
China aplicó aranceles provisionales de entre el 21,9% y el 42,7% a una amplia gama de productos lácteos procedentes de la Unión Europea —incluyendo leche, crema y quesos frescos, procesados y azul— tras concluir preliminarmente que los subsidios otorgados en el marco de la Política Agrícola Común habrían provocado “daño sustancial” a su industria, según informó la agencia AP. La medida, que entró en vigor este martes, abre un nuevo frente de tensión comercial entre Beijing y Bruselas y podría tener efectos indirectos sobre otros exportadores, entre ellos la Argentina, por el eventual desplazamiento de volúmenes europeos hacia terceros mercados.
El Ministerio de Comercio chino afirmó que la decisión surge de una investigación iniciada en agosto de 2024 a pedido de organizaciones lácteas locales, en la que se detectaron subvenciones que “perjudicaron” a la producción nacional. Los gravámenes más bajos, del 21,9%, afectarán, por ejemplo, a la italiana Sterilgarda Alimenti, mientras que en el tramo más alto, del 42,7%, figuran filiales de la neerlandesa FrieslandCampina. Para compañías españolas como Campo de San Juan, CAPSA, Innolact, Lácteos Industriales Agrupados o Industrias Lácteas de Mollerusa, el arancel provisional establecido será del 28,6%, según difundieron Europa Press / DPA.
China aplicará los aranceles al queso fresco y cuajada, queso procesado (incluido rallado o en polvo), queso azul y otros quesos texturizados, además de leche y crema con alto contenido graso
Desde Bruselas, la respuesta no se hizo esperar. Según informaron ANSA y Europa Press, la Comisión Europea aseguró que toma nota “con preocupación” y cuestionó el fundamento mismo de la investigación china. “La evaluación de la Comisión Europea es que la investigación se basa en acusaciones cuestionables y pruebas insuficientes y que, por lo tanto, las medidas son injustificadas”, señaló el portavoz comunitario de Comercio, Olof Gill.
Advirtió: “Hacemos todo lo que está en nuestra mano para defender a los agricultores y productores de la Unión, así como a la Política Agraria Común (PAC), del uso injusto que China hace de los instrumentos de defensa comercial”. El Ejecutivo comunitario sostuvo que las medidas provisionales “van en contra” de las reglas de la Organización Mundial del Comercio y recordó que ya presentó el caso ante ese organismo. El proceso de revisión en China prevé que la decisión definitiva podría tomarse a fines de febrero.
Para Beijing, en cambio, se trata de una “respuesta necesaria” en el marco de un conflicto que viene escalando desde que la UE abrió su investigación por subsidios a los vehículos eléctricos chinos y luego impuso aranceles de hasta 45,3% a esas unidades. Desde entonces, China ha abierto frentes sucesivos contra productos europeos: primero el brandy, luego la carne de cerdo —a la que recientemente fijó gravámenes de hasta 19,8%, por debajo del 62,4% preliminar— y ahora el sector lácteo.
Según la investigación preliminar del gobierno chino, esas subvenciones habrían causado “un daño sustancial” a la industria láctea china, lo que justifica la imposición de aranceles. Yan Yan – XinHua
Aunque China sigue siendo el principal importador de lácteos a nivel mundial, hoy no representa un mercado relevante para la Argentina. Según datos del Observatorio de la Cadena Láctea Argentina (OCLA), entre enero y octubre de 2025 apenas explicó el 2,1% de los dólares exportados, frente a destinos determinantes como Brasil (44%), Argelia (17,4%) y Chile (8,1%).
A su vez, cifras de Economía Láctea muestran que, en volumen, China tuvo una participación reducida: en 2025 representó apenas el 5,8% de las cerca de 18.800 toneladas exportadas, frente al 36,8% de Brasil, el 21,8% de Argelia y el 7,8% de Chile. Y si se observa qué se le vende, el vínculo se acota aún más: China compró 18.787 toneladas en 2025, pero el 94,2% correspondió a suero en polvo, con un valor promedio de US$1381 por tonelada, muy por encima de otros productos con volúmenes marginales, como manteca (4,18%), mozzarella, caseína, fórmulas infantiles y lácteos fraccionados.
En paralelo, el OCLA indicó que las importaciones de lácteos de China vienen retrocediendo de forma sostenida desde el pico de 2021: cayeron 16,5% en 2022, 10% en 2023 y cerca del 10% en 2024, con variaciones interanuales mayormente negativas y solo algunos rebotes puntuales en 2025.
Esa dinámica, explicó Jorge Giraudo, coordinador del OCLA, responde tanto a un consumo interno debilitado como a una estrategia oficial de sustitución de importaciones mediante mayor producción local. “Por eso, el impacto para la Argentina no sería directo —porque China es marginal como destino— sino indirecto: lo que la UE no logre colocar allí buscará otros mercados y uno de los que podría verse bajo presión es Brasil, el principal cliente de los lácteos argentinos, justo en medio del ruido político y comercial en torno al acuerdo UE–Mercosur”, detalló.
Desde las organizaciones de productores europeos también salió el rechazo a la medida. La confederación Copa-Cogeca advirtió en X que la decisión de Pekín supone un golpe directo para el campo europeo y describió un escenario crítico para el sector. “Hoy marca otro día oscuro para los agricultores y las cooperativas agrícolas europeas”, señalaron. En ese sentido, cuestionaron que China haya decidido imponer derechos provisionales de entre el 21,9% y el 42,7% a los productos lácteos del bloque, medida que, afirman, surge de “una investigación antisubsidios que huele a represalia política”.
La organización cuestionó, además, el argumento chino de que se trata de una medida para proteger a su industria interna. Señaló que la Unión Europea es el segundo mayor proveedor de lácteos para China y que sus productos “han construido una reputación de excelencia” en ese mercado.
“Nuestro mensaje a la Comisión Europea es claro: estén del lado de nuestros agricultores”, reclamaron, y recordaron además que la medida llegó “apenas días después de la mayor protesta agrícola en 30 años”, con miles de productores exigiendo condiciones de comercio justo.

