
La conformación del tribunal encargado de juzgar al exgobernador Sergio Daniel Urribarri en la megacausa conocida como las Coimas sigue sin contar con jueces designados para completar el Tribunal de Juicios.
Ocho de los nueve integrantes del Tribunal de Juicios y Apelaciones fueron apartados por diversas razones. En este contexto, se solicitó la participación de Rubén Chaia, un juez del Tribunal de Concepción del Uruguay, quien se mostró muy crítico de su inclusión, argumentando que se estaba vulnerando el principio de “juez natural”.
Chaia expuso su descontento, señalando que la Oficina de Gestión de Audiencias, un organismo administrativo que depende de la Sala Penal del Superior Tribunal de Justicia (STJ), no tiene la autoridad para decidir la inclusión o exclusión de magistrados mediante resoluciones administrativas. De acuerdo con su perspectiva, estas decisiones deberían ser tomadas por un tribunal.
El medio Entre Ríos Ahora reconstruyó los hechos de la siguiente manera: el 1 de agosto, el juez de Garantías Julián Vergara envió la causa a juicio, lo que dio inicio al proceso de conformación del tribunal que, por segunda vez, juzgará a Urribarri, quien ya había sido condenado a ocho años de prisión en el megajuicio. La Oficina de Gestión de Audiencias decidió, de forma autónoma, apartar a los magistrados que habían tenido participación previa en el caso y estableció que el tribunal estaría integrado por Alejandro Cánepa y María Carolina Castagno, ambos del Tribunal de Juicios y Apelaciones de Paraná, y Rubén Chaia, por parte del Tribunal de Juicios y Apelaciones de Concepción del Uruguay.
Sin embargo, Cánepa solicitó su inhibición ya que había actuado como fiscal en la causa, y Chaia también se retiró. Las sucesivas exclusiones generaron un escenario complejo, ya que el primer juez excluido fue Santiago Brugo, quien había resuelto las apelaciones a las decisiones del juez Vergara en la megacausa. Otros colegas, como Mauricio Marcelo Mayer, Matilde Federik y Juan Francisco Malvasio, también fueron apartados por haber intervenido en distintos roles durante la investigación. Asimismo, se excluyó a los vocales Gervasio Labriola, Alejandro Grippo y Rafael Cotorruelo, quienes habían resuelto, el 10 de mayo de 2024, sobre un planteo recusatorio relacionado con Brugo.
Ante esta situación, la Oficina de Gestión de Audiencias determinó que el tribunal quedaría conformado por Alejandro Joel Cánepa, Rubén Alberto Chaia y María Carolina Castagno. Sin embargo, esta integración no se concretó debido a las inhibiciones de Cánepa y Chaia.
En consecuencia, se decidió que el tribunal para juzgar a Urribarri en la megacausa de las Coimas estuviera compuesto por Gervasio Labriola (primer voto), Matilde Federik (segundo voto) y Carolina Castagno (tercer voto). Posteriormente, Federik también solicitó su apartamiento al haber intervenido previamente como fiscal, lo que llevó a convocar a Alejandro Grippo.
No obstante, Gervasio Labriola también declinó participar en el tribunal, argumentando que había revisado una cantidad significativa de evidencias físicas y digitales relacionadas con la investigación, muchas de las cuales coincidían con las admitidas en el auto de remisión a juicio.
Labriola sostuvo en su escrito que, a partir de las evidencias disponibles, habían surgido similitudes en la relación entre Urribarri y Diego Armando Cardona Herreros, lo que justifica su decisión de apartarse del juzgamiento.
Finalmente, Labriola argumentó que no podría desempeñarse simultáneamente como juez en este caso y como vocal de apelación en otra causa relacionada, ya que esto podría dar lugar a sospechas de parcialidad en su actuación.
Cabe mencionar que Labriola ya había sido excluido de participar como juez en la megacausa de las Coimas, pero, de manera inusual, fue incluido nuevamente, lo que le llevó a solicitar su inhibición.
Así, la situación vuelve al punto de partida, lo que obligará a un nuevo sorteo para la designación de magistrados de otras jurisdicciones.