Viernes, 12 de septiembre de 2025   |   Internacionales

Cifra de muertos en Nepal tras disturbios que llevaron a la caída del gobierno asciende a 51 según informes oficiales

La violencia dejó además más de 12.000 reclusos prófugos y llevó a las fuerzas armadas a asumir el control de las calles
Cifra de muertos en Nepal tras disturbios que llevaron a la caída del gobierno asciende a 51 según informes oficiales

Nepal ha experimentado un caos absoluto en los últimos cinco días: un toque de queda, la renuncia del ahora ex primer ministro Khadga Prasad Sharma Oli y al menos 51 muertes durante las violentas protestas que han sacudido al país.

Según confirmó el portavoz policial Binod Ghimire, más de 12.500 prisioneros siguen libres tras escapar de varias cárceles durante los disturbios. Las protestas comenzaron el lunes en Katmandú y otras ciudades, en rechazo al bloqueo de las redes sociales y a la corrupción gubernamental.

El primer ministro KP Sharma Oli presentó su renuncia el martes, durante una jornada de intensa violencia en la que los manifestantes incendiaron la sede del Parlamento, edificios gubernamentales, un centro comercial y un hotel Hilton.

“He renunciado al cargo de primer ministro con efecto desde hoy… para dar pasos hacia una solución política y la resolución de los problemas”, afirmó Oli en una carta enviada a la Presidencia.

“A pesar de la restauración de plataformas como Facebook, X o YouTube, la promesa de investigar la violencia policial y la renuncia del primer ministro, algunos grupos de jóvenes manifestantes bajo el lema de ‘Generación Z’ saquearon el martes edificios públicos y residencias de dirigentes”, indicaron fuentes policiales en la capital.

Además de irrumpir e incendiar el Parlamento, los manifestantes prendieron fuego a la residencia del hasta entonces jefe de Gobierno y de otros destacados líderes políticos. El jueves, las autoridades de Nepal informaron que más de 200 de los 12.500 prisioneros fugados durante la semana habían sido recapturados, en el marco de un operativo desplegado tras los incidentes y la renuncia del primer ministro.

Entre las viviendas incendiadas durante las protestas en Nepal se encuentran las residencias de Sher Bahadur Deuba, líder del Congreso Nepalí, el principal partido del país; del presidente Ram Chandra Poudel; del ministro del Interior, Ramesh Lekhak; y del líder del Partido Comunista de Nepal Maoísta, Pushpa Kamal Dahal. Además, manifestantes incendiaron una escuela privada propiedad de Arzu Deuba Rana, esposa de Deuba y actual ministra de Relaciones Exteriores.

El jueves 4 de septiembre, el Gobierno del primer ministro Sharma Oli impuso un bloqueo a 26 redes sociales, incluyendo Facebook y YouTube. Esta medida coincidió con la expansión de una campaña viral en TikTok, conocida como “Nepo Kid”, que denunciaba casos de corrupción entre miembros de la élite política del país.

La prohibición del uso de estas plataformas fue interpretada como un acto de censura directa por diversos sectores sociales y desencadenó las primeras manifestaciones el lunes 8 de septiembre, día en el que fallecieron 19 personas. Ante esta situación, el Gobierno nepalí ordenó un toque de queda que fue brutalmente rechazado por los residentes de Katmandú, quienes salieron a manifestarse, lo que finalmente llevó a la dimisión del premier.

Las negociaciones para resolver la crisis en Nepal se llevan a cabo por segundo día consecutivo entre la cúpula del Ejército, representantes de colectivos juveniles y el presidente Ram Chandra Poudel, en un nuevo esfuerzo por acordar una hoja de ruta y designar un primer ministro interino.

Mientras tanto, operarios retiran los restos calcinados de vehículos en las instalaciones de la Corte Suprema y las autoridades de Nepal levantaron el toque de queda entre las 11:00 y las 17:00, hora local, medida que permitió el regreso del tráfico en la capital, Katmandú.

Muchas instituciones resultaron completamente irreparables tras los destrozos. El Ministerio de Sanidad, cuya sede histórica había resistido dos terremotos, fue destruido por el fuego, y el personal debió coordinar la respuesta a la crisis desde una pequeña habitación de hospital, mientras el saldo de víctimas asciende a 31 muertos.

(Con información de AFP y EFE)

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