Jueves, 29 de mayo de 2025   |   Campo

Carta contundente de un empleado del INTA en respuesta a las polémicas declaraciones de Federico Sturzenegger.

Carta contundente de un empleado del INTA en respuesta a las polémicas declaraciones de Federico Sturzenegger.

Después de que el ministro de Desregulación y Transformación del Estado, Federico Sturzenegger, anunciara que se continuará con el cierre y reestructuración de organismos públicos, mencionando que el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) “gasta la mitad de las retenciones del maíz” y sugiriendo que no se tiene claro su función, desde el organismo se recordó su importancia estratégica. También, los trabajadores del Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI) expresaron su preocupación por la transformación que podría sufrir dicho organismo.

En una carta abierta, Héctor Ferrario, quien se desempeña en el área de articulación institucional de la Dirección Nacional Asistente de Extensión Rural y Transferencia Tecnológica del INTA, respondió con contundencia y argumentos. En su texto defendió la labor de los 6.300 integrantes del instituto en un momento en que el gobierno busca implementar reformas.

La controversia surgió tras una entrevista en la que Sturzenegger cuestionó el papel del INTA, planteando retóricamente: “¿Qué hace el INTA?”.

El ministro expresó: “El kirchnerismo hizo crecer tanto al Estado, creando numerosos organismos descentralizados, como la Anmat y el INTA. Estos organismos pueden generar ingresos, lo cual los convierte en una especie de caja. Mientras que si eres parte de la administración pública, no tienes esa capacidad. Además, al tener la potestad de cobrar, comienzan a crear trámites para generar ingresos. Lo que proponemos es reintegrarlos a la administración central”.

Consultado por el periodista Esteban Trebucq de LN+ sobre la posible fusión del INTI y el INTA, Sturzenegger aclaró que no habrá tal fusión, pero anticipó que ambos organismos serán reformulados. “El INTA gasta la mitad de las retenciones del maíz. Su presupuesto equivale a ese mismo monto, cuenta con 6.000 empleados y necesita un rediseño integral para optimizar su funcionamiento”, afirmó.

En respuesta, Ferrario destacó que el INTA, con casi 70 años de trayectoria, ha estado siempre al servicio del sector agropecuario, agroalimentario y agrobioindustrial, proporcionando información, conocimiento y tecnología a través de la investigación y el desarrollo tecnológico.

Ferrario, quien ha ocupado roles como jefe de la Agencia de Extensión Rural en General José de San Martín, Chaco, y ha sido gerente técnico de la Micro Región Norte, entre otros, explico: “Contamos con un Plan Estratégico Institucional 2015-2030, del cual se derivan Planes de Mediano Plazo que se adaptan al contexto actual. En este momento, estamos evaluando el plan anterior y elaborando el correspondiente a este quinquenio. Todo esto se traduce en una serie de programas y proyectos. La gobernanza del INTA es público-privada, lo que significa que las entidades del sector productivo, junto con el gobierno y la comunidad científica, definen las líneas tecnológicas a implementar. No como se pretende ahora, subordinando el organismo al poder político de turno”.

Además, resaltó que el INTA, como organismo científico-técnico, tiene una sólida presencia territorial en todo el país, con 350 nodos a través de centros regionales, estaciones experimentales y agencias de extensión rural. Cuenta con seis centros de investigación y 22 institutos. Según el Censo Nacional Agropecuario 2018, en Argentina existen alrededor de 250.000 explotaciones agropecuarias, de las cuales el 64% corresponde a la agricultura familiar. “Ese es el campo que alimenta, cuida el medio ambiente, genera empleo, arraigo rural y soberanía alimentaria”, subrayó.

En su intervención, Sturzenegger mencionó varios desarrollos del INTA, como el silobolsa en INTA Manfredi, utilizado en todo el país y exportado a varios países del Cono Sur; la vacuna oleosa contra la fiebre aftosa, esencial para el control sanitario y el desarrollo ganadero; y diversas tecnologías para la cosecha mecánica. También destacó iniciativas de capacitación técnica, como el curso de profesional tambero en Santa Fe y el de maquinaria vitivinícola en Cuyo.

“Si lo desea, puedo proporcionarle un folleto con los 100 logros del INTA para que su equipo técnico se informe antes de hacer nuevas declaraciones. Sé que tiene un desprecio por el empleado público. Por eso, le sugiero que confirme lo que afirmo con cualquier productor o funcionario provincial o municipal del país. Ni siquiera es necesario mencionar la valoración que la comunidad científica internacional tiene sobre el INTA, aunque usted debería estar orgulloso de este organismo. Pero quizás —perdóneme la franqueza— sea pedirle peras al olmo”, sostuvo Ferrario.

Por otro lado, los trabajadores del INTI enviaron un comunicado al Consejo Directivo del organismo, así como al secretario de Industria y Comercio, Esteban Marzorati, y al secretario de Coordinación de Producción del Ministerio de Economía, Pablo Lavigne, expresando su firme rechazo ante la posibilidad de que el organismo pierda su estatus de entidad descentralizada.

En la carta, firmada por gerentes y autoridades, se advirtió que esta modificación significaría la “pérdida de personería jurídica y de autonomía administrativa, financiera y patrimonial, elementos fundamentales para su funcionamiento y misión institucional”. Destacaron que, de avanzar hacia este cambio, el INTI podría verse imposibilitado de ofrecer servicios clave como certificaciones, transferencia tecnológica y asistencia técnica.

Los firmantes también señalaron que centralizar su presupuesto lo sometería a un sistema burocrático que limitaría su capacidad de respuesta ante las necesidades del sector industrial. Además, los fondos externos, tanto nacionales como internacionales, quedarían sujetos a requisitos y plazos incompatibles con los organismos financiadores, afectando de este modo la adquisición de insumos críticos para los laboratorios.

Finalmente, los trabajadores del INTI afirmaron que esta transformación no es meramente una reestructuración administrativa. En cambio, la calificaron como un “retroceso” que pondría en peligro una herramienta esencial para la política industrial del país. “Esto significaría la pérdida de una herramienta técnica y operativa clave para el desarrollo productivo nacional”, concluyeron.

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