
Cada minuto desde la desaparición de Daiana Mendieta incrementa la angustia de su familia, sus amigos y de todo un pueblo de no más de 5.000 habitantes. Gobernador Mansilla, ubicado en el Departamento Tala, se movilizó este lunes para pedir por la aparición de la chica de 22 años. En el marco de la investigación —compleja y con un sospechoso detenido por haberse resistido a un procedimiento policial—, desde la tarde se inició un allanamiento en un galpón que este hombre de 55 años alquila para el trabajo agrario.
Se informó a este medio que el nuevo allanamiento se realiza dentro del mismo pueblo, donde se guardan maquinarias agrícolas y otros implementos para el trabajo en el campo, con el objetivo de hallar cualquier elemento que pueda estar relacionado con la desaparición de Daiana.
Primero ingresaron los canes de rastreo, que no marcaron el rastro de la joven en el lugar, y luego los policías que trabajan en la búsqueda de indicios: principalmente personal de la Policía Científica y de la Dirección de Investigaciones e Inteligencia Criminal, presentes en el lugar. Hasta el momento no se había hallado nada que directamente pudiera estar relacionado con la joven, aunque se secuestraron objetos que serán analizados posteriormente.
En tanto, con la primera luz del día de este martes se iniciará un amplio rastrillaje en los campos aledaños al lugar donde se encontró abandonado el auto Chevrolet Classic en el cual Daiana salió de su casa el viernes. Si bien hubo una búsqueda inicial en la zona cuando el vehículo fue hallado, el domingo a la mañana, ahora se hará una búsqueda más amplia y minuciosa con cadetes de la Escuela de Policía, la División Canes, efectivos de diferentes áreas de la fuerza, Bomberos y otros colaboradores. Asimismo, se trabaja con los drones de la Policía para tener una vista aérea con la cual monitorear todo el trabajo. Se señaló que hay más de 120 policías actuando a disposición del esclarecimiento de este caso.
Todas las tareas son autorizadas por la Justicia y dirigidas por la fiscal que ahora está especialmente abocada al caso, Emilce Reynoso, quien también entrevista a numerosas personas que podrían aportar algún dato relevante.
Además, el personal de la Policía Científica trabajó sobre dos vehículos: el auto de Daiana, donde a simple vista no había ningún elemento extraño y donde no se encontraba su celular, aunque el levantamiento de rastros podría arrojar luego en el laboratorio datos más precisos para intentar reconstruir lo que le sucedió; y la camioneta secuestrada al sospechoso, que había quedado precintada y con custodia policial desde la misma noche del domingo.
Lo que más compromete al detenido —y fue lo que motivó el allanamiento a su vivienda que lo alteró— es que las últimas comunicaciones del celular de Daiana fueron con él. Es decir: está confirmado que se conocían. El teléfono fue secuestrado y está siendo peritado con la urgencia del caso. Además, se esperan informes de entrecruzamiento de llamadas y de las ubicaciones de los celulares de ambos desde el viernes hasta 48 horas después.
En el pueblo los investigadores encontraron numerosas cámaras de seguridad particulares, cuyos videos ya fueron descargados y comenzaron a ser observados para reconstruir los movimientos de Daiana y del sospechoso, y así atar cabos.
Daiana salió de su casa el viernes a la noche y su familia, tras un día sin que ella regresara ni se comunicara por teléfono o WhatsApp —luego de haber recorrido todos los lugares posibles—, decidió radicar la denuncia el sábado cerca de la medianoche. El domingo por la mañana hallaron el auto abandonado a 3,5 kilómetros de Mansilla. Algunos datos apuntan a que el vehículo estuvo allí desde la misma noche en que se perdió el contacto con Daiana. Como había llovido, el camino quedó intransitable y no hubo testigos que pasaran por allí el sábado y pudieran confirmar si lo vieron en ese lugar.
Lo que sucedió en el procedimiento en la casa del hombre incrementó las sospechas: al llegar el personal policial, se dirigió a una habitación, agarró un arma larga y los esperó apuntándolos. Hubo momentos de mucha tensión, les gritaba que se fueran y, en un momento, su esposa lo distrajo. En ese instante, los policías aprovecharon para abalanzarse sobre él, lo redujeron, lo esposaron y, por orden de la Fiscalía, lo trasladaron hacia el calabozo de la Jefatura Departamental en Rosario de Tala, donde se encuentra alojado por el delito de Resistencia a la autoridad. Este lunes designó abogado defensor.