
Cinco hoteles entrerrianos cerraron definitivamente sus puertas durante julio, generando un fuerte impacto en el sector turístico de la provincia. Según datos oficiales del gremio UTHGRA, ya se perdieron al menos 45 puestos de trabajo registrados, aunque las cifras reales podrían ser aún mayores si se consideran los trabajadores no formalizados.
En Paraná, dejaron de funcionar el emblemático Hotel Provincial y el Hotel Posta del Sol. En La Paz, se cerraron Costa Dorada, ubicado dentro del complejo termal, y Hotel Rivera, sobre calle San Martín. En Victoria, bajó sus persianas el Hotel El Molino, mientras que el Hotel Sanguinetti estaría próximo a seguir el mismo camino.
El gremio que nuclea a trabajadores de hotelería y gastronomía advierte sobre una “situación desesperante”, marcada por la caída de la rentabilidad, el aumento de tarifas, la baja ocupación y la expansión de alojamientos informales que no tributan ni generan empleo registrado. Desde la seccional Paraná de UTHGRA alertaron que hay otros establecimientos en riesgo inminente.
Por su parte, la Asociación de Hoteles de Turismo (AHT) advirtió que el sector está en su punto más crítico en más de una década. Estiman que se pierden hasta 10 empleos por semana, mientras la presión impositiva y los costos dolarizados hacen inviable sostener la actividad en condiciones de mercado normales.
El impacto de estos cierres va más allá de los hoteles: afecta al comercio local, la gastronomía, el transporte y toda la cadena de valor turística, especialmente en ciudades intermedias con alta dependencia del turismo termal o de escapadas. En La Paz, por ejemplo, la salida de hoteles del mercado formal implica también una caída en el nivel de actividad económica de la zona.
Tanto empresarios como gremios reclaman una mesa urgente de diálogo con el gobierno provincial, para debatir medidas que eviten nuevos cierres y alivien la carga fiscal del sector. Algunos municipios han comenzado a evaluar regulaciones para el hospedaje informal, aunque sin impacto concreto hasta el momento.
La crisis hotelera entrerriana expone un fenómeno que podría agravarse de cara al segundo semestre del año si no se aplican medidas rápidas. “Estamos viendo desaparecer hoteles históricos con trabajadores de 20 años de antigüedad. Esto no es solo un problema sectorial, es una señal de alerta para toda la provincia”, concluyó un dirigente gremial.