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Sábado, 1 de noviembre de 2025

China en la Argentina, de las baratijas a los autos y los robots

Mención a:Hidrovía
China en la Argentina, de las baratijas a los autos y los robots

Mientras el secretario del Tesoro de EE.UU, Scott Bessent en la semana previa a las elecciones firmaba casi un cheque en blanco para sostenernos, una delegación de compradores chinos estuvo en Buenos Aires visitando exportadores. Dejaron como mensaje que, a raíz de la pelea con Trump, Argentina y Brasil son para Beijing proveedores confiables de alimentos.

No fueron solo palabras: triplicaron las compras del poroto de soja que pasó de 4 millones de toneladas a las 12 millones actuales, lo que implica saltar de US$ 1.000 millones a US$ 4.000 millones. Y avanzaron con los acuerdos con el Senasa, el servicio de sanidad, para enviarles maíz y trigo. Hasta salieron dos barcos de harina de soja a Shangai.

En ese ambiente se observa muy activa a Cofco, de China y una de las principales exportadoras y un cambio en Syngenta, también de capitales chinos, que además de abastecer con insumos se lanzó a la exportación. “La relación comercial fluye con normalidad”, sintetiza a Clarín Gustavo Idígoras, presidente de la poderosa Ciara, que cobija a los industriales aceiteros.

Pero hay mucho más desde que China dejó de copiar y se transformó en un país a la vanguardia tecnológica. Es lo que explica, por ejemplo, el desembarco de BYD, la marca de autos chinos que por su nivel de innovación hace furor en el mundo. Al punto que la concesionaria Dietrich, de la familia del ex ministro de Macri, los ofrecerá. Y Corven, de la familia Iraola, se prepara para armar otra marca de autos china. Después de todo, por cada tres vehículos que se fabrican en el planeta, China hace dos. El año pasado produjo 30,3 millones de vehículos, 40% eléctricos.

Con esa paciencia estratégica que la caracteriza, China desliza que al menos en Argentina no cruza las líneas rojas que Washington marca. Estas son la Hidrovía en la que quedó fuera de la compulsa y la nuclear, que nunca avanzó. El observatorio de Neuquén, que de acuerdo a los chinos es nada más que eso y el 5G, serían las únicas piedras en el zapato de EE.UU.

Aunque, no preocupan en la Casa Rosada. Precisamente, con su esquema de liberación del comercio, el ingreso de los productos chinos tomó un envión pocas veces visto. Y Javier Milei pasó de los insultos al comienzo de su gestión a decir que China es un socio que no pide nada. China le correspondió oportunamente al renovar el crédito que permitió utilizar del swap para pagar importaciones por US$ 5.500 millones. Y se mantiene el swap por US$19.000 millones que engrosa las reservas del Central.

En cuanto a las importaciones el crecimiento de las agresivas plataformas Shein y Temu han puesto en alerta por el nivel de competencia hasta a Mercado Libre.

A juzgar por el destino de las exportaciones, China es el primer socio para Catamarca, Santiago del Estero, La Rioja y Chaco. Y el segundo para Buenos Aires, Córdoba y Santa Fe. Se trata de productos con poco valor agregado que arrojan una balanza deficitaria.

De acuerdo con Sergio Spadone, presidente de la Cámara de Comercio Argentina-China, “somos complementarios y hay que tratar de aprovechar las oportunidades de los dos lados. Por el lado chino, Argentina tiene la posibilidad de equiparse y de lograr inversiones que está necesitando, como por ejemplo en el área minera. China consume la mitad del cobre que se produce en el mundo, el 47% del aluminio y más de la mitad del acero. La posibilidad de dar vuelta el déficit comercial es a partir de exportar minerales como hace Brasil que mantiene un superávit de US$ 60.000 millones con China”. Además de granos, Argentina le vende carne y pesca.

Spadone aventura que además de algunas empresas chinas conocidas entre nosotros, desde el banco ICBC, Huawei o Lenovo, estarán otras tantas como Midea con presencia creciente en electrodomésticos.

Claro que la relación de Argentina con China dista de la que puede tener Perú, con una mayor dependencia en comercio e infraestructura. Un solo dato: el año pasado Xi Jinping inauguró el monumental puerto de Chancay en el país andino que demandó US$3.000 millones y se prepara para competir en importancia con el Canal de Panamá.

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