
El perito, doctor en criminología y especialista en perfiles criminales Raúl Torre analizó el caso del asesino Pablo Rodríguez Laurta, el uruguayo detenido en Entre Ríos por el doble femicidio cometido en Córdoba y por el homicidio del chofer ocurrido en la zona de Concordia. En diálogo con el programa El Séptimo Día (Radio Plaza), Torre calificó el episodio como “extraordinario” y señaló que las pericias psicológicas y psiquiátricas serán claves para esclarecer la conducta del imputado.
“Estamos indudablemente ante un homicida múltiple con una variedad criminal no muy común. Es algo extraordinario. Hay algunos hechos, pero no es común, donde el delincuente provoca una saga criminal con diferentes hechos y con diferentes espacios de tiempo. No es un homicidio en masa, para que se entienda, como podía ser el de (Ricardo) Barreda, por ejemplo. Homicidio en masa es una pluralidad de muertes en un hecho único. Aquí son hechos diferentes. Hay un femicidio, un segundo femicidio vinculado y finalmente el caso del chófer, que en realidad es el primero en la saga criminal. Todo pareciera indicar que la muerte tiende a ocultar la apropiación del vehículo y la posibilidad de que el chofer sea reconocido por las maniobras que se han hecho con el cadáver”, explicó el perito.
—¿Cómo lo nota usted a Laurta por lo que puede apreciar a través de las imágenes? Cada vez que se cruza con un periodista tira una frase sobre su plan criminal.
—Aquí van a ser fundamentales las pericias psicológicas y psiquiátricas. He escuchado a la prensa con mucha vehemencia decir: “Claramente sí está ubicado en tiempo y espacio”. Sí, está ubicado en tiempo y espacio. Ahora, nuestra ley exige que se determine al momento del hecho. El artículo 34 del Código Penal determina si al momento del hecho, en este caso los hechos, ha comprendido la criminalidad del acto y ha podido dirigir sus acciones. Es altamente probable que nos encontremos o bien ante una determinada personalidad a la que podríamos en teoría encasillar dentro de una psicopatía o un trastorno antisocial de la personalidad, o una patología —ahí ya el abanico de posibilidades es amplio— me refiero a una patología psiquiátrica, algún trastorno mental.
—¿Qué quieren decir esas frases que dijo: “Yo fui a rescatar a mi hijo”, “veneren al mártir”?
—Si uno estudia la saga de este individuo, él hace unos meses consultó a un abogado. El abogado lo ha hecho público esto, diciendo que él recurre para formalizar una denuncia contra la suegra porque la suegra prostituyó a la hija, de hecho, la que fuera su pareja y es la víctima principal en el femicidio. Él tiene el convencimiento de que está prostituyendo o puede prostituir a su hijo menor. Este había sido el factor desencadenante. En los medios se está tratando como si este fuera un ardid. Yo no lo sé. Vamos a dejarle a los profesionales de la ciencia de la conducta y vamos a tener un informe científico probado.
—Es extraño para un plan criminal si uno quiere ocultar el auto. Uno piensa que tenía muchas formas de llegar a Córdoba sin ser detectado, si ese era su objetivo. Y Martín Palacio termina siendo víctima y su cuerpo desmembrado. Pareciera un proceder extraño para lo que puede ser una saga criminal tradicional.
—A mí lo que me llama la atención particularmente es el tratamiento que él da al cadáver. Yo insisto, no vi el cadáver, pero creo que los medios tienen muy buena información que inclusive ha dado el ministro de Seguridad de la provincia de Entre Ríos. Entiendo que es información fidedigna de que el cadáver ha sido mutilado, que se le han mutilado los brazos, se ha decapitado, se le han mutilado las piernas. Inclusive, creo que ha sido individualizado, todavía no identificado, por un tatuaje que la familia reconoce, así que va a ser indudablemente identificado probablemente por vía genética. Ese tratamiento que se da al cadáver a mí personalmente es lo que me disparó una alarma para estudiar bien qué pasa con este individuo.
El grado de desorganización que él manifiesta en los hechos criminales no tiene absolutamente nada que ver con la planificación desde el punto de vista criminológico, aunque en los medios esté siendo confundido. Que él haya planificado, que él haya preordenado, que él haya traído el arma, que haya practicado el cruce al río Paraná, eso no tiene absolutamente nada que ver con el comportamiento de organización o desorganización en el hecho final específico. Este individuo es extremadamente desorganizado porque deja muchísima evidencia forense. Si nosotros especulamos con que esas mutilaciones, esa perturbación que se le ha hecho al cadáver del remisero, es para ocultar su identidad, de repente vemos que transporta los documentos, que ni bien lo detiene la policía en Gualeguaychú, los encuentran ahí.
De alguna manera, fíjese cómo la prueba cargosa es muy abundante. Más allá de que este individuo goza de la presunción de inocencia que consagra nuestro Estado de Derecho, la prueba cargosa que hay en su contra difícilmente haga que no tenga un fallo condenatorio, salvo que fuera inimputable.
—Volviendo al punto anterior, usted bien decía que las ciencias de la conducta iban a definir la suerte en parte de Laurta. ¿Sufrió algún tipo de psicosis? ¿Qué significa eso? En un contexto donde hace seis o siete años que formó el grupo Varones Unidos. Esas cuestiones que usted remarca son llamativas.
—El militar en esa agrupación simplemente expresa una forma de pensar, es un dato, es información, no es condicionante. Seguramente muchos individuos militan en esa organización y no van a matar a nadie. Aquí entra en juego un componente: ver si este individuo realmente comprendía lo que hacía o estaba dentro de un delirio reivindicatorio o algo así. Aun estando con una patología psiquiátrica, esto que quede claro, puede ser perfectamente imputable. Insisto, la frontera, el artículo 34 dice que al momento del hecho haya comprendido la criminalidad del acto y haya podido dirigir sus acciones, es imputable. No importa si es portador de una patología o lo que fuera, pero en este caso merece que eso se explore en salvaguarda de la verdad.
—¿Usted cómo lo ve en los videos que han trascendido a Laurta cargando nafta, hablando con el playero, ya cometido el crimen de Palacios, después hablando con el taxista que lo trae a Gualeguaychú durante el viaje, hablando un poco sobre su vida?
—Nosotros hablamos de tiempos, espacios temporales diferentes. Insisto, sería especular. Aquí lo que hace falta es que a este hombre se le hagan pericias psiquiátricas profundas.
Estamos ante un conflicto interjurisdiccional. A pesar de la armonía que hay entre las dos provincias, en este caso hay un conflicto porque un hecho va a ser juzgado indudablemente en la provincia de Entre Ríos y otro hecho, que es el del doble femicidio, va a ser juzgado en Córdoba. Ahora, en lo que hace a la provincia de Entre Ríos, yo personalmente he tenido mucho trato, muchas veces he ocupado espacio académico con gente del Cuerpo Médico Forense de Paraná, que es de excelencia. He ido muchísimas veces a la Universidad Autónoma de Entre Ríos, que tiene la carrera de Criminalística, así que tengo plena confianza en las pericias psiquiátricas que se van a hacer en la provincia de Entre Ríos. Estas pericias nos van a aportar en definitiva la verdad para el esclarecimiento del hecho. Determinarán si este individuo tenía una neurosis o a lo mejor era un individuo que obró con total normalidad y da esta imagen o este perfil dudoso solamente por sus erráticos comportamientos.