formas y ciertas ideas del Presidente, afirma: “La llegada de Milei es como si se iniciara un nuevo tiempo en la Patria. Ese cambio no es solo macroeconómico; también es cultural”.
También reflexiona sobre el concepto de libertad que prevalece en el discurso del Gobierno: “No me gusta el concepto de libertad aplicado exclusivamente a la economía (…) En política, el concepto guía debería ser la esperanza: el foco de la política no es tanto una sociedad de la libertad, sino una sociedad de la esperanza”. En este sentido, propone: “Conectar sectores en un proyecto de desarrollo que incluya y genere esperanza son dos de los grandes retos de la política”.
4. “Producir en la Argentina es rentable. No lograron matarnos”
A pesar de décadas de políticas erradas, restricciones y esfuerzos no reconocidos, sostiene que “producir en Argentina es rentable. No lograron matarnos”. Sin embargo, el verdadero desafío no es solo sobrevivir, sino liberar el potencial aún contenido. En palabras de Grobocopatel, “hay una oportunidad: estamos ante la posibilidad real de un cambio estructural que puede llevarnos a una situación mucho mejor”. Ese camino requiere una visión sistémica: “Argentina tiene oportunidades en este contexto. El mundo necesita lo que podemos hacer de manera más competitiva, y no me refiero solo al agro”. Para ello, advierte que “falta conectar esos 415 sectores con una mirada y un pensamiento sistémico que comprendan que cada una de esas piezas es parte de un todo, de un ecosistema complejo, competitivo e integrado al mundo”.
Grobocopatel: “Estamos frente a la posibilidad real de un cambio estructural que puede llevarnos a una situación mucho mejor”Mariana Roveda – LA NACION
Desde su perspectiva, “el sector agro también debe hacer ese esfuerzo” en esta transición que impulse un desarrollo inclusivo. Pero el enfoque no es solo económico: “El centro del problema es la esperanza: la certeza de que vamos hacia algo mejor, más allá de que la libertad no se alcance en estado puro”.
5. “Todavía no liberamos esa fuerza creativa”
Grobocopatel sostiene que aún falta para que el agro argentino despliegue todo su potencial. Señala que para que el agro argentino crezca de forma estructural no basta con eliminar las malas políticas del pasado. Hace falta algo más profundo. Remarca: “Lo que falta es la esperanza, esa ilusión de que eso nos puede llevar hacia adelante, al futuro, aun con un gran esfuerzo e incertidumbre”. Indica que el desafío de la política no es solo corregir desequilibrios macroeconómicos, sino construir un proyecto de desarrollo sostenido e inclusivo. Añade: “Contamos con los recursos, la calidad de los talentos, la demanda internacional, pero todavía no hemos liberado esa fuerza creativa, de trabajo, de producción”. Por ello, propone políticas que faciliten la inversión, la industrialización en el interior y la generación de valor agregado. Advierte: “El problema argentino no es una falta de recursos, es un problema de gestión de los recursos”.