
El reciente aumento de los precios del litio en China se ha visto impulsado más por la percepción de riesgo y la especulación que por una escasez real, según un informe de Benchmark Mineral Intelligence, una consultora global con sede en Londres, al que accedió Infobae.
De acuerdo con fuentes consultadas por Benchmark, las ofertas de carbonato de litio EXW China alcanzaron valores de entre 11.100 y 12.100 dólares la tonelada el pasado 12 de agosto, lo que representa un incremento del 16% respecto al máximo de la semana anterior.
Sin embargo, este cambio se produce en un contexto de altos inventarios de litio en China, con existencias estimadas en 130.000 toneladas de carbonato de litio (LCE) hasta julio, lo que sugiere que el aumento de precios fue más una reacción emocional del mercado que un desajuste entre oferta y demanda.
La noticia que agitó el mercado fue la suspensión de la producción en la mina de litio Jianxiawo, operada por CATL (Contemporary Amperex Technology Limited, el mayor productor mundial de baterías de ion de litio) en la provincia de Jiangxi.
Mina importante
Este yacimiento representa alrededor del 30% de la producción provincial, el 3% del suministro global de LCE y el 5% del concentrado mundial, según el informe de Benchmark. En Estados Unidos, la agencia Bloomberg señaló que las acciones de Albemarle y Piedmont Lithium subieron más del 10% antes de la apertura del mercado el día en que se conoció el cierre, mientras que el productor chileno SQM aumentó alrededor del 9% en el mercado norteamericano. Según Bloomberg, el futuro de la mina de CATL —la más grande de Yichun, el centro litífero chino— había estado bajo rigurosa vigilancia debido a las especulaciones sobre la posible no renovación de su licencia. Según Bank of America, la mina representa aproximadamente el 6% de la producción mundial, y otras minas de la región aportan otro 5%, lo que, según Matty Zhao, investigador del BofA en China, ejercería presión sobre los precios.
Benchmark indica en su informe que la paralización evoca el cierre de septiembre de 2024, que se prolongó durante cinco meses, pero aclara que, en esta ocasión, el impacto sobre la oferta será limitado, ya que los procesadores cuentan con reservas suficientes para mantener la producción a corto plazo.
A pesar de esto, menciona que a la incertidumbre generada por la situación en Jiangxi se sumaron reportes sobre una interrupción en la planta “La Negra”, de Albemarle, el principal productor mundial de litio, en Chile, tras una explosión en un tanque de ácido. Las versiones sobre la gravedad del incidente fueron contradictorias, pero, según fuentes de Benchmark, solo afectó a una de las tres líneas de producción, que estuvo fuera de servicio durante tres días. A pesar de este impacto limitado, la noticia aumentó la preocupación sobre la estabilidad del suministro global de litio.
Factores psicológicos
El análisis de Benchmark destaca que, a pesar de estos eventos, el mercado no se dirige hacia un déficit a corto plazo ni de aquí a 2026, y que la reacción de los precios se debe principalmente a factores psicológicos y especulación, más que a una escasez tangible.
El caso de Jianxiawo es ejemplar: la mina opera en la parte superior de la curva de costos de litio a partir de roca dura. Sin embargo, Benchmark considera que si la reanudación de Jianxiawo se retrasa más de dos o tres meses, podría tensionar la oferta, provocando escasez de materia prima para ciertos procesadores, dado que la mina aporta cerca del 5% del concentrado global y el 29% del insumo para convertidores de lepidolita en Jiangxi.
El mercado global sigue sobreabastecido a corto plazo, pero la incertidumbre sobre la duración del cierre y su efecto estratégico alimentan la especulación de precios y el trading por expectativas.
El riesgo va más allá de la mina de Jianxiawo. Jiangxi, la empresa que la opera, enfrenta auditorías en varias minas, y el segundo mayor productor de Qinghai, Zangge, también ha detenido sus operaciones, una pausa que podría extenderse por varios meses.
Además, el informe de Benchmark señala que, en Sudamérica, las interrupciones en proyectos relevantes, aunque a veces amplificadas por rumores, suelen generar reacciones inmediatas en los precios. Sin embargo, según la misma consultora, la existencia de inventarios significativos en China y la integración vertical de los principales actores permiten amortiguar eventuales déficits. Los titulares sobre restricciones, dice, a menudo se traducen en incrementos de precios impulsados por el sentimiento, incluso cuando oferta y demanda se mantienen equilibradas.
Acorde a la consultora londinense, aunque la posibilidad de cierres temporales en regiones específicas —como las auditorías en Jiangxi o la pausa en Zangge— es plausible, el riesgo de interrupciones largas y simultáneas en varias operaciones sigue siendo bajo, dadas las prioridades estratégicas y el grado de integración del sector.
Impacto en la Argentina
El ciclo actual, sostiene, no se asemeja a la oleada de cierres de 2020, que desencadenó un ciclo alcista que, hacia fines de 2022, elevó los precios del carbonato de litio a cerca de USD 80.000 la tonelada y alimentó el relato del “oro blanco”.
La evolución de los permisos, las señales de precios y las decisiones locales serán determinantes. La política, y no solo los precios, concluye el informe, influirá en las decisiones de oferta futuras, y incidentes técnicos como el de Albemarle en Chile resultan menos predecibles.
En Argentina, la producción de litio proyecta exportaciones por más de USD 11.000 millones al año en la próxima década, pero estas previsiones dependen en gran medida de la política minera de China, el principal actor y manipulador de la cadena global.
En el primer semestre de 2025, el precio internacional del litio experimentó una caída sostenida, impulsada por el exceso de oferta y el inicio de operaciones de nuevas minas, especialmente en Asia.